Investidura

Feijóo mueve el tablero con su oferta a Sánchez

La propuesta de una legislatura de concentración sorprende al PP y prepara la dura respuesta al pacto con Puigdemont

Reunión en el Congreso entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Reunión en el Congreso entre Pedro Sánchez y Nuñez Feijóo .Gonzalo PérezGonzalo Pérez

El PP movió ayer una de sus «torres» en la partida de ajedrez de la negociación de la próxima investidura. Fue un movimiento a medio plazo, dando por descontado el «no» de Pedro Sánchez a la oferta de Alberto Núñez Feijóo de una especie de legislatura de concentración, reducida a dos años antes de convocar elecciones, y sostenida en un trabajo conjunto entre los dos principales partidos para sacar adelante un paquete de seis pactos de Estado. El presidente en funciones resolvió la incomodidad de tener que acudir a la convocatoria del candidato propuesto por el Rey a la investidura, como lista más votada en las elecciones, con un ejercicio de desdén y de ninguneo hacia la reunión celebrada en el Congreso.

La respuesta de Moncloa, incluso la convocatoria de una Ejecutiva del PSOE para escenificar el «no» de Sánchez a la propuesta de Feijóo, entró dentro del guion previsto. Pero el movimiento táctico de Génova, que desconcierta en algunos sectores del PP, forma parte de una hoja de ruta en la que la dirección popular se coloca en el día después de que fracase la investidura de Feijóo y el foco se coloque de lleno sobre la negociación de Sánchez con sus socios.

El presidente en funciones tiene que llegar a un acuerdo que ligue las exigencias de hasta siete partidos, y uno de ellos, Sumar, incluye a otra quincena de siglas. La mayoría de estas fuerzas cuestionan seriamente la Constitución.

Moncloa se comporta como si considerase que ERC, Bildu y el PNV son ya filiales del PSOE, de las que tiene asegurado el apoyo a su candidato. Por lo que el único obstáculo a salvar, no menor, sería el del expresidente Carles Puigdemont, huido de la Justicia española, y que dice que condiciona su «sí» a Sánchez a la amnistía y a un referéndum de autodeterminación.

En todo caso, la explicación que Génova da a su llamativo movimiento es que cuando la partida de ajedrez se concentre en los movimientos del PSOE y de sus socios Feijóo tendrá como aval esta propuesta de acuerdo, que ayer formalizó al líder socialista para evitar, precisamente, que el Gobierno de España esté sometido al «chantaje» de Puigdemont y del resto de partidos minoritarios.

La propuesta de Feijóo sorprendió incluso a su partido, igual que lo ha hecho la decisión de Génova de incluir también en sus contactos con los grupos parlamentarios a Junts. Sólo dejan fuera a Bildu por sus vínculos en el pasado con el terrorismo. Por cierto, los contactos formales con los grupos no los presidirá siempre Feijóo, por lo que no se verá una fotografía del candidato popular con los portavoces de Junts. En este proceso de negociación de la investidura lo importante, en el lado socialista y en el popular, no está en lo que se ve, sino en las gestiones que se realizan fuera de las cámaras.

Feijóo defendió que España no puede estar en manos de los «independentistas envalentonados» que defienden recetas que ahondan en la desigualdad de unos españoles frente a otros. Para desactivar la influencia de estos partidos independentistas, su propuesta es una legislatura de solo dos años, con seis pactos de Estado a desarrollar y la promesa de unas elecciones generales transcurrido ese plazo máximo, y una vez acometidas las reformas pendientes, salvo que los partidos firmantes de este acuerdo consideren conveniente la continuidad de la legislatura para cerrar éstos o nuevos acuerdos. Es un pacto, en teoría, abierto a todas las fuerzas, pero, en la práctica, es una propuesta que se dirige al PSOE como principal interlocutor. El «Acuerdo por la igualdad y bienestar de todos los españoles», al que dio un portazo Sánchez, incluye un pacto por la Regeneración Democrática, por el Estado del Bienestar, por el Saneamiento Económico, por las Familias, por el Agua y por la Cohesión Territorial.

El líder del PP compareció en el Congreso para poner en valor su documento, mientras que Sánchez escapaba rápidamente hacia Ferraz para reunirse con su Ejecutiva. El eje para justificar esta original propuesta de gobierno es que quieren evitar que la gobernabilidad se convierta en un bien a subasta y sujeta al chantaje permanente de los soberanistas. La derogación del «sanchismo» fue la línea central de la campaña de las elecciones generales del PP, pero los resultados, y el poder que éstos conceden a Junts, es lo que ahora alegan para hacer esta propuesta de acción conjunta de gobierno, sin inclusión de cargos socialistas en el futuro Gabinete.

En suma, el intento de investidura de Feijóo recibió ayer en su primer acto el «no» rotundo del PSOE. La dirección popular cuenta con un mes por delante, al que tiene que dotar de contenido en la agenda, pero con cuidado de que ésta no se vuelve en contra del candidato. La próxima semana ya han convocado una Junta Directiva Nacional, máximo órgano entre Congresos.

Hoy el líder popular inaugurará junto a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el inicio del curso político en Madrid. Dentro y fuera del partido se observan con atención los movimientos de Ayuso, a la espera de ver si hace algún gesto que indique que cuestiona la estrategia nacional, por ejemplo la decisión de incluir en el diálogo a los representantes del partido de Puigdemont. Ayer, Ayuso criticó que Sánchez dijera un «no es no», antes de saber incluso lo que le iba a proponer el candidato del PP, pero, sin embargo, diga un «sí es sí» a todas las exigencias de los independentistas.