Renuncia
El Gobierno cree que sería "perder el tiempo" presentar los Presupuestos sin apoyos
El Ejecutivo está dispuesto a rehuir su obligación constitucional para no demostrar debilidad
El Gobierno no prevé aprobar unos Presupuestos Generales del Estado para el presente ejercicio. Tal como publicara hace días este diario, en Moncloa han bajado ya los brazos y fuentes gubernamentales reconocen que el horizonte se "complica" para tener unas nuevas cuentas, pese a que públicamente aseguren que no renuncian a nada y que seguirán intentándolo con sus socios.
El Ejecutivo ha incumplido, de facto, el propio calendario que se dio como referencia y que preveía presentar un nuevo proyecto en el primer trimestre del año. Hacienda no ha encarado en serio las negociaciones presupuestarias con los grupos –según ellos mismos reconocen– ni ha avanzado los pasos previos, a falta del rediseño de un nuevo techo de gasto –que Junts ya tumbó en el Congreso por considerarlo insuficiente– con apoyos suficientes para salir adelante.
Esta falta de apoyos es a la que se aferran ahora en Moncloa para rehuir la obligación constitucional de presentarlos ante la Cámara. El Ejecutivo prefiere incumplir este mandato de la Carta Magna antes que visibilizar su flaqueza parlamentaria, alegando que es una "pérdida de tiempo". "Seguimos trabajando , dialogando, debatiendo con las distintas fuerzas parlamentarias", ha explicado la portavoz, Pilar Alegría, para terciar inmediatamente que "hay que llevarlos [al Parlamento] de manera acordada". "Si no sería una pérdida de tiempo del Congreso y también de los ciudadanos", ha resuelto.
En la práctica, los Presupuestos ya están prorrogados desde el 1 de enero, pero el Ejecutivo había sostenido públicamente que presentaría unas cuentas para 2025 aunque no tuviera los votos suficientes para que salieran adelante. Sin embargo, ahora se cambia de criterio, porque hacerlo y perder la votación sería un mazazo político para el Gobierno y pondría a Sánchez ante el espejo de 2019, cuando el mismo presidente utilizó el veto a las cuentas para convocar elecciones generales.
Entonces, se utilizó la falta de apoyos como coartada para llamar anticipadamente a las urnas con la "foto de Colón" -de PP, Ciudadanos y Vox- en la retina como elemento aglutinador del voto de la izquierda. Ahora, los números no dan, con una izquierda totalmente desestructurada y el presidente se ha propuesto resistir hasta 2027 sea como sea. Con cuentas o sin ellas.
"Este es un gobierno realista sobre la propia complejidad parlamentaria que tenemos, las leyes que llevamos al Parlamento, por la propia situación parlamentaria, las dialogamos y las debatimos con las fuerzas parlamentarias. El presupuesto es necesario llevarlo acordado para que pueda aprobarse. Es un ejercicio de realismo", ha insistido Alegría. "En eso estamos".