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El PSOE lleva al Congreso la ruptura de los acuerdos Iglesia-Estado
Dijeron «no» en 2006 y también en 2008 a sendas proposiciones de ley de ERC, votaron contra una moción consecuencia de interpelación también de los republicanos catalanes en la segunda Legislatura de Zapatero y recahzaron varias propuestas de resolución de IU en varios debates de la Nación. Ahora, el PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza, recuperan la bandera del laicismo y llevan al Congreso una proposición de ley para romper los acuerdos entre España y la Santa Sede, instar al Gobierno a que redacte una Ley de Libertad Religiosa y Conciencia y establecer un protocolo civil para todos los actos solemnes organizados por el Estado, incluidos los funerales de Estado.
Lo anunció ayer en rueda de prensa, al término de la Ejecutiva Federal, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, pero era, un compromiso que el propio Rubalcaba asumió en primera persona en su discurso de proclamación con secretario general en el Congreso Federal de Sevilla. De hecho, en la Conferencia Política celebrada hace tres semanas se libró un debate interno al respecto para concretar hasta dónde debía llegar el PSOE en su apuesta por un estado aconfesional. Y, a pesar de quienes reiteradamente abogan por no confundir laicismo con anticlericalismo, se impusieron las tesis de quienes en el PSOE llevan año demandando la ruptura de los acuerdos con la Santa Sede.Todo el mundo daba por hecho que, a pesar de que el Gobierno de Zapatero firmó el mejor acuerdo de financiación para la Iglesia católica de los últimos 35 años, esta vez el PSOE debía atender la demanda de los laicistas más activos, más en un momento en que IU gana terreno al partido de Rubalcaba. Lo que nadie sabía hasta el domingo por la noche –que llegó el orden del día de la Ejecutiva– que el secretario general iba a poner negro sobre blanco la propuesta con tanta celeridad tras la Conferencia Política. Así fue, pese a que algunos miembros de la dirección se quejaban ayer del poco tiempo con que se les trasladó una iniciativa de tanta enjundia. Más allá de esto,y aún reconociendo que fue una promesa de Rubalcaba, también hay quien sostiene que es una muestra de «debilidad interna» del secretario general que persigue «reconciliarse con las bases del partido». No consta, sin embargo, que durante el debate librado ayer en la reunión de la Ejecutiva alguien levantar la voz en contra de la propuesta. También es verdad que quien, seguro, la habría levantado, este es el alcalde de Toledo, Emiliano García Page, no acudió a la cita por tener compromisos oficiales de su ayuntamiento. El también secretario general de los castellano-manchegos, al igual que otros dirigentes del PSOE, no es la primera vez que cuestiona este tipo de iniciativas. Siendo partidarios de la separación Iglesia-Estado, no entienden lo que llaman «anticlericalismo pasado de moda», y menos iniciativas que no están en el orden de prioridades de muchos españoles.
Pese a ello,Ramón Jáuregui se puso ayer en contacto con la Conferencia Episcopal y la Nunciatura para informales de la iniciativa legislativa del PSOE y que, según Elena Valenciano, tiene «razones poderosas»: que los acuerdos con la Santa Sede fueron negociados antes de la aprobación de la Carta Magna, por lo que tienen un «origen preconstitucional» y que hoy la sociedad española es «más laica y plural».
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