Política

Comunitat Valenciana

Los barones cierran filas en torno a Sánchez con Díaz «en espíritu»

Escenifican la unidad ante la amenaza del «marketing político» de Podemos

Pedro Sánchez (centro), saluda, junto a los candidatos socialistas en la elecciones autonómicas del próximo mes de mayo.
Pedro Sánchez (centro), saluda, junto a los candidatos socialistas en la elecciones autonómicas del próximo mes de mayo.larazon

Los barones del PSOE desembarcaron ayer en la conferencia autonómica del partido con fuerza y exhibiendo un cierre de filas en torno a su líder, Pedro Sánchez, para hacer frente a la amenaza de Podemos.

Los barones del PSOE desembarcaron ayer en la conferencia autonómica del partido con fuerza y exhibiendo un cierre de filas en torno a su líder, Pedro Sánchez, para hacer frente a la amenaza de Podemos. Aunque pocos reconocieron en la formación de Pablo Iglesias una alternativa de izquierdas frente al Partido Popular, las miradas y las declaraciones estaban puestas en Madrid, donde se celebraba su multitudinaria manifestación.

Los secretarios generales territoriales escenificaron esta imagen de unidad ante el debate interno suscitado en el seno del partido entre Sánchez y la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, en los últimos días y que debilita sobremanera las opciones del PSOE en las próximas citas electorales. Uno de los artífices del fuego cruzado fue Emilliano García-Page. El líder de los socialistas castellano-manchegos aportó su propia bala asistiendo a la cena celebrada entre Pablo Iglesias y el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, un encuentro del que ayer confesó no arrepentirse «en términos personales», aunque «prefiero comer con Pedro Sánchez», aseguró.

García-Page reconoció que en el partido «existe una unidad crítica» porque «esto no es el Ejército y el PSOE es muy plural» y advirtió de que no se debe menospreciar a Sánchez, pues todo «dirigente político al que se ha subestimado ha acabado en La Moncloa». Ante la ausencia de Susana Díaz, a la que sí apoya en privado, confesó que se la echa mucho de menos «porque siempre aporta», aunque señaló que «estará en espíritu».

Las divergencias internas escenificadas en las elites no son tales en las bases. La militancia desplazada hasta Valencia mostró un apoyo unánime hacia Sánchez, al que consideran «por cultura de partido» el próximo candidato a la presidencia del Gobierno. La mayoría de los afiliados consultados por LA RAZÓN confía en que Susana Díaz no se presente a las primarias «por responsabilidad», ya que haría «daño al partido» si abandonase su compromiso con Andalucía. «Yo no la apoyaría, su sitio está en la Junta», decía una militante valenciana que apoyó a Pedro en julio. Otros, muestran su enfado por los «tejemanejes» internos. «Deben respetar el voto del militante, nos enfada que las camarillas intenten cambiar nuestra decisión», señaló indignado un afiliado. La cena entre Zapatero e Iglesias también sigue en boca de las bases. «Estoy muy disgustado. Me sabe mal que García-Page actuara el margen del partido», reconoce un militante castellano-manchego.

En lo que sí muestra unidad el PSOE es en la crítica a Podemos. El partido salió en tromba a reprochar su estrategia y les exigieron «menos gritos, menos voces y más ideas». El anfitrión de la convención, el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, restó importancia a la movilización por las calles de la capital e instó a los de Iglesias a construir un proyecto consistente. «Nunca estaré preocupado por que la gente se manifieste, pero no se trata sólo de denunciar, ahora se trata de enunciar. No sólo hay que gritar, sino dar respuestas y soluciones a la gente», criticó.

En este sentido también se expresó el líder del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, que consideró que «las manifestaciones de autoafirmación no aportan nada a las personas que están sufriendo» y que la única alternativa de izquierdas que preocupa el PP es la que encabeza el PSOE. Como una «manifestación de puro marketing» la calificó también la secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Montón, criticando que la primera movilización del año no haya sido para defender los derechos de los ciudadanos sino para exhibir músculo. «No ha sido una manifestación contra el aborto, contra la violencia de género, ni contra la reforma laboral. Ha sido una manifestación publicitaria, de puro marketing político», señaló.

En el discurso inaugural también se colaron algunas referencias críticas a Podemos. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, les acusó de ser unos «charlatanes y vendedores de crecepelo» y el presidente de Asturias, Javier Fernández, les afeó el perjuicio causado a la izquierda: «Mucha coleta en televisión para fragmentar el centro izquierda».