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Mas intenta mantener el desafío del 9-N tras irritar a ERC

Suspende la campaña institucional de la consulta e irrita a Esquerra

El president de la Generalitat, Artur Mas, llega a la reunión semanal del Gobierno catalán
El president de la Generalitat, Artur Mas, llega a la reunión semanal del Gobierno catalánlarazon

Artur Mas dedicó la tarde de ayer a mantener contactos telefónicos con los líderes políticos catalanes que apoyan la consulta soberanista con el objetivo de perfilar la estrategia catalana para mantener el desafío del 9-N. La Generalitat va a seguir tensando la cuerda. «No plegamos velas», dijo gráficamente el conseller de la Presidència, Francesc Homs, al término de la reunión semanal del Gobierno catalán.

Hoy mismo, el presidente de la Generalitat aprovechará la sesión plenaria en el Parlament para reafirmarse en su posición y lanzar algún dardo envenenado al Gobierno de Mariano Rajoy. Colaboradores del presidente catalán sostienen que todavía hay margen para seguir plantando cara a la resolución del Tribunal Constitucional de suspender la ley de consultas y su decreto de convocatoria. Algo así como la frase catalana de «pit i collons» –pecho y cojones– que se formalizará con el nombramiento de la Comisión de Control del 9-N, un remedo de la Junta Electoral Central que debe supervisar la votación soberanista. Con toda seguridad, Mas multiplicará las reuniones bilaterales con los líderes de ERC, ICV y CUP y próximamente habrá una reunión multilateral. La culminación de esta escenificación se producirá el próximo sábado en un acto solemne en la Plaza Sant Jaume en el que el presidente de la Generalitat recibirá a los alcaldes, que le entregarán las resoluciones de sus ayuntamientos en favor de la consulta.

Frenazos y molestias

Entretanto, la Generalitat decidió suspender temporalmente la campaña institucional del 9-N, cosa que ERC recibió con preocupación porque no es un gesto que muestre determinación de cara a consumar la consulta. Los anuncios televisivos, radiofónicos y de prensa comenzaron a desaparecer, aunque se mantiene abierto el acceso al espacio en la web 9nconsulta2014.cat, que contiene información sobre quién tiene derecho a votar en la consulta, los puntos de votación y las noticias sobre el proceso soberanista. No obstante, se retiró de la web el vídeo del anuncio audiovisual y apareció este mensaje en el portal: «Como consecuencia del acuerdo del Tribunal Constitucional de suspender de forma cautelar y temporal la convocatoria de esta consulta, esta web no se actualiza».

El Govern argumentó que no quiere comprometer a sus funcionarios con las consecuencias que generan las resoluciones del TC. «No podemos ser tan egoístas de decir que como tenemos esta determinación cargaremos el muerto a personas individuales que tienen muy complicado poder defenderse», argumentó.

Hecho este razonamiento, Homs subrayó que el proceso soberanista no se detiene. «Ayer (por anteayer) no se acabó nada. Algunos pueden pensar que ya no hay consulta, nosotros pensamos exactamente lo contrario», dijo Homs.

La Generalitat presentará hoy mismo acciones legales para intentar que el Tribunal Constitucional levante la suspensión de las normas del 9-N. «Lo del TC es una suspensión, no una anulación», enfatizó el portavoz de la Generalitat para dar a entender que la partida no se ha acabado. Negó, por otra parte, que existan discrepancias en el seno del Govern sobre cómo abordar la consulta, pese a la evidencia de que los dirigentes de Unió y de Convergència no mantienen la misma postura en cuanto a desobedecer al Alto Tribunal. «No tengo absolutamente nada que decir», dijo el conseller de Interior, Ramon Espadaler (Unió).

Fundido a negro

Sin embargo, no parece que Mas y los suyos tengan más recorrido más allá de las manifestaciones y algaradas en las calles. Fuentes de CiU afirman que «iremos a negro, pero no de golpe. Tendremos que ir poco a poco». El margen de movimientos de la Generalitat es limitado. La vicepresidenta, Joana Ortega, y consejera de Gobernación no irá más allá de lo que marca la ley. Es decir, todo lo que conlleve «implicación pública, ya sean funcionarios o locales» no será tramitado. «No se puede obligar a nadie», se afirma en entornos oficiales.

Aunque todavía la Generalitat no tiene la confirmación de los centros públicos elegidos por parte de los ayuntamientos, estos no serán utilizados. «Nadie podrá decir que la vicepresidenta no ha estado a la altura. Ha hecho todo lo que legalmente está en su mano», se afirma en el entorno de la vicepresidenta.

Las urnas y las papeletas ya han sido encargadas pero no están «hechas ni mucho menos», comentan personas muy cercanas a los entresijos del proceso. De hecho, estas urnas y papeletas puede que no lleguen a su destino, y ni tan siquiera sean repartidas, en función de los acontecimientos y la posición que mantenga el Tribunal Constitucional.