
"LA RAZÓN DE... Juanma Moreno"
Juanma Moreno promoverá una "alianza común" contra el cupo catalán con "los gobiernos agraviados"
El presidente de la Junta de Andalucía denuncia en LA RAZÓN que el Gobierrno: "Quiebra por la puerta de atrás la solidaridad interterritorial y la equidad entre españoles"
El mismo día en el que el Gobierno de España pactó con la Generalitat de Cataluña, en una comisión bilateral en Barcelona, una «financiación singular» que entrega a la administración autonómica la gestión íntegra del IPRF, tuvo lugar «LA RAZÓN DE... Juanma Moreno» en la sede del Grupo Planeta. Un acto en el que el presidente de la Junta de Andalucía advirtió de un punto de inflexión en la historia de nuestra nación. «Asistimos a un antes y un después en la concepción de España como país».
En su discurso, calificó como «muy grave» la enésima cesión de Pedro Sánchez a sus aliados independentistas, porque «significa romper el papel de cualquier Estado como vertebrador y redistribuidor de la riqueza» y «se están modificando las reglas de juego y renunciando a la cohesión territorial, social y económica de nuestro país». Como no podía ser de otra forma, el llamado «cupo catalán» centró el principal pasaje de la intervención de Moreno. «Hoy hemos asistido a la escenificación de una cesión de enorme gravedad».
El Gobierno, resumió: «Quiebra por la puerta de atrás la solidaridad interterritorial y la equidad entre españoles». Sin contar con «el resto de los españoles» y de «espaldas al resto de comunidades, fuera de los órganos» de representación, caso del Consejo de Política Fiscal y Financiera. «Hemos pasado de la multilateralidad a la bilateralidad, que se resume en que Cataluña pide y el Gobierno se lo concede», aprovechando un Sánchez que «hoy es más débil que ayer, pero menos que mañana».
Si los independentistas «exprimen lo que es de todos», Moreno está dispuesto a tomar la iniciativa. Así anunció que su consejera de Hacienda, Carolina España, ha remitido una carta a María Jesús Montero, «pidiéndole que vuelva al diálogo», y él mismo contactará este martes «con todos los gobiernos autonómicos que se sientan perjudicados para promover una alianza común en defensa de la igualdad» de España,
«Como presidente andaluz», recalcó que se ve en «la obligación de denunciar que se está legitimando la desigualdad entre españoles». Una afrenta que, explicó, consiste en que «las comunidades autónomas más ricas tengan más financiación que las que tienen menos recursos». Y se preguntó: «¿Eso es progresismo? ¿Qué tipo de país quieren?». Para justificar su tono de denuncia, el presidente andaluz tiró de calculadora y censuró que con el pacto Gobierno-Generalitat se está limitando «la posibilidad de avanzar y competir con un sistema de financiación injusto», que ya de por sí resta unos «1.500 millones cada año».
Un maltrato que, lamentó, «acumula una deuda» del Estado con su región de «más de 20.000 millones de euros». Esta es una reivindicación que, antaño, «reclamó con vehemencia» quien fue consejera andaluza, la vicepresidenta Montero, que hoy defiende el pacto con ERC. «La misma persona que ha traicionado a Andalucía negociando un cupo separatista para Cataluña, pero que se ausenta hoy, todo un ejemplo de coherencia y fiabilidad», dijo sobre la vicepresidenta, número dos del PSOE y responsable de Hacienda, que no asistió a la reunión que mantuvo el presidente catalán, Salvador Illa, con el Gobierno de España.
Sobre todo lo que ocurre «en pleno verano», Moreno planteó varios interrogantes: «¿Nos van a explicar el juego de intereses a varias bandas entre el Gobierno y los independentistas? ¿Es el cupo catalán el precio para aprobar la ley Bolaños y proteger al entorno del presidente?». Y se auto respondió: «El Gobierno de Pedro Sánchez agoniza y en su agonía cederá lo que haga falta, claudicará en todo y traicionará a todo el mundo por cinco minutos más en el Palacio de la Moncloa».
Moreno: "La alternativa es más urgente y necesaria que nunca"
Con este percal, el presidente andaluz aseguró que «la alternativa es más urgente y necesaria que nunca». Espaldarazo al líder nacional de su formación, Alberto Núñez Feijóo, que hizo las veces de telonero. «Solo gobernando desde la centralidad podremos avanzar y restaurar el daño provocado en la sociedad y en las instituciones». Para hacer frente al «sanchismo», recetó: «Política real, basada en la gestión; equipos con experiencia contrastada, capaces de tomar decisiones equilibradas, dirigidas al interés general y no a los vaivenes del interés personal o político».
En un momento en el que «está en juego la prosperidad y la convivencia de los españoles, y también la democracia plena y moderna que ampara la Constitución Española», ante una «encrucijada histórica», en la que España se juega su «viabilidad como una nación unida de ciudadanos iguales con un proyecto común», el presidente andaluz reclamó un «proyecto de sentido común, de equilibrio y de realismo».
Un «cambio real» que, a su juicio, representa Feijóo y que tiene por delante retos ingentes: «Que no haya apagones generalizados, que los trenes funcionen, que las empresas puedan crear empleo sin asfixiarlas a impuestos y burocracia, que haya una política nacional de Agua, que busquemos entre todos soluciones a los problemas de la sanidad, que recuperemos la igualdad entre los españoles».
Para dar un aire de esperanza a su sombrío análisis, Moreno puso ante Feijóo el espejo de Andalucía, que, presumió, ha logrado «devolver a una sociedad la confianza y la ilusión que se han perdido con malos gobiernos que socavan la credibilidad de las instituciones». Admitió que «no es un camino sencillo», que no hay «varitas mágicas». Los ingredientes son «mucho trabajo y mucha determinación, también liderazgo y garantía de tener una hoja de ruta».
Agotados tres años de su segundo mandato, y con las próximas elecciones autonómicas oteando en el horizonte, el presidente andaluz aprovechó el atril de nuestro periódico para sacar pecho de su balance: «En Andalucía tenemos estabilidad política y la normalidad democrática que significa tener un Gobierno que gobierna y un Parlamento que legisla». El contraste con el Ejecutivo de Sánchez. «La normalidad de presentar y aprobar unos Presupuestos que fijan las prioridades de la comunidad y que entran en vigor en enero de cada ejercicio».
Lo que se traduce en una buena marcha de la economía. «Andalucía se ha sacudido la resignación y ha recuperado una mentalidad emprendedora y ambiciosa que siempre estuvo ahí, pero fue taponada por malos gobiernos. Hemos superado años de parálisis y mala gestión que nos impedían progresar».
Y lo más importante: «Andalucía ha desterrado la corrupción y los abusos que durante años tiraron por tierra el buen nombre de la comunidad autónoma». En plena cascada de escándalos judiciales, Moreno dibujó un horizonte optimista: «Igual que Andalucía ha demostrado ser mucho más y mucho mejor que los gobiernos de los ERE, España demostrará que es mucho más que el sanchismo de Koldo, Ábalos y Cerdán».
Para lograr un cambio político, tiró de «ilusión y optimismo», dos cualidades que reconoce en el presidente de su partido, Feijóo: «Entre los que quieren que nada cambie y los que quieren dinamitarlo todo, hay una alternativa sensata y creíble, que tiene una radiografía certera de lo que necesita nuestro país y una ruta marcada para lograrlo».
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