El fiscal será enterrado sin autopsia

Los restos de Maza llegarán en la madrugada de mañana martes. Viajó a Buenos Aires para cubrir una intensa agenda y, aunque tenía fiebre, la mantuvo y lo achacó a un resfriado.

José Manuel Maza, que tenía 66 años, llegó el pasado domingo a Buenos Aires para completar una apretada agenda durante toda la semana. Aunque enseguida empezó a encontrarse mal, según parece lo achacó a «un costipado» y se le vio sonriente y jovial cuando empezó su tarea al día siguiente con reuniones con representantes del ministerio público argentino y una recepción en la embajada española en honor del presidente del Senado de España, Pío García Escudero. Allí coincidió con el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Fernando García Casas, a quien vería al día siguiente en la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil.

El martes le subió la fiebre pero a mediodía viajó a Montevideo, donde se reunió con el fiscal de Corte, Jorge Díaz, con el fin de intercambiar experiencias sobre el cambio de modelo fiscal implantado en Uruguay.

De regreso, José Manuel Maza asistió a la conferencia en la que intervenía García Casas contra el trabajo infantil.

El miércoles a las 9:30 se acreditó para participar en la XXV Asamblea General de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP). A las 12:30 se hizo la foto oficial de este congreso que reunió a los procuradores, fiscales generales y representantes de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, además de España.

El proceso febril le obligó a retirarse a su hotel y el jueves cumplió con el programa, de la AIAMPaunque se le vio «congestionado», según un asistente. El viernes por la tarde, el fiscal general tenía previsto reunirse con el ministro argentino de Justicia, Germán Garavano, pero horas antes se indispuso en su hotel. «Yo no puedo, vete tú», le dijo a quien iba a acompañarle. Se desmayó y fue trasladado de urgencia a la clínica privada Bazterrica, en el barrio porteño de Recoleta. Allí fue internado en la UCI por una infección de riñón que se vio agravada por su diabetes.

Maza se hallaba en la capital argentina acompañado por su pareja, Marta Raspall.Tras tomar un vuelo desde España, el hijo del fiscal general llegó ayer a Buenos Aires. El embajador de España, Javier Sandomingo, confirmó que se trabajaba para completar los tramites para que los restos mortales del fiscal general sean repatriados hoy. «Hemos estado siempre pendientes de su visita», dijo ayer Sandomingo a LA RAZÓN. «Es un shock. Simplemente decir que estamos intentando realizar las trámites para que salga ya, mañana es fiesta aquí pero esperamos poder llegar a tiempo, porque es el deseo de su familia», explicó el diplomático. La intención es que el cuerpo de Maza sea trasladado en el vuelo regular de la compañía Air Europa que partirá de Buenos Aires a las 13:30 horas de Argentina (17:30 en España) y llegaría al aeropuerto de Madrid-Barajas en la madrugada del martes.

Será enterrado sin autopsia previa. «Cuando uno muere por causa natural, no es necesario», señaló el diplomático.