ERC desconocía el documento de 21 puntos que Torra entregó a Sánchez

Nueva muestra de división en el soberanismo y de escasa transparencia del Ejecutivo.

Los múltiples esfuerzos del independentismo por recoser la unidad no han logrado desterrar todavía ni un ápice de los recelos y desconfianzas que siguen imperando entre los distintos partidos. El último episodio que ha reflejado estos recelos ha tenido, además, como protagonista a Quim Torra, que, de la mano de Carles Puigdemont, está abanderando las apelaciones a la unidad del separatismo bajo el paraguas de la Crida Nacional per la República con el horizonte puesto en el próximo ciclo electoral: el president entregó un documento de 21 puntos a Pedro Sánchez, en la «minicumbre» del pasado jueves sin darlo a conocer previamente a ERC, que estuvo representada en aquella cita por el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, como han confirmado a este diario fuentes de Esquerra. Todavía ahora, los republicanos siguen sin conocer el grueso del contenido de este documento, ideado y elaborado por el círculo cada vez más estrecho del president, que encabeza Puigdemont. Ambos se encuentran día tras día más aislados por sus estridencias, como la apelación a la «vía eslovena» o los precipitados reproches a las actuaciones de los Mossos d'Esquadra, que han suscitado fuertes choques internos.

La entrega de estos 21 puntos trascendió el martes, cuando Torra se refirió en el acto de homenaje a Francesc Macià, y desgranó hasta tres de las iniciativas que incluía: la «desfranquización» de España, con la eliminación de cualquier vestigio del régimen franquista en las instituciones y la sociedad; la regeneración democrática del Estado; y, una mediación internacional para el conflicto entre España y Cataluña. Las dos primeras iniciativas fueron verbalizadas por la portavoz del ejecutivo catalán, Elsa Artadi, en la rueda de prensa posterior al encuentro. La tercera fue desvelada ayer por el president, aunque Artadi ya aludió veladamente.

Desde el entorno de Torra se ha argumentado este secretismo por un supuesto pacto con Moncloa, aunque desde la sede del Gobierno lo niegan. Ayer, ningún miembro del Gobierno se pronunció, aunque en los próximos días se producirá un posicionamiento. «Se responderá en su momento», precisan desde Madrid, aunque restando cualquier atisbo de «validez política» al documento.

La única entente que salió de la «minicumbre» fue un comunicado conjunto, entre ejecutivo español y catalán por el que se comprometían a potenciar los espacios de diálogo para vehicular una propuesta política que «cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana». Esto se traducirá, posiblemente, en un nuevo encuentro durante este mes de enero, que contará con la presencia de Sánchez, Torra y ministros y consellers del mismo ramo, según anunciaron tras la cita del jueves. Sin embargo, con el inicio del juicio por medio, esta previsión puede verse alterada, como ya ocurrió con el encuentro que Sánchez y Torra tenían acordado para octubre tras el vis a vis de julio en la Moncloa. En este sentido, Puigdemont ya se encargó ayer de poner bajo sospecha al gobierno socialista: «Haríamos bien en ser prudentes, porque no sabemos quién manda».