El Juan Sebastián de Elcano llega a Boston, último destino antes de volver a Europa

Durante la semana pasada navegamos rumbo a Boston, Massachusetts, para arribar en su puerto el pasado viernes día 26 de abril. Pero el tiempo pasa, y lo hace rápido, por lo que, el miércoles 1 de mayo nos volvimos a hacer a la mar. Segundo puerto continental estadounidense en nuestro crucero de instrucción y con ésta ya van 14 veces que el Juan Sebastián de Elcano ha visitado esta maravillosa ciudad.

Pasamos de las cálidas temperaturas, la arquitectura y las fortificaciones españolas de la ciudad de La Habana, a las gélidas temperaturas y los grandes rascacielos de esta ciudad colonial estadounidense. Un contraste interesante que ya nos advirtió la mar en nuestra derrota hacia el norte cuando algún que otro frente frío nos alcanzó en Charleston y antes de nuestra llegada a la capital del estado de Massachusetts.

En relación a la ciudad de Boston, al ser una de las primeras trece colonias que posteriormente formaron los Estados Unidos, mantiene una arquitectura con gran influencia inglesa y está repleta de bonitos barrios e iglesias, que contrastan también con los modernos rascacielos del centro de la ciudad. Aquí es donde tuvo lugar el “Boston Tea Party”, cuando varios americanos vestidos de indios sabotearon un gran cargamento de té que traían barcos ingleses convirtiéndose en el hecho que muchos historiadores consideran como el desencadenante de la Guerra de Independencia Americana.

Boston es la ciudad universitaria por excelencia; cuenta con más de 30 centros de estudios universitarios y nosotros hemos tenido la suerte de visitar el más prestigioso de todos, la universidad de Harvard, fundada en 1636. Este centro de excelencia es el lugar donde tantas personas importantes han realizado sus estudios, han logrado significativos descubrimientos o han creado programas que han revolucionado el mundo que conocemos, como por ejemplo Facebook. Tuvimos la oportunidad de conocer desde fuera el cuarto en el que Mark Zuckerberg empezó esta revolucionaria plataforma. El campus es como una ciudad con un epicentro donde se imparten las clases y viven los estudiantes de primer curso. A partir de ahí diferentes anillos lo rodean dependiendo de cada uno de los cursos, siendo el más exterior el de los alumnos de último curso. Es un campus con impresionantes edificios y una biblioteca con una extensión de 70 millas lineales, divididas en varias plantas subterráneas, así como agradables zonas verdes y espacios de ocio. Además, dentro del área del campus, y por eso decimos que es como una ciudad, poseen todo tipo de tiendas y restaurantes. Eso sí la matrícula son solamente ¡unos 75.000 dólares anuales!

►Así es un día, hora a hora, a bordo del “Juan Sebastián de Elcano”

Además de Harvard también tuvimos la suerte de visitar el M.I.T. (Massachusetts Institute of Technology), universidad de gran prestigio donde han estudiado muchas de las eminencias del ambiente científico-tecnológico de hoy en día. Esta universidad también disponía de imponentes edificios y extensos parques alrededor del campus.

Finalizamos ya nuestra etapa ‘al otro lado del charco’, donde hemos disfrutado de países muy distintos y en los que hemos aprendido mucho de sus culturas. Ahora, que navegaremos de vuelta al Viejo Continente, nos damos cuenta del privilegio que significa poder desempeñar esta profesión en lugares tan diferentes e interesantes.

► Lea las anteriores entregas de la travesía del Elcano

Ponemos rumbo hacia Lisboa, ciudad tan cercana, pero que seguro nos va a sorprender, y empezamos nuestro segundo tránsito largo, que durará 23 días. Nos dirigiremos algo al Sur para evitar las formaciones de hielos que se producen en estas latitudes en esta época del año y después volveremos a ganar Norte para hacer nuestra derrota arrumbando hacia la península Ibérica. Volvemos a Europa, con pena de dejar atrás estas tierras y con ganas también de volver a lo conocido, donde esperamos seguir aprendiendo y descubriendo historia y cultura de los países que visitemos, así como seguir desempeñando nuestra labor profesional, tanto a bordo como en puerto. Con el deseo de que nos sigan en esta aventura, nos vemos pronto.