Opinión

Los intocables

Puede parecer duro que Feijóo plantee llevar a Sánchez a los tribunales o a Begoña Gómez a la Comisión por un conflicto de intereses

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez, se besan durante el acto de cierre de la pasada campaña de las generales del 23J del PSOEEp

Puede parecer duro, excesivo y exagerado que Núñez Feijóo se plantee llevar a Sánchez a los tribunales o a su esposa, Begoña Gómez, a la Comisión de Investigación, recientemente creada en el Senado, para que uno u otro aclaren las sospechas por un conflicto de intereses que pudiera haber habido con las ayudas recibidas por Air Europa. Ella por reunirse y él por no ausentarse del Consejo de ministros que aprobó dichas ayudas.

Puede ser una exageración, porque, quién sabe si en las dos reuniones secretas que, tuvo Begoña Gómez con Air Europa, no se estuviera hablando de rescates económicos y sí se estuviera conversando de las nuevas tendencias en laca de uñas para esta temporada o haciendo una puesta en común de recetas para la freidora de aire.

Extraño, pero no impropio. Lo que es impropio es que, casualmente, después de reunirse en secreto, se aprobara un rescate de 650 millones de euros para la compañía y que, casualmente, se financiara el máster que dirige, sin la titulación necesaria, Begoña Gómez.

Todo es mentira -dicen- pero nada se desmiente. Todo son inexactitudes, pero nadie da exactitudes. El presidente y el PSOE quieren que la señora sea intocable, pero para que sea intocable se tendrá que probar que no es tocable, digo yo.

También se podría aprobar, igual que con la amnistía, una ley a la carta de intocables, en la que además de Begoña, estuviera Puigdemont y Aragonés para no tener problemas en la celebración de otro procés.

Jorge Fernández, columnista de este periódico, diría en clave espiritual que “en los designios de la providencia, no hay meras coincidencias” y Freud diría que las cosas no ocurren por casualidad si no por causalidad. Ni es exagerado, ni es excesivo que el PP se plantee ir a los tribunales o citar a Begoña Gómez en el Senado.