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Los infortunios de Errejón en su vuelta a la política nacional con Más País

La decisión de concurrir por Barcelona ha enfadado profundamente a En Comú Podem, que hasta ahora había dado muestras de distanciamiento con Pablo Iglesias

Íñigo Errejón, este miércoles, durante su intervención en la asamblea convocada por el partido. EFE/ Ballesteros
Íñigo Errejón, este miércoles, durante su intervención en la asamblea convocada por el partido. EFE/ Ballesteroslarazon

La decisión de concurrir por Barcelona ha enfadado profundamente a En Comú Podem, que hasta ahora había dado muestras de distanciamiento con Pablo Iglesias

Íñigo Errejón ha encontrado más piedras en el camino de las que esperaba hace dos semanas cuando formalizó el regreso a la política nacional, pues la expectación ha dejado paso a encuestas cada vez menos halagüeñas, dificultades al formar lista en Barcelona y el primer plantón de una de sus dirigentes, Clara Serra.

Todos estos infortunios se han sucedido en tan solo quince días, los que han pasado desde que el 25 de septiembre el exnúmero dos de Podemos se presentó en Madrid como el candidato contra la abstención, llamando a los desencantados de Podemos y del PSOE.

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Pero el proyecto de Íñigo Errejón no acaba de despegar y, a juzgar por las encuestas, se antoja difícil que alcance su objetivo de formar grupo propio en el Congreso.

Necesita para eso quince diputados o el cinco por ciento de los votos en el conjunto del Estado o el 15 por ciento en cada una de las circunscripciones por las que se presenta, y todos los sondéos le dejan lejos.

Ese objetivo de formar grupo propio en el Congreso ha llevado a Errejón a presentar lista en 18 circunscripciones, a sabiendas de que en algunas tendrá dificultades para rascar un escaño y podrá provocar que lo pierda el bloque de la izquierda.

En ese proceso ha dejado a la luz también las dificultades para implantar el proyecto, pues en Barcelona tardó seis días en recoger los 5.000 avales necesarios para poder presentarse.

Tampoco le resultó fácil encontrar un candidato que pugnase con el espacio político de la alcaldesa Ada Colau, el de los comunes.

Y tras obtener más de un no por respuesta, tuvo que tirar del activista Juan Antonio Geraldes, desconocido para el gran público y de perfil soberanista, que concurrió a las elecciones municipales de San Boi en una plataforma que compartía con la CUP, sin obtener acta.

Esa elección ha decepcionado a quienes esperaban en la izquierda un candidato que se diferenciara con claridad del espectro independentista y se distinguiera así de los de Colau.

La decisión de concurrir por Barcelona ha enfadado profundamente a En Comú Podem, que hasta ahora había dado muestras de distanciamiento con Pablo Iglesias y defendía la necesidad de reagrupar el espacio de la izquierda.

La confirmación el lunes de que se presentarían por Barcelona fue el momento elegido por la exdiputada en la Asamblea Clara Serra, número dos de Más Madrid, para plantar a Errejón con una dura carta en la que criticaba los hiperliderazgos, la decisión de competir en Barcelona y la ausencia de un feminismo real en la organización.

Pero el conflicto se remonta a finales del año pasado, cuando Serra se puso al frente de la portavocía de Podemos en la Comunidad de Madrid y se negó a ceder a Errejón parte del presupuesto que tenía para conformar su equipo.

La brecha se profundizó en las pasadas elecciones autonómicas, cuando Errejón eligió a la exdirigente de IU Tania Sánchez para ser su número dos en la candidatura madrileña, una decisión que corrigieron las bases al aupar a Clara Serra a esa posición.

Aunque en la práctica ese cambio no significó nada, porque, según relatan desde el entorno de Serra, Errejón nunca contó con ella: no le dio cargo alguno en el grupo parlamentario, no la propuso como senadora y tampoco ahora que él salta al Congreso la tuvo en cuenta ni para llevarla en sus listas ni para darle la portavocía en la Asamblea que ella había ejercido previamente con Podemos.

Eligió para ese puesto a una persona muy cercana a él, Pablo Gómez Perpinyà, que iba de número 9 en la lista, una operación que desde el entorno de Clara Serra atribuyen a la necesidad de Errejón de que nadie le haga sombra.

Voces de Más País han dicho a EFE que la salida de Clara Serra tuvo que ver con las "diferencias lógicas"que surgen al hacer las listas, y aluden a que siempre han defendido que si una persona no se siente cómoda con el proyecto "debe dar un paso atrás".

Una visión poco integradora que Serra, muy respetada entre las feministas, pedía combatir.

De colofón, la organización de Errejón en Madrid vivió esta semana otro golpetazo al tener que expulsar a uno de sus concejales, Pablo Soto, por supuesto acoso sexual a una militante.

Así, de disgusto en disgusto, Errejón ha visto también el estancamiento de su nuevo partido en las últimas encuestas, y el aumento de las críticas que le llegan desde el PSOE.

Los socialistas, que en un primer momento parecían haber recibido bien su candidatura, empiezan ahora a azotar a Más País precisamente por el perfil soberanista elegido en Barcelona.

Un buen síntoma, según los de Errejón, de que su proyecto va por buen camino.