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Febrero «tenso» del PSOE: sin leyes en el Congreso y con amenazas de querella en el Senado
Sánchez convierte el Congreso en un páramo legislativo y trata de frenar la oposición del PP con la vía judicial

El Gobierno concluirá febrero acorralado en el Congreso por su debilidad parlamentaria y en el Senado por la oposición que hace el PP con su mayoría absoluta. La Cámara Baja va a cerrar este mes sin un proyecto legislativo del Gobierno debatido y votado en un Pleno, lo que confirma con meridiana claridad que Pedro Sánchez ha arrancado 2025 con la misma fragilidad que concluyó 2024. Y no solo se ha puesto de manifiesto la debilidad del Gobierno en el último mes en el Congreso, sino también el nerviosismo que refleja la actitud de algunos parlamentarios socialistas en el Senado, que ya han pasado a la amenaza con querellas contra cualquier voz crítica para tratar de frenar la oposición que está haciendo el PP en la Cámara Alta.
En concreto, según ha podido saber LA RAZÓN, recientemente, el letrado mayor del Congreso Fernando Galindo trasladó a la jefa de los servicios jurídicos del Senado que el senador del PSOE Manuel Fajardo está estudiando la posibilidad de presentar una querella contra ella. Fajardo es, además, miembro de la Mesa del Senado y parece la voz que muestra el nerviosismo en el PSOE por los informes jurídicos de los letrados de la Cámara Alta, que, muchas veces, son críticos con iniciativas socialistas (como la Ley de Amnistía o el error en una ley sobre el sueldo de los jueces corregido por la puerta de atrás en el BOE) y acaban convirtiéndose en un argumento para actuaciones del PP ante el Tribunal Constitucional.
Pero eso no es todo dado que el partido de Alberto Núñez Feijóo también ha creado una Comisión de Investigación sobre el «caso Koldo» que está inquietando y mucho al PSOE. De hecho, ahí, según ha podido saber este periódico, se recibieron recientemente unos documentos que recogían cuentas bancarias de la mujer de Pedro Sánchez y varias ministras y exministras del Gobierno socialista. Y el propio Senado ha remitido esos documentos al Consejo General del Poder Judicial para que estudie qué hacer con ellos ya que solo la autoridad judicial puede contrastar ese tipo de datos. Y, esa misma maniobra, constatan a este diario, también ha despertado muchos nervios en el propio Fajardo.
Además de la amenaza de querella de Fajardo, el jueves, durante una sesión de la Comisión de Investigación en la que debía de comparecer la mujer de Koldo García aunque al final se ausentó, el portavoz socialista Alfonso Gil amenazó con acciones legales contra el PP por la presunta revelación de datos personales. No obstante, de momento, en el PSOE no han dado ningún detalle más sobre esta cuestión.
El Gobierno, por tanto, ha elevado todavía más la intensidad de sus acciones para defenderse del acorralamiento que está sufriendo en el Senado ya que, hasta ahora, estaba apostando por la supresión de competencias (como la posibilidad de bloquear los Presupuestos) y la indiferencia (Sánchez va a cumplir un año a principios de marzo sin someterse a las sesiones de control).
Mientras el PSOE muestra su nerviosismo en el Senado, en el Congreso refleja su debilidad en un mes bastante complicado. El Gobierno tiene todavía 35 proyectos de ley en el cajón sin aprobar y aun así, no se ha votado ni se ha debatido ninguno en todo febrero en el Pleno porque tampoco parece tener los apoyos suficientes. Los socialistas han sufrido derrotas parlamentarias menores (proposiciones no de ley y mociones) ya que ninguna ley ni decreto ha sido tumbado, como sí ocurrió en enero, pero tienen la actividad del Congreso bajo mínimos y ahora albergan la amenaza de que Sumar una sus votos al PP para tumbar el IRPF al Salario Mínimo Interprofesional, lo que dejaría a Hacienda sin la previsión de ingresar entre 1.700 y 2.000 millones de euros este año marcado por la presión del aumento del gasto que va a introducir la OTAN en plena inestabilidad mundial por la guerra de Ucrania y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Mañana no hay ninguna ley del Gobierno en el Pleno, pero Sánchez puede llevarse un duro revés ya que se vota la cuestión de confianza presentada por Junts (si finalmente no se arredra, como le pide el mediador internacional). No tendrá efectos jurídicos porque Sánchez ya ha dicho que no va a someterse a una votación en el Pleno ni tampoco parece que vaya a moverse para convocar elecciones, pero sí puede marcar un antes y un después en las relaciones entre Junts y el Gobierno ya que, más tarde, los posconvergentes pueden exigir al presidente que cumpla ese mandato y presente una cuestión de confianza. En este sentido, cabe recordar que solo el presidente del Gobierno puede someterse, a iniciativa propia, a una cuestión de confianza, tal y como recoge la Constitución: eso sí podría ser el principio del fin de la legislatura.
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