ERC

Junqueras, a Sánchez: «Si dejas a Rivera, todo es posible»

Fuentes de ERC aseguran que sí se habló de investidura y que el líder socialista ofreció una «consulta emboscada»

El vicepresidente y conseller de Economía de la Generalitat, Oriol Junqueras
El vicepresidente y conseller de Economía de la Generalitat, Oriol Junqueraslarazon

Fuentes de ERC aseguran que sí se habló de investidura y que el líder socialista ofreció una «consulta emboscada»

La reunión fue solicitada por Pedro Sánchez a espaldas de su partido, y ni siquiera en el PSC lo sabían. En este juego desesperado del secretario general del PSOE para lograr una investidura contra todo y contra todos, Esquerra Republicana nada tenía que perder. Por ello, Oriol Junqueras aceptó el encuentro a instancias de un intermediario, el concejal republicano en el Ayuntamiento de Barcelona Alfred Bosch, que fue diputado en el Congreso y aún mantiene buenos contactos en Madrid. Fuentes de ERC aseguran que sí se habló de la investidura y que Sánchez ofertó «una consulta emboscada», dentro de su anunciada reforma de la Constitución. Según las mismas fuentes, Junqueras fue muy tajante en la conversación y le lanzó un ultimátum: «Si dejas a Rivera, todo es posible». El freno a la presencia de Ciudadanos en cualquier negociación estaba claro.

El propio Oriol Junqueras y altos dirigentes de ERC, quedaron muy sorprendidos con la petición de Sánchez, toda vez que ha dado firmeza y solemnidad a su acuerdo con Ciudadanos. «Éste va a por todas y no tiene lealtades», dicen en el entorno de Junqueras tras el encuentro, que ha molestado enormemente al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que se enteró por la Prensa. A Convergencia y su portavoz en el Congreso, Francesc Homs, que no tenía ni idea. Y a los propios socialistas catalanes, que les pilló en babia. «Pedro se ha pasado», aseguran destacados «barones» del PSOE, bastante hartos de la conducta de Sánchez. «Ni líneas rojas ni moradas, sólo quiere el sillón de presidente aunque sea por un día», opinan muchos diputados socialistas muy críticos con el encuentro.

Según fuentes de ERC, la conversación fue cordial pero muy clara. El líder socialista «se volcó en atacar a Mariano Rajoy» y esbozar toda estrategia posible para desalojarle de La Moncloa. Su oferta fue una reforma constitucional que, bajo el paraguas de un Estado federal, encubra una consulta en Cataluña. El llamado «referéndum emboscado» que denuncia el PP y que rompe todos los acuerdos del propio Comité Federal del PSOE. «Esta vez se ha pasado», afirman en el entorno de la presidenta andaluza, Susana Díaz, y de otros líderes territoriales. La desconfianza hacia Pedro Sánchez crece cada día y son muchos quienes piensan que ha llegado la hora de pararle en seco. «No todo vale, o le frenamos, o se carga el partido», dice un veterano dirigente muy próximo a la lideresa de Andalucía.

En Esquerra eran conocedores de la reunión el propio Alfred Bosch y la número dos del partido, Marta Rovira. En su entorno insisten en que Sánchez imploró su posible abstención en una nueva investidura. «Con Ciudadanos ni a la esquina», le dijo Oriol Junqueras como prueba de que no aceptarán jamás un acuerdo con la formación naranja. Ello levanta ampollas en C’s, sobre todo en sus dirigentes catalanes, que se ven como «comparsas traicionadas», en palabras del entorno de Inés Arrimadas. Y confirma, como muchos temían, las maniobras de Pedro Sánchez para acercarse a Podemos y sus confluencias separatistas con tal de ser investido. Algo que ha revuelto nuevamente las esencias del PSOE y sus «barones» más críticos.

Por parte de Esquerra, la tranquilidad es total. Pero los recelos enterrados tras la dimisión de Artur Mas han resucitado. El sector duro de Convergencia en el Govern, encabezado por Josep Rull, tilda de desleal a Junqueras por ocultar el encuentro. En ERC se defienden al asegurar que reclamaban información en vivo y en directo del aspirante socialista. ¿Y qué respondió Sánchez ante el reto de abandonar a Albert Rivera para cualquier acuerdo? En el entorno de Junqueras son crípticos pero sutiles: «Un líder desesperado es capaz de todo». Más claro, agua.