Política

Casa Real

La unidad territorial e institucional, máximas en los discursos del Rey

El mensaje de Nochebuena tendrá un valor añadido por la ofensiva independentista

Todos los años, Don Juan Carlos se dirige a los españoles desde su despacho de trabajo en La Zarzuela
Todos los años, Don Juan Carlos se dirige a los españoles desde su despacho de trabajo en La Zarzuelalarazon

Un mes después de ser proclamado Rey, Don Juan Carlos emitió su primer discurso de Navidad en 1975. Como árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones, ya en ese mensaje apeló a la unidad, «necesaria para lograr la fortaleza que todo proceso demanda, que no elimina en modo alguno la variedad». En los últimos años, el Jefe de Estado no se ha salido de esa línea aunque el contexto político y social fuera diferente. Este año adquirirá un valor añadido dada la ofensiva nacionalista catalana que pretende dividir al país; este periódico pudo saber que, en estos momentos, las mayores preocupaciones del Monarca en lo que respecta al país son la crisis económica y la deriva independentista catalana:en sus discursos, el Monarca siempre reconoce la diversidad territorial, pero enfocada a reforzar nuestros lazos.

Don Juan Carlos nunca olvida reservar un hueco, en los 9 minutos y medio aproximados en que se dirige a la nación, para las Fuerzas Armadas y las Víctimas del Terrorismo. Este año, dada la decisión judicial del Tribunal de Estrasburgo de tumbar la «doctrina Parot» –y provocar con ello, la excarcelación de 59 etarras y 19 violadores, asesinos y pertenecientes al GRAPO–, también el mensaje del Monarca tendrá una implicación más acentuada. Hay que recordar que si, según el «modus operandi» habitual, cada vez que se mantiene una audiencia en el Palacio de la Zarzuela es porque se la han solicitado al Monarca, en esta ocasión fue el propio Rey quien solicitó el encuentro.

Desde 2008 hasta nuestros días, el Jefe de Estado ha incluido en el mensaje a la nación unas palabras dedicadas a la coyuntura económica actual, dentro de la que su mayor preocupación es la situación actual de los jóvenes y de las familias. Esta situación ha significado el pistoletazo de salida de un acuciante desapego social respecto a las instituciones que el Rey ha estado tratando de subsanar mediante diferentes encuentros privados y públicos con los máximos representantes de los principales sectores, para buscar un consenso institucional.

Independientemente de sus continuas operaciones –en año y medio se ha sometido a cinco, y este ha afrontado una intervención por una doble hernia discal y ha necesitado dos para terminar con una infección en la cadera izquierda–, el «caso Nóos» ha significado el deterioro de la imagen de la Institución; ya en 2011 el Rey realizó una mención muy significativa, apelando a que «la justicia es igual para todos» y que debe ser «igual para todos» y, aunque el año pasado no se dirigió tan directamente a este organismo, a principios de enero el juez Castro decidirá si vuelve a imputar a su hija menor.

En resumen, Don Juan Carlos hará balance de un año difícil para la situación del país, que también ha supuesto para él un reto en cuanto a superación ya que ha compaginado las rehabilitaciones posoperatorias con el ejercicio de sus funciones como Rey. A diferencia de 2012, en que se centró en promocionar la «Marca España» en el exterior, este año el objetivo ha sido afrontar los problemas internos del país, y se espera que esta operación sea la definitiva y ya pueda viajar al exterior una vez que se cumplan los plazos de recuperación. Nuestra posición en el exterior es fundamental para la salida de la crisis, concepto que Don Juan Carlos recuerda también en los discursos de cierre de año.

38 años dirigiéndose a la nación

Desde 1975, los españoles hemos tenido una cita con el Rey cada Nochebuena. A través de la televisión Don Juan Carlos dirige unas palabras de balance de doce meses y de enfoque hacia el nuevo año, en las que el escenario se cuida al detalle. Hasta 1980, antes de comenzar a hablar, el Monarca aparecía con su familia al completo, y desde entonces realiza el discurso más importante del año solo y sentado, salvo en 2012, en que lo hizo de pie y delante de la mesa del escritorio de su despacho. Don Juan Carlos acababa de ser intervenido y fue un gesto para confirmar su buen estado de salud.