Análisis

Incógnitas sobre la izquierda: del rol de Sumar al liderazgo de Díaz

No hay avances sobre la «reflexión» que se prometieron los partidos, ni principios de acuerdo

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i), y la directora general de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, Cristina Fernández (d), durante la firma del convenio suscrito por el Organismo Autónomo de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) y el Consejo de Seguridad Nuclear en materia de vigilancia de los riesgos laborales en actividades con exposición al radón, en la sede del Ministerio, a 29 de julio de 2024, en Madrid (...
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda DíazDiego RadamésEuropa Press

Empezar de cero. La izquierda alternativa al PSOE se tomará el tiempo estival para recuperarse de un traumático ciclo electoral y repensar que tipo de solución hay para escapar del hundimiento electoral que ha sufrido este 2024.

La dimisión de Yolanda Díaz como coordinadora de Sumar a causa de los malos resultados en las elecciones europeas evidenció las costuras de un proyecto que pretendía ser la herramienta «aglutinadora» de todo el espectro ideológico de la izquierda del PSOE, tras años de luchas internas por el poder. Desde ese momento, las formaciones que hasta ahora la apoyaban sin fisuras, –Más Madrid o IU– avisaron contundentemente a la vicepresidenta segunda: Sumar como partido hegemónico en la izquierda estaba «superado» y la voluntad de Yolanda Díaz de que todas las formaciones se «plegaran» a su proyecto había fracasado por completo.

Desde el 9J, todas las formaciones se prometieron comenzar a trabajar para encontrar una solución «sosegada» para relanzar el espacio. Si bien, al principio, todos los partidos esperaban dar pasos antes de comenzar el nuevo ciclo político tras las vacaciones de verano, lo cierto es que no se esperan grandes avances entre las organizaciones este mes de agosto, según las fuentes consultadas, menos después del naufragio de la «mesa de partidos» que Sumar prometió con los primeros espadas de cada partido. Ninguno quería acudir a una mesa en la que no se conocía la hoja de ruta concreta y que se entendió como un intento de los de Díaz por lograr una «foto de unidad» tras su propio fracaso. Las partes implicadas se han dado este mes de «descanso» y más allá de un primer contacto presencial entre las secretarías de organización de todas las formaciones y llamadas telefónicas, no hay a día de hoy propuestas cerradas para abordar el reto que algunas de las partes se ha fijado: volver a ser el espacio que llega a convencer entre a un 15 y un 20% del electorado como en 2015. De momento son muchas las incógnitas que rodean al espacio y, pocas, las propuestas consensuadas. Los partidos reconocen que también esperan a sus próximas asambleas para definir sus alianzas a futuro. Aquí, algunos de los temas a debate:

Rol de los partidos

IU o Más Madrid han exigido a Sumar trabajar de una manera «horizontal» en la que todas las partes tengan el mismo peso. Anulada queda ya la fórmula de Yolanda Díaz que prevía integrar a los partidos dentro de Sumar y darles, solo, un 30% de poder, mientras que se reservaba para los suyos el 70% en los órganos de dirección. IU ha pedido trabajar «unidos en un marco de funcionamiento democrático, en el que todas las organizaciones políticas se sientan parte del debate y, por consiguiente, también de las decisiones». Sumar ha asegurado aceptar su «nueva posición», de debilidad frente a formaciones territoriales, pero, sin embargo, no renuncia a ser ese espacio «aglutinador», que otros partidos dan por amortizado. Nada resuelto, de momento.

Respetar la autonomía

Más Madrid ha puesto en valor el «arraigo territorial» de las marcas regionales y ha avisado de que Sumar deberá respetar su «autonomía» y espacio. Es decir, no construir otro partido rival en la Comunidad de Madrid. Algo en lo que también insisten desde Compromís en Valencia, los comunes en Cataluña, la Chunta en Aragón o Més en Baleares. Ello deja poco margen de actuación para la implantación territorial de Sumar a lo largo del país y Díaz no renuncia a consolidarse en las comunidades.

Primarias

El primer experimento de Sumar –el 23J– se saldó con una negociación in extremis entre 15 partidos en la que Sumar tenía capacidad de veto sobre el resto de organizaciones para decidir quién concurría y quien no a las elecciones (Veto a Irene Montero, por ejemplo). No hubo primarias para elegir a los candidatos porque –argumentaron– no hubo tiempo ante las elecciones exprés. Ahora, las formaciones exigen un «método democrático» de elección de cara a futuros comicios, es decir, primarias. Sumar, de momento, no lo ha confirmado.

¿Cómo llamarse?

Sumar se resiste a ello, o quiere relegarlo a un segundo lugar, pero lo cierto es que el nombre importa y ya a nadie en el espacio le seduce el nombre elegido por Díaz. Eso sí, todavía no quieren darlo por amortizado porque Sumar representa a cinco ministerios y a un grupo parlamentario de 27 diputados en el Congreso. El coordinador de IU, Antonio Maíllo, fue el primero que abrió la veda vaticinando una nueva denominación. En Sumar, aseguran, que lo que «importa son las políticas» y que los debates orgánicos alejan, más que acercan a la ciudadanía.

Díaz, ¿candidata otra vez?

Se ha apartado de lo orgánico para «preservar» su figura institucional. La pregunta siguiente es si repetirá como cabeza de cartel si hay elecciones generales. La respuesta está en el aire, aunque todos los partidos reconocen que Díaz sigue siendo un «activo electoral».

¿Otra coalición con Podemos?

Solo IU apuesta oficialmente por intentar recuperar la «unidad» y el trato con los morados, después de la traumática ruptura en el Congreso. Podemos asegura haber «pasado página» y trabaja para su reconstrucción y en Sumar echan balones fuera, incidiendo en que «fueron ellos los que rompieron».