
"LA RAZÓN DE... Juanma Moreno"
Feijóo: "La sensación de caos en todo lo que depende del Gobierno es absoluta"
El líder del PP: "Mi modelo son las mayorías amplias de Juanma Moreno y Ayuso".
Desde la agresión a un vecino de 68 años el pasado miércoles 9 de julio, la conversación pública en España tiene nombre propio: Torre Pacheco, el municipio de la Región de Murcia con 40.000 habitantes que se ha convertido en el escenario de una batalla campal entre radicales venidos de otros puntos y grupos de inmigrantes.
En «LA RAZÓN DE... Juanma Moreno», Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, denunció la parálisis del Gobierno en esta crisis: «Garantizar la seguridad de los ciudadanos es su primer deber y es su responsabilidad que no se generalice esta sensación de inseguridad e impunidad».
Lo cual, añadió, «se consigue coordinando las actuaciones necesarias y dotando las calles con los efectivos necesarios, no desde Wimbledon», un dardo directo al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sobre el que arrecian las críticas por su asistencia a la final del torneo de tenis en Londres mientras que en nuestro país tenía lugar un problema de seguridad de primer nivel.
«La dejación de funciones y la sensación de caos en todo lo que depende del Gobierno es absoluta», sentenció ayer el jefe de la oposición, que pidió «un cambio» para poner fin «al escándalo permanente, al desprestigio internacional, a la inseguridad jurídica, a la inseguridad ciudadana, al pesimismo social y a la corrupción sistémica».
En contraposición con su sombrío diagnóstico del panorama político, el líder del PP remarcó que España «necesita un Gobierno que crea en el potencial de los españoles y en ella misma», y que «le devuelva la prosperidad, la convierta en el mejor lugar para vivir y trabajar, que dedique los recursos de los ciudadanos exclusivamente a mejorar la vida de los ciudadanos y que defienda la igualdad ante la ley, la decencia y la independencia de las instituciones del Estado frente al Gobierno». En resumen, recalcó, España «necesita un Gobierno limpio». Y dio su palabra de que «lo va a tener».
Anda inmerso Feijóo, desde el XXI congreso nacional del PP, que se celebró hace dos semanas en Madrid, en la tarea de proyectar una alternativa al «sanchismo» que logre pescar electores en orillas de izquierda y derecha. El espejo, recordó este lunes en la sede de este periódico, son su Galicia, donde fue virrey durante 13 años, la Andalucía de Juanma Moreno o el Madrid de Isabel Díaz Ayuso. «La receta», en definitiva, no es otra que «una mayoría amplia, una mayoría incontestable». Un «pacto directo de las urnas».
En su intervención, Feijóo se aferró a «una mayoría amplia» como «la única garantía de una España que deje de ser prisionera de minorías, de una España que deje de estar gobernada por el cortoplacismo y de una España donde los valores y los principios no son moneda de cambio».
A su juicio, es exactamente lo que ocurre «a diario». Para muestra, la financiación singular para Cataluña, que apenas unas horas antes de pronunciar estas palabras pactaban en Barcelona, mano a mano, en una comisión bilateral, el Gobierno y la Generalitat.
Un nuevo peaje que persigue un doble fin: amarrar la legislatura tanto en el parlamento catalán como en el Congreso de los Diputados. En un momento especialmente crítico por los escándalos de corrupción, Pedro Sánchez y Salvador Illa, que tienen su sino en manos de ERC, se han propuesto cumplir con el prometido «cupo catalán» para que el buque no se vaya a pique. Un capítulo de cesiones que augura bronca política y lío en los tribunales.
El PP, por lo pronto, se opone frontalmente a los términos del acuerdo. «Los recursos de todos no pueden estar repartidos por una minoría», clamó Feijóo. «El dinero de todos los españoles no está para financiar el tiempo en el gobierno de ningún presidente. La igualdad de los ciudadanos en el acceso a sus servicios públicos no puede depender del código postal», zanjó.
Frente a un Ejecutivo sujeto a los deseos de independentistas y nacionalistas, el presidente popular abogó por «un Gobierno que sirva a una mayoría de españoles, que no se rinda a minorías políticas, lo contrario a la democracia». Y volvió a empeñar su palabra: «España tendrá ese Gobierno».
De la misma forma que admitió que la estela en la que hoy se fija para hacerse con La Moncloa en solitario son sus barones, e incluso él mismo en tiempos pretéritos, también desveló cuáles son los ingredientes con los que quiere conquistar la anhelada «mayoría ancha».
Uno: «La centralidad de planteamientos». Dos: «La firmeza de principios». Una receta aderezada con sus atributos. «Siempre he sido un presidente radicalmente honesto con los españoles, radicalmente riguroso con la gestión de su dinero y radicalmente comprometido con el servicio público. Sé que la inmensa mayoría de los españoles se reconoce en estos valores, por eso no renuncio ni renunciaré jamás a reunir a la mayoría de españoles en torno a este proyecto».
Del anfitrión del acto, Feijóo destacó, a modo de síntesis, la buena sintonía que hay entre ambos, escenificada en la decisión del presidente andaluz de elegirlo como telonero. «Gracias a Juanma Moreno por pedirme que te presente y demostrar que es posible que un líder nacional de un partido se reúna con un presidente autonómico de su partido y que hablen bien el uno del otro», contragolpe para Sánchez, enemistado con Emiliano García-Page. Así le echó kilos de sal a la herida y destacó la anomalía: «Actualmente es algo a preservar».
Sobre la figura de su barón, ensalzó su trayectoria, marcada por una larga travesía en el desierto en la que llovieron «críticas» -algo que, matizó, «suele ocurrir cuando estás en la oposición»- como, que «era muy joven, demasiado moderado» o que «no tenía el carisma de alguno de sus predecesores...». Pero Feijóo le apoyó «desde el principio», cuando fue nombrado candidato, porque vio en él las cualidades «que debe tener un gran presidente».
Estas son: «Conocimiento de su territorio, conocimiento de la Administración, capacidad de trabajo, que sepa muy bien que su objetivo fundamental es unir a la sociedad y pasión por lo que haces, que quieras a tu tierra por encima de todo y que te identifiques con ella».
A base de «ilusión» y de una «tenacidad», Feijóo describió cómo su barón ha desmontado el mito de que Andalucía «estaba condenada» al socialismo. O lo que es lo mismo, «a la corrupción sistémica, a los escándalos constantes y los titulares sórdidos; a la compra de voluntades, al clientelismo como forma de organización política; a un socialismo que necesitaba una sociedad subsidiada para perpetuarse, que prefería poder a prosperidad, y una tierra subvencionada antes que una tierra emprendedora».
Frente a ello, «Juanma fue siempre un convencido de que otra Andalucía era posible», apuntó Feijóo. «Demostró que fue capaz de desmontar un régimen y dar la vuelta como un calcetín a la administración autonómica de la comunidad más poblada de España».
Del balance de dos mandatos seguidos, apuntó varios logros: la «inversión extranjera récord», por encima de la nacional, y el número de autónomos, «el mayor de toda España». Un palmarés que le valió una mayoría absoluta que, vaticinó Feijóo, no será la última: «No tengo ninguna duda».
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