Guardia Civil
Firmas para erradicar el «Ospa Eguna», una fiesta que fomenta el odio a la Guardia Civil
En 2011, la propia alcaldesa de Alsasua, de Bildu, se acercó a los agentes y les increpó: «Me cago en vuestra puta calavera»
En 2011, la propia alcaldesa de Alsasua, de Bildu, se acercó a los agentes y les increpó: «Me cago en vuestra puta calavera».
Fue el pasado 15 de octubre, de madrugada. Dos guardias civiles de servicio y sus parejas eran agredidos en la localidad navarra de Alsasua. ¿El motivo? Ser guardia civil. Ni más ni menos. Una agresión que sería censurada y repudiada en cualquier otro lugar menos en este pueblo, que cada año celebra el «Ospa Eguna» o lo que es lo mismo «Día de la Huida». Una festividad cuyo único objetivo es pedir la expulsión no sólo de los agentes del Instituto Armado sino de la Policía Nacional y la Foral.
Si bien las Fuerzas de Seguridad ya han denunciado que este tipo de actos «llevan años produciéndose» y «no son casuales», la respuesta ha sido «mirar hacia otro lado». Por este motivo, se ha iniciado una campaña en Change.org para erradicar esta «festividad». Iniciativa que cuenta ya con 1.800 firmas y que denuncia el aislamiento que sufren los agentes en esta localidad. Molestáis por existir» o «fuera de aquí» son algunas de las consignas que los proetarras lanzan contra ellos, a los que hay que sumar las calumnias, las mofas y los insultos. Y para muestra...
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En septiembre de 2011, los proetarras llevaron a cabo una pantomima, autorizada por el Ayuntamiento. Bajo el título de «El discurso del Rey», decenas de individuos desfilaron por las calles de Alsasua disfrazados de guardias civiles, legionarios, policías forales, etcétera, encabezados por uno que hacía de Rey. Una vez iniciado el «desfile», la Guardia Civil observó que varios individuos colocaban una pancarta (de tres por ocho metros, aproximadamente) en la fachada del Teatro Municipal, mientras los manifestantes gritaban «Alde Hemendik» («Que se vayan»).
Al percatarse de la presencia de los guardias, se escondieron. Los agentes subieron a la azotea y se encontraron con tres individuos provistos de material de escalada y la pancarta. En ella se podía leer: «Que se vayan a hacer ostias» y dos dibujos en alusión a la Policía Foral y la Guardia Civil. La reacción de la alcaldesa de Bildu, Garazi Urrestarazu Zubizarreta: no fue otra que llamar a los agentes: «Hijos de puta». Palabras que, posteriormente, quiso aclarar a los agentes: «Lo que he dicho es que me cago en vuestra puta calavera».
Un año después, el Ayuntamiento de esta localidad aprobó una moción presentada por simpatizantes de la izquierda abertzale, cuyo objetivo era «acabar con la actitud represiva de la Guardia Civil y Policía Foral en Alsasua y que abandonen el pueblo». Meses antes, el municipio había despertado con varios tricornios y maletas colgadas del tendido eléctrico. Las maletas portaban un símbolo amarillo en forma de flecha con el que instaban a la Guardia Civil a marcharse. Durante las fiestas, simbolizaron la toma del cuartel de la Guardia Civil para expulsarles. Así, construyeron una caseta que trataba de simbolizar el edificio oficial, con la bandera nacional incluida, del que echaron a unos supuestos agentes y donde cambiaron la enseña nacional por la ikurriña.
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