Podemos
Errejón se refugia de la crisis interna de Podemos en Inglaterra
Presenta un libro y estudia el ascenso de los laboristas mientrasarrecia la tensión y las bases se inquietan: «Por favor, dinos qué te ocurre»
Presenta un libro y estudia el ascenso de los laboristas mientrasarrecia la tensión y las bases se inquietan: «Por favor, dinos qué te ocurre»
Íñigo Errejón capea el temporal interno en su partido desde Inglaterra, a donde viajó este fin de semana para estudiar sobre el terreno el ascenso de los laboristas británicos liderados por Jeremy Corbyn y presentar la traducción inglesa de su último libro junto a Owen Jones, político inglés que apoyó la campaña Podemos en las generales. Mientras, su ausencia está empezando a provocar la inquietud de las bases de Podemos: «Iñigo, tu silencio nos esta causando mucha intranquilidad a las bases, a los que nos pediste que no os fallaramos, a los que no os hemos fallado y estamos aquí todavía y con más ilusión que nunca. Por favor dinos que es lo que te ocurre», escribía un simpatizante del partido morado en Plaza Podemos, punto de encuentro de referencia en internet para los inscritos de esta formación política.
Para muchos inscritos de Podemos el cese de Pascual es el simbólico broche final a un proceso que viene desarrollándose de manera soterrada durante dos años en Podemos: de un partido en el que lo principal era «empoderar a la gente» y articular políticamente el sentimiento existente en las calles en los peores meses de la crisis, se ha pasado a un partido político muy parecido al resto, fuertemente jerarquizado y en el que prima el éxito electoral y la eficacia a la hora de acceder a las instituciones. El episodio de Sergio Pascual demuestra que Pablo Iglesias detenta un poder tan omnímodo como el que Mariano Rajoy ejerce en el PP y, seguramente, mucho más férreo que el que Pedro Sánchez tiene en el PSOE. En este sentido se pronunció César Luena recientemente cuanto dijo que «en el PSOE, por los mecanismos internos y la democracia interna, sería imposible tomar decisiones de este cariz».
La inmensa mayoría de los cargos públicos y figuras mediáticas de Podemos han militado anteriormente en otros movimientos de extrema izquierda y no son por naturaleza proclives a la docilidad y la mansedumbre. Ésta es la razón de que, con toda probabilidad, durante la semana que hoy comienza se escuchen críticas a las que tendrá que hacer frente el secretario general; críticas que dificilmente se aplacarán con el ascenso de Pablo Echenique a la secretaría de Organización en sustitución de Iglesias.
Por el momento la única voz crítica que se ha dejado escuchar es la de la eurodiputada Tania González, que fue preguntada sobre la destitución de Sergio Pascual mientras se encontraba en Grecia participando en una reunión de la izquierda europea. Las declaraciones de González, figura con peso dentro del partido, no dejan lugar a dudas sobre cómo ha sentado a un sector de Podemos la tajante decisión de Igelsias. Para la eurodiputada, antes de Sergio Pascual debería haber dimitido Luis Alegre. «Quizás la responsabilidad que se le atribuye sobre unos problemas que ha habido en Madrid son problemas que se deberían resolver en Madrid. Hay que pedir las cuentas en Madrid y exigir la responsabilidad a quién la tiene. Y allí el secretario (de Organización, Sergio Pascual) no es el máximo responsable, sino el secretario general», fueron sus palabras tal y como las recogió en Grecia la agencia Efe. No sólo la decisión en sí sino también las formas utilizadas por Iglesias fueron blanco de la crítica de González. «Tanto Sergio Pascual como el resto de la ejecutiva nos enteramos por la prensa», dijo.
Como no podía ser de otra manera, teniendo en cuenta el largo silencio de Íñigo Errejón en las redes sociales, las bases del partido especulan sobre la crisis desatada en lo más alto de Podemos. «Cuanto más tiempo pasa más evidente me parece que su silencio es un silencio “táctico”», opinaba un militante del partido.
Otro inscrito de Podemos comentaba con perspicacia qué podría estar pasando por la cabeza de Errejón en estos dificiles momentos: «saldra y dirá que no pasaba nada, por lo menos hasta que se forme gobierno o hayan pasado nuevas elecciones no hará nada que pueda perjudicar al partido, aunque a lo mejor ganas no le faltan en este momento y es comprensible porque criticar el trabajo de Sergio es criticar el de Íñigo, ya que Sergio es la mano derecha de Íñigo». En alguno de los mensajes podría incluso adivinarse una nota enternecedora: «Por favor, dinos algo, la plaza está contigo. El silencio a veces no es bueno en según que cosas, más bien perjudica». Para algunos, sin embargo, todo está bien y los culpables son los «infiltrados» que intentan poner palos en las ruedas de Podemos. «Desechemos los cantos de sirena venenosos de los infiltrados, cuya impotencia lleva en aumento desde hace dos años y concentrémonos en nuestras importantes tareas, para salvar a nuestros seres queridos de un miserable futuro de desesperación y miseria, que es el abismo al que nos llevan gobernantes traidores».
Algunos, sin embargo, ponían el dedo en la llaga al señalar que no cuesta nada dar señales de vida y calmar las aguas con un mensaje casual cuando se es consciente de que el silencio va a ser interpretado como tensión en la cúpula del partido: «En los tiempos del iPhone, smartphone, internet, WhatsApp, Facebook, etc. no cuesta ni un sólo segundo salir y decir algo a tus seguidores. No estamos en el tiempo en donde se mandaban señales de humo para comunicar algo».
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