Isabel García Tejerina, una ministra a todo riesgo

De apariencia sencilla y discreta, la nueva titular de Agricultura ha practicado el «freeride», una modalidad de esquí en la que se desciende por montañas vírgenes.

En la siempre intrincada atmósfera política, su nombramiento como titular de la cartera de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no dio lugar a efervescencias y se ajustó a la etiqueta de lo «previsible» dentro de las quinielas sucesoras –el propio Arias Cañete llegó a calificar el nombramiento de continuista con su proyecto–. Sin embargo, a juzgar por lo que se sabe de ella más allá de los círculos del Ministerio y los corrillos gubernamentales, parece que a Isabel García Tejerina le gusta dejar la estupefacción y lo impredecible para esos márgenes de la vida en los que los cronistas no suelen reparar. Son talentos, cualidades y aficiones que no se enseñan en ninguna Escuela de Negocios y que, desde luego, tampoco se aprenden en las clases magistrales de la americana Universidad de Davis –donde la nueva ministra estudió un Máster en Economía Agraria–, ni mucho menos aparecerán reflejados en el siempre observado currículum de los cargos públicos. Aunque desafíos en la arena política no le faltarán a partir de ahora –ya le han lanzado algunos urgentes, como la aplicación de la reforma de la Política Agraria Común (PAC) y mejorar sus competencias en asuntos pesqueros–, la ministra no se amilana e incluso podría decirse que esta vallisoletana de 45 años está curtida en el riesgo.

Quienes conocen el perfil más privado de la nueva titular de Agricultura aseguran que una de sus aficiones es esquiar en la modalidad «freeride», es decir, deslizarse más allá de las balizas y explorar rutas no marcadas. Aunque el esquí también le gusta en su modalidad más clásica y «light», García Tejerina ha viajado a picos de Suiza y Canadá en los que es necesario el acceso en helicóptero para poder surcar luego montañas de nieve virgen. Al tratarse de zonas más inexploradas y en las que suelen existir obstáculos naturales (saltos y rocas) y grandes pendientes, hay un mayor riesgo de avalancha y por eso se considera una actividad extrema, que se practica con equipos especiales (los esquís suelen ser más anchos y largos que los convencionales). Quizá por lo que advierte el refranero popular –eso de que «las apariencias engañan»–, más de un observador ya había percibido que a la sucesora de Arias Cañete le iba el deporte –el modelo que eligió para la jura de su cargo el pasado lunes en Zarzuela dejaba al descubierto sus tonificados brazos–, y su verdadera pasión es, sin duda, el tenis. De hecho, aseguran que esas aptitudes que la han hecho sobresalir en el Ministerio –«rigurosa, exigente y competitiva», así la definen– las traslada completamente a la pista y se convierte en una rival difícil de batir. Aunque salía con frecuencia a practicar su revés –algo que, sin duda, le vendrá bien en las lides políticas, ya que, como le advirtió su predesor en el acto de relevo: «Los cañones de los adversarios apuntan todos los días»–, el nuevo cargo le obligará a alterar sus rutinas deportivas.

Sobre dos ruedas

Y es que el nombramiento de García Tejerina como titular de la cartera de Agricultura le ha hecho salir de ese segundo plano en el que se movía con soltura. La vallisoletana, que a pesar de que ha formado parte de los gabinetes de Jesús Posada y Loyola de Palacio no se afilió al PP hasta 2004, sabía sacar partido al anonimato y hacer vida más allá de los círculos de Génova, una perspectiva que probablemente cambie a partir de ahora. Lo que sí parece haber heredado de su predecesor, Arias Cañete –quien la sacó de la empresa privada cuando los populares ganaron las elecciones en 2011 para integrarla en su equipo ministerial– es la afición por el motor. Eso sí, a un nivel mucho más utilitario. Si el candidato del PP a las elecciones europeas es confeso apasionado de los coches –ha participado en alguna que otra competición, como el Rally de Montecarlo–, García Tejerina se decanta más por las motos. De hecho, para moverse por la ciudad no hay quien la separe de su Vespa, la emblemática marca italiana con la que Audrey Hepburn vivió unas inolvidables «Vacaciones en Roma» junto a Gregory Peck, que le valieron su primer y único Oscar en 1953.

Eso sí, su particular galán de cine parece no haber llegado a su vida, ya que la titular de Agricultura permanece soltera. De familia numerosa, una de sus indudables aficiones es pasar tiempo junto a sus sobrinos, sobre los que se dice que son «su gran pasión». De hecho, ellos se dejaron ver durante el nombramiento de la ministra junto al resto del clan García Tejerina. De sus raíces se siente orgullosa y lo deja ver, no sólo por los estrechos vínculos que sigue manteniendo con su tierra natal –según informaba «El Norte de Castilla», ayer mismo visitaba la escuela La Enseñanza de la Compañía de María, donde estudió durante su infancia y en cuyo libro de visitas dejó inscrito un agradecimiento «por tanto como he recibido de este colegio, de sus profesores, de mis queridísimas monjas y de mis compañeras que llevaré siempre conmigo»–, sino también por sus debilidades futboleras: aficionada del Valladolid, combina su espíritu blanquivioleta con un corazón marcadamente blanco. Sí, para la final de Lisboa, García Tejerina también soñará con que el Madrid se lleve la décima a casa.

En cinco claves

LA FAMILIA

De familia numerosa, le encanta disfrutar del tiempo con los suyos, especialmente con sus sobrinos

MOTERA

Si a su predecesor le apasionaban los coches, García Tejerina prefiere las motos: tiene una Vespa con la que suele desplazarse por la ciudad.

MONTAÑAEXTREMA

Entre sus aficiones deportivas destaca el esquí, que ha practicado en modalidades de riesgo como el «freeride», en montañas de nieve virgen

CORAZÓN BLANCO

Aunque es aficionada del Real Valladolid, quienes la conocen aseguran que tiene el «corazón blanco» y que le encantan los de Ancelotti.

TENISTA

Siente pasión por la raqueta y es tan competitiva en la pista de tenis como en el ámbito profesional. Como aficionada también le gusta asistir a los partidos de Roland Garros.