Internacional
Los sefardíes vuelven a casa
España ha subsanado una deuda histórica con más de 500 años de retraso. El pasado 30 de septiembre terminó el plazo para que los sefardíes, descendientes de judíos españoles, solicitaran la nacionalidad
El 31 de marzo de 1492, los Reyes Católicos promulgaron el Edicto de Granada por el cual se ordenaba la expulsión de todos los judíos y judías de las Coronas de Castilla y de Aragón en un plazo máximo de cuatro meses. El edicto, que en realidad fueron tres, fue encargado por los monarcas al inquisidor Torquemada por motivos religiosos y debido, en gran medida, al problema que les planteaba la población conversa. Sin embargo, la génesis de la expulsión de los judíos de la Península fue mucho más compleja e intrincada y supuso la culminación de un proceso largo y con hondas ramificaciones sociales y económicas que van más allá de la fe. El texto lanzaba una clara advertencia a aquellos que profesaban el judaísmo para que no regresaran nunca o serían ajusticiados y sus bienes confiscados. En realidad, a los entre 50.000 y 200.000 judíos (según la fuente) de una población total de seis millones que fueron obligados a dejarlo todo ya se les sometió a un expolio previo. Tuvieron que mal vender lo que tenían, liquidar deudas e impuestos abusivos e iniciar un éxodo que para casi todos resultaría penoso. Familias que llevaban siglos viviendo en Toledo se encontraban de pronto en ciudades tan ajenas en cultura e idioma como Sarajevo, lugares hostiles donde no fueron bien recibidos. La nostalgia por la patria perdida y el instinto de autoprotección les llevó a conservar las costumbres y el idioma, el ladino o judeoespañol, una lengua que aún hoy hablan cerca de dos millones de personas y que tiene la música del castellano antiguo. Según cuenta la leyenda, muchos llevaron consigo las llaves de sus casas por si algún día el destino les deparaba una mejor mano. Ese momento llegó en 2015. El Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una ley para conceder la nacionalidad española a todos los que puedan probar que descienden de aquellos judíos expulsados en 1492. El plazo acaba de vencer y han sido 153.767 los judíos de más de 60 países los que han solicitado su vuelta a España. A Sefarad.
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