Política

El desafío independentista

Los barones del PSOE avisan: “La soberanía nacional está por encima”

Los barones socialistas piden la convocatoria del Consejo Territorial del partido, aunque asumen que no tiene mayoría para forzar su reunión.

Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, y Joaquim Torra, President de la Generalitat, en Barcelona
Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, y Joaquim Torra, President de la Generalitat, en Barcelonalarazon

Los barones socialistas piden la convocatoria del Consejo Territorial del partido, aunque asumen que no tiene mayoría para forzar su reunión.

En un PSOE adormecido tras la solvente victoria de Pedro Sánchez en las primarias, la estrategia del Gobierno para Cataluña ha sido el único revulsivo capaz de sacar al partido de su letargo. Pero lejos de hacerlo como elemento de movilización positiva, solo ha servido para reabrir heridas y resucitar el fantasma de la división interna. Los continuos gestos que el Ejecutivo le prodiga al soberanismo para que le sostenga en el poder (deslizando la posibilidad de indultos, negando la rebelión o llevando el Consejo de Ministros a Cataluña) han provocado una rebelión por tiempos en el socialismo, que vive su última etapa en la figura del «relator». «La soberanía nacional es más importante que unos Presupuestos», señala a LA RAZÓN un importante líder territorial. En diversos feudos socialistas se interpreta que «por ganar un año» –en alusión a que Sánchez pueda agotar la legislatura– «no se puede poner en cuestión todo el sistema democrático».

La concesión del Gobierno se recibió con absoluta «perplejidad» por parte de los barones y algunos dirigentes del PSOE que ven cómo los movimientos del Gobierno para asegurar su supervivencia en La Moncloa están poniendo en riesgo sus expectativas electorales de cara al 26 de mayo. A primera hora de la mañana comenzó el levantamiento en armas. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, llamó al extremeño, Guillermo Fernández Vara, en su condición de presidente del Consejo Territorial del PSOE, para anunciarle que solicitaría públicamente su convocatoria. Este foro, que solo se ha reunido una vez, es el enclave en el que se deben debatir y comunicar decisiones tales como la iniciativa de propiciar un «relator» para Cataluña. Los dirigentes molestos con la falta de comunicación son conscientes, no obstante, de que no cuentan con la mayoría necesaria en el seno del PSOE para forzar su convocatoria, pero no esconden que su objetivo es marcar perfil y que cada cual se retrate en sus posiciones. Page exigió al Gobierno «que se mantenga en su sitio en el fondo y en la forma» y señaló «que si se trata de tener un testigo que lo hagan en el Parlamento» o lo retransmitan por retransmitirlo por streaming «y así lo vemos todos los españoles». Del lado del presidente de Castilla-La Mancha se alinearon el de Aragón, Javier Lambán, que en un mensaje en Twitter aseguraba que «aprobar un presupuesto no justifica cesiones que pongan en cuestión la Constitución, la unidad de España, el Estado de Derecho ni la decencia», al tiempo que apuntaba su confianza en que Sánchez «no cederá a chantajes de los independentistas». En una línea más ambigüa, pero también reseñable se expresó Fernández Vara, apuntando que «las cosas que son difíciles de explicar son aún más difíciles de entender». Incluso dirigentes afines a Sánchez como el de Castilla y León, Luis Tudanca, se alinearon con Page para criticar las malas explicaciones y pedir la convocatoria del Consejo Territorial. Desde Ferraz ya han anticipado que este órgano no se va a reunir.

Precisamente, la falta de comunicación entre Sánchez y las federaciones ya fue uno de los factores que propició su caída en 2016 y que se sigue reproduciendo tras recuperar las riendas de Ferraz e incluso llegar al Gobierno. Las decisiones en clave territorial y, especialmente catalana, no se consesúan con los principales líderes del partido y este defecto de Moncloa se ha utilizado por el propio Ejecutivo para atacar a los críticos. Ante la confusión y el aluvión de críticas internas, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se vio obligada ayer a comparecer en La Moncloa para defender la estrategia del Gobierno, que «ha hecho la gestión que le tocaba hacer» y que «solo cede a dialogar».

Calvo acusó a algunos de sus compañeros» de reaccionar a una «información inexacta» que solo demuestra su «desconocimiento y desinformación». Su falta de explicaciones, no obstante, la argumentó en la «fórmula rápida en la que vivimos» dentro de la política, una afirmación que choca con la tesis de que la figura del «relator» se lleva fraguando desde el inicio de la negociación con los catalanes. La vicepresidenta defendió que «el Gobierno está haciendo su trabajo con un criterio razonable y eficaz» y apuntó que «en una situación no cotidiana» como es la negociación catalana no es necesario que la información «fluya» con el partido.