Reunión bilateral
Feijóo llevará cerrado el pacto para la reforma del artículo 49
La modificación constitucional podría salir adelante en enero si Sumar acepta los términos
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se sentarán hoy en el Congreso sin que entre los dos gabinetes se hayan intercambiado más papeles que la agenda con los temas que remitió la dirección del PP a Moncloa. No ha habido respuesta, ningún papel de trabajo, síntoma de lo que se puede esperar de una entrevista sobre la que se han radiado las diferencias en los medios de comunicación, y sin que se haya hecho la más mínima puesta en común para obtener algún resultado.
Desde las posiciones antagónicas que mantienen, Feijóo acudirá, no obstante, a la Cámara Baja con un texto cerrado para la reforma del artículo 49 de la Constitución para incluir el término persona con discapacidad. La literalidad de la propuesta de reforma está basada en el acuerdo que firmaron el pasado abril Presidencia y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, un pacto que no se acabó llevando adelante porque los independentistas sumaban los escaños necesarios para solicitar la convocatoria de un referéndum constitucional.
Al caer en las últimas elecciones generales, esa posibilidad ya no la tienen a su alcance, no suman los 35 escaños necesarios, por lo que el acuerdo entre el PSOE y el PP podría ser inmediato, de ejecución en enero, siempre y cuando Sumar se pliegue a esta posición. Es decir, que Sánchez sea capaz de conseguir que el gobierno hable por una sola voz.
El balón para que se materialice este acuerdo de Estado quedará, por tanto, en el tejado de la coalición.
Por otra parte, Feijóo también pedirá hoy a Sánchez que paralice la moción de censura en Pamplona que concederá el control de la Alcaldía de Pamplona a Bildu, y le exigirá explicaciones sobre el contenido de lo que está negociando con el independentismo.
Las expectativas de acuerdo son mínimas. Y más bien la entrevista servirá para que Feijóo, por su parte, y Moncloa, por la suya, confronten sus diferentes posiciones, divididas, además, por la incompatibilidad que introduce el alcance de los acuerdos de investidura que Sánchez ha firmado con Carles Puigdemont.
En una entrevista con Susanna Griso, en el programa Espejo Público de Antena 3, el líder del PP confirmó que está abierto a negociar con otras fuerzas, también con Junts, dentro del marco constitucional para tumbar iniciativas legislativas del Gobierno que vayan contra su programa económico, fiscal o social.
«Con los pactos dentro de la Constitución no tenemos ningún problema». Este periódico adelantó ayer que Puigdemont quiere sacar de Sánchez la amnistía y un avance en el reconocimiento de la realidad nacional catalana, pero, al mismo tiempo, mira a Madrid con una visión pragmática y no se cierra a negociar y a pactar medidas coyunturales con los populares y a ir juntos frente a leyes del Gobierno de coalición que vayan en contra del programa de su partido.
En la citada entrevista, y respondiendo a la información publicada por este periódico, Feijóo puso como ejemplo la ley de vivienda, que asegura que Junts no comparte, como una de las posibilidades de acuerdo con el partido catalán para frustrar la votación al Gobierno.
Feijóo considera que la amnistía se sitúa fuera de la Constitución y que encima de la mesa de negociación en Ginebra también hay cuestiones que se salen de los límites constitucionales y rompen con el principio de igualdad entre españoles y entre territorios.
El líder popular explicó que en los contactos informales con Junts, que su partido mantuvo antes de la investidura, esta formación les pidió lo mismo que a Pedro Sánchez, incluida la aprobación de una ley de amnistía.
En todo caso, confirmó que no descarta intentar que Junts o PNV respalden en algún momento de la Legislatura una moción de censura contra Pedro Sánchez, aunque ha precisado que hay que ser respetuosos y sensatos y no es el momento de estos planteamientos porque la Legislatura acaba de arrancar. A su juicio, ambos partidos estarán un tiempo vinculados al PSOE porque Junts necesita la amnistía y ERC necesita mucho dinero. Pero si la legislatura colapsa, podría presentar una moción de censura contra Sánchez.
El hecho de que la reunión se celebre en el Congreso la justificó en la necesidad de devolver la importancia a las instituciones, sobre todo después de que la investidura se cerrara en un chalet en Suiza y el control al Gobierno se haga a través de reuniones en Ginebra con un mediador especialista en bandas armas. «Volver al Congreso es otorgar la soberanía al pueblo español». «Puigdemont le está ganando al Estado y lleva ventaja porque está consiguiendo la amnistía y que le pidamos perdón porque no ha cometido ninguna ilegalidad».
El PP está gestionando cada movimiento que da en el arranque de la Legislatura desde la idea de dirigir todos los esfuerzos a conseguir que el voto de la derecha no quede fragmentado, y el reto de la reunión con Sánchez se mida también bajo este mismo prisma. Vox ya ha sacado la pata del tiesto para marcar diferencias con la estrategia del PP, pero es una estrategia que sólo sirve para reafirmar a un suelo electoral, resistente, pero que no crece.
Moncloa también está rebajando las expectativas sobre el encuentro de esta mañana. La fecha sale del Gabinete de Sánchez, y ya es un indicativo de la poca trascendencia que querían dar a la reunión en sí misma. Para ellos, tenía más valor el calentamiento previo y la posibilidad de utilizarla para dibujar la imagen de un líder de la oposición que se atrinchera y se niega a reunirse con el presidente del Gobierno, opción que el propio Feijóo aseguró ayer en Antena 3 que nunca tuvo encima de la mesa.
Después de haberla utilizado en clave de construcción de un relato que rebajase la presión sobre las ataduras de Sánchez con Puigdemont y con Junqueras, Moncloa ya no ve más interés en la cita de esta mañana que la de poder sacar la conclusión de que Feijóo es «un líder extremista que boicotea el diálogo» porque no acepta que no ha conseguido los escaños necesarios para poder gobernar.
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