La fotocopiadora del «acuerdo del Prado»

Dos valencianos de 25 y 28 años revolucionaron el Congreso con un documento en cuya portada aparecía el parque del Retiro y no el paseo del Prado

Son las 8:15 del lunes 25 de abril y dos jóvenes de 28 y 25 años toman café con leche en un bar del centro de Madrid. Aún quedan tres cuartos de hora para entrar a trabajar y no parecen tener prisa. Ambos lucen barba y tienen cierto aire intelectual, como si fueran un par de profesores de universidad novatos.

Apenas hablan. Remueven ensimismados el contenido de sus tazas. Mascan sin entusiasmo sus desayunos.

La escena no tiene nada de particular. Salvo por un detalle: uno de los chavales es diputado en el cercano Congreso y, junto a su amigo, está a punto de tener una idea que en menos de 24 horas va a poner el país patas arriba. El diputado es Ignasi Candela, de Compromís, su amigo, paisano valenciano y su mano derecha en el Congreso, se llama Alex Raga y la idea que está a punto de ocurrirseles es el «Acuerdo del Prado», un intento tan lúcido como desesperado de sacar a España del bloqueo institucional en el que se haya desde hace más de cuatro meses.

Una hora después, ya en la planta 3 bis de la ampliación del Congreso, nuestro par amigos aporrean con entusiasmo el teclado de un ordenador en cuya pantalla van desgránandose 30 puntos del Acuerdo del Prado.

Ignasi Candela tiene 28 años. Licenciado en Económicas, vino a Madrid a hacer un máster en Economía Internacional y Desarrollo que aún no ha podido terminar. «Desde pequeño he estado involucrado en política pero sólo como militante. La decisión de presentarme al proceso de primarias de Compromís para ser elegido candidato a las generales fue una noche de septiembre en la que no podía dormir. Me daba un poco de miedo presentarme. Al final a las cuatro o cinco me dije: «Bueno me presento y así ya duermo un poco». Se lo comenté a Alex y me tachó de loco. Pero mira dónde estamos ahora....» Alex Raga es asistente de Candela en el Congreso y fue el otro hemisferio del cerebro que tejió el Acuerdo del Prado. Tiene 25 años y es graduado en periodismo. Proceden del extremo norte y el extremo sur de Valencia, respectivamente. Entre bromas, Raga explica: «Yo soy de Alboraya, el pueblo de la chufa, y el es de Crevillente, donde también se hace horchata. Pero nos conocimos en Madrid». Ambos reconocen: «No pensábamos que iba a tener tantísimo impacto dado que somos jóvenes e inexpertos en cierta medida... aunque esto ha sido un máster».

–¿Cómo se desarrollaron los acontecimientos tras tener la idea?

–Candela: Al medio día del lúnes, una vez que tenemos el primer borrador de la propuesta redactado, empezamos a comunicarlo a la dirección en Valencia. El problema que surge es que como muchos de la dirección están en cargos políticos de la Generalitat, es muy complicado dar con todos ellos. Con Mónica consigo hablar sobre las 18:30 o 19:00. Con Baldoví también sobre esas horas... fue todo un poco caótico. Una vez tenemos el ok de la dirección política, empezamos a perfilar más en detalle el acuerdo... proceso que se alarga hasta altas horas de la madrugada.

–¿Cómo surge la expresión «Acuerdo del Prado»?

–Candela: Eso tiene una explicación. En la campaña electoral recuerdo que me preguntaron qué modelo de gobierno queríamos y dije que queríamos exportar el modelo de gobierno del Botánico a Madrid. Y me dijeron que había que traducirlo y yo dije: «Pues el Gobierno del Prado». En ese momento no conocíamos demasiado bien las calles de Madrid (ríe). No sabíamos como nombrar la idea, estábamos ya muy cansados y dijimos: «Acuerdo del Prado» que sabíamos que iba a causar cierta sensación.

–Raga: Lo importante era el documento, claro, pero queríamos que no fuera en blanco y negro. Había que darle algún tipo de color. Busqué en Google «Paseo del Prado» y de esto que vas buceando, vas buceando y buscando fotos me equivoqué: es El Retiro.

-Candela: Yo tenía la sensación de alguna cosa importante iba a ocurrir. Estábamos acertando políticamente. El olfato nos había guiado bien. Íbamos a armar un gran revuelo. Obviamente, a dos chicos de menos de 30 años que vienen de pueblos, pues nos impresiona un poco.

–Tengo entendido que Iglesias se entera en el coche yendo hacia el Pardo.

–Candela: Si. Y llama a Mónica. Como la noche anterior Baldoví lo había anunciado en la SER ya estaba todo el mundo alertado. Mónica le cuenta en qué consiste todo esto y empezamos a recibir la presión de los medios. Uno ya nota que la cosa está subiendo. Yo pensaba entonces: «Va a ocurrir. Va a ocurrir algo». En ese momento me pasan un tuit donde «El Periódico de Cataluña» dice: «El PSOE acepta la oferta de Compromís». Y lo dicen así: «El PSOE acepta la oferta de Compromís», sin las condiciones que luego supimos. Durante ese tiempo estamos muy eufóricos y creíamos que el gobierno era posible. Luego cuando vimos las condiciones que puso el PSOE, que a nuestro juicio son excusas, vimos que la cosa desfallecía.

–En Podemos hubo cierto enfado. ¿Por qué?

–Candela: Porque no se lo habíamos comunicado. Estaban molestos de que no les avisáramos de una cosa tan grande. Pero no les avisamos porque fue tan frenético todo...

–Una fuente de Podemos nos reconoció esa tarde que pensaban que la propuesta estaba pactada con el PSOE.

–Candela: Y el PSOE nos preguntó si lo habíamos pactado con Podemos. Pero ni una cosa ni la otra. De hecho, el martes, cuando se conoce la contraoferta del PSOE, Mónica ataca duramente a los socialista y desvanece cualquier teoría conspiratoria.

–Y luego de la euforia a la decepción...

–Candela: Pienso que el PSOE ha desperdiciado una oportunidad de oro. Estábamos ofreciendo un acuerdo de mínimos y es difícil justificar su «no» Les estábamos pidiendo un gobierno de coalición, que es algo que pasa en Europa y en las autonomías.Nos pareció que el responsable último de todo esto era el PSOE.

–¿Lo volveríais a hacer?.

–Candela: Sí. Claro. Aparte de intereses del partido, nuestra filosofía es que haya gobierno porque la gente no puede esperar.

–Raga: Por la noche teníamos una sensación agridulce. No habíamos conseguido un gobierno pero habíamos estado a punto y, aparte, se reconoció la iniciativa de dos locos...

–¿Y qué piensa la jefa Oltra de toda la aventura?

–Candela: Mónica y yo tenemos una relación muy afectuosa. Nos queremos y confiamos mucho el uno en el otro. Quizá ella me mate cuando diga esto, pero cuando hablamos por teléfono tuvo un gesto muy cariñoso y me dijo: «Muy bien, cachorro».