Exigencias a Sánchez
ERC romperá puentes si el 30J no hay pacto sobre financiación singular
Descartan la moción de censura y no se oponen, en principio, a una moción de confianza
Tambores de guerra en ERC. El lunes 30 de junio acaba el plazo para cerrar el acuerdo sobre financiación singular. Utilizando una expresión catalana quedan 15 días y «el més calent és a ‘‘aigüera”», cuya traducción sería algo así como todo está por hacer. Salvador Illa y Oriol Junqueras hablan frecuentemente y esta frecuencia ha aumentado en los últimos días porque, si bien las negociaciones sobre financiación singular no se han parado, sí que se han ralentizado en Madrid. Illa se escuda en la ausencia de avances en la actitud de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. De hecho no se ha convocado ni el Consejo de Política Fiscal y Financiera donde debería presentarse, ni la Comisión Bilateral Estado-Generalitat. A buen seguro que este fue ayer tema de conversación con Pedro Sánchez.
Esta situación de impás ha hecho saltar las alarmas en ERC. Junqueras presiona porque se juega su liderazgo en el partido que abre un periodo congresual en todos los territorios. Y si no hay acuerdo sobre financiación singular, ERC dejará de sostener a Sánchez y a Illa, porque Junqueras no puede afrontar este proceso congresual sin el acuerdo. Por eso, ambos líderes se han conjurado para romper las trabas de Montero porque el acuerdo de financiación singular debe cumplirse sí o sí. Lo necesitan Illa y Junqueras, pero Madrid está en otro escenario.
ERC pone énfasis en su posición en los dos últimos grandes temas polémicos. La corrupción en el PSOE y la ampliación del aeropuerto, que consideran que demuestra su voluntad de no romper sus alianzas. Los republicanos han sido duros con el caso de corrupción del PSOE, han exigido explicaciones y piden la comparecencia del presidente en el Congreso, auditorías incluso en el Ministerio de Fomento, pero descartan la moción de censura y no se oponen, en principio, a una moción de confianza. No les interesa a los republicanos que la sangre llegue al río porque el partido no está en condiciones óptimas para afrontar un proceso electoral.
Sobre la ampliación del aeropuerto, ERC no ha puesto trabas al proyecto presentado por Salvador Illa, pero sí ha puesto énfasis en el modelo de gestión de El Prat. Los de Junqueras quieren tener poder de decisión –la Generalitat– en inversiones y planificación de rutas. El tema no tiene fácil solución porque AENA es una empresa pública, y cotizada, y el papel de influencia de la Generalitat puede quedarse en testimonial. Algo así como con voz, pero sin voto.
Junqueras, en el punto de mira
Pero con la financiación singular, Oriol Junqueras no será transigente. ERC inicia este verano un proceso congresual delicado para la actual dirección. El presidente de los republicanos ganó las primarias a sus opositores, pero su posición al frente del partido dista mucho de estar consolidada. Los partidarios de Junqueras perdieron el congreso de la federación de Barcelona que cuestiona su política de alianzas con los socialistas. Los dieciséis congresos restantes pueden ponerse feos si Junqueras no puede jugar la carta de la financiación. Ciertamente, en la mayoría hay consensos en las nuevas direcciones, pero su línea política puede ser cuestionada si no presenta un acuerdo.
Salvador Illa también está empecinado con el acuerdo porque el apoyo de ERC en el Parlament, aunque sea tímido y sin entusiasmo, ha permitido dotar de 4000 millones extra a una Generalitat sin presupuestos. Ambos se han conjurado para presionar a Montero porque el acuerdo donde encalla es en Hacienda, que argumenta que «el tema es complejo». De hecho, esta semana se intensifican las reuniones con el Ministerio de Hacienda «porque nuestro objetivo es cumplir los plazos» y niegan una oposición de la cartera de Montero: «No es especialmente negativa y menos de bloqueo».
Hasta el momento, las tres partes implicadas mantienen las formas y aseguran que la fecha del 30 de junio se mantendrá, pero el tsunami político que acecha a Pedro Sánchez ha abierto las dudas y que no se hayan convocado las comisiones no ayuda a trasmitir sosiego y tranquilidad. Sobre el contenido de los acuerdos poco se sabe, aunque desde ERC se apunta que «todas las comunidades autónomas saldrán beneficiadas», una afirmación que también se corrobora desde la Generalitat.
Estamos en la recta final y ERC no está dispuesta a perder su apuesta y advierte a Illa y a Sánchez de que romperá puentes si no hay acuerdo de financiación singular el 30 de junio.
Un acuerdo que es tanto como un salvoconducto para Junqueras para mantenerse al frente del partido. Si no hay acuerdo habrá portazo. Salvador Illa lo sabe y, sin duda, Sánchez también, porque en las conversaciones de estos días no será un plato secundario para los republicanos. Más bien uno principal para mantener el orden interno y mantener a raya a Junts.