Política

Elecciones autonómicas

Matar al mensajero: ¿pero quién se fía de las encuestas?

Saldrán a la calle todas las urnas excepto vascas, gallegas y europeas
Saldrán a la calle todas las urnas excepto vascas, gallegas y europeaslarazon

l Estamos ante un año electoral «histórico» marcado por el récord de participación y la volatilidad del voto.

«Histórico». Así definen los expertos en demoscopia el 2015, un «momento excepcional» marcado por la confluencia de hasta cinco procesos electorales y por la fluctuación de los votantes de unas opciones políticas a otras. Nunca en la historia de España se habían dado tantas elecciones en un solo año, pues desde hoy y hasta diciembre saldrán a la calle todas las urnas posibles –menos las gallegas, las vascas y las europeas–. Lo característico de este año supraelectoral no reside únicamente en lo cuantitativo sino también en lo cualitativo de estos procesos, que anticipan un cambio en el sistema de partidos tradicional –con la irrupción de fuerzas como Podemos y Ciudadanos– y que se traducirán en algo más que una victoria electoral. En Cataluña, el trasfondo soberanista planeará sobre los resultados que surjan de las urnas, enfocándolos a favor o en contra de la independencia. En Andalucía, por el contrario, el resultado se medirá en clave nacional. Si gana con solvencia Susana Díaz, su mayoría supondrá un impulso para el PSOE en las generales y para la candidatura de la propia presidenta de la Junta en su pugna particular con Pedro Sánchez por el liderazgo del partido.

Esta sobreexposición del votante a las urnas supone que el clima electoral embriague la vida cotidiana de los potenciales electores. Para el director de investigación y de análisis de Sigma Dos, José Miguel de Elías, la situación política ha ganado dinamismo y protagonismo en el día a día del ciudadano, incluso pasando a formar parte del «prime time» de las cadenas de televisión. El responsable de estudios de opinión para medios como El Mundo, Antena 3 o Telecinco considera que esta concentración de procesos electorales podría llegar a generar «cansancio» en el votante. «Ya estamos en campaña para las generales y aún quedan nueve meses», reconoce.

Otras corrientes, sin embargo, estiman que lejos del hastío, el votante participará masivamente en las elecciones. «Se va a producir una participación histórica», señala a LA RAZÓN el presidente de GAD 3, Narciso Michavila, que considera que la irrupción de nuevas formaciones logrará «sacar al electorado de la abstención». «El político sin corbata atraerá al votante sin corbata, y esto también excitará el voto moderado», señala Michavila. El responsable de sondeos para partidos como PP y PSOE reconoce que el calendario de múltiples citas electorales es beneficioso y a la vez perjudicial según la formación que se analice. «A Podemos y Ciudadanos les hubiera convenido que las generales fueran antes de las municipales y autonómicas» porque son partidos muy personalistas que giran en torno a la figura de sus líderes. «Al PP, por su parte, no le favorece que las autonómicas estén tan próximas a las generales» de cara a los posibles pactos postelectorales que puedan surgir tras los comicios territoriales. Este desgaste no lo sufriría la formación de Pablo Iglesias, pues la debilidad de Podemos no se exhibirá hasta que asuman responsabilidades.

Michavila prevé que el seguimiento de las elecciones generales se produzca a nivel mundial, generando un interés «muy superior» al que tuvieron los comicios griegos, pues la economía española es más importante para el entorno europeo. Y es precisamente este ámbito económico, junto al empleo, lo que en opinión del presidente de GAD 3 motiva la orientación del voto. Además de la corrupción, lo que más perjudica a los partidos tradicionales es el «abandono de sus principios». Un ejemplo de este error sería, en opinión de Michavila, las declaraciones de Celia Villalobos en las que aseguraba que aquellos que están en contra del aborto «no caben en el PP». «Esta intervención ha superado todo lo que el PP podía aguantar de esta señora», destaca el presidente de GAD 3, que considera que la marcha atrás en lo referente a la ley de aborto perjudicó sobremanera al Gobierno. El desgaste de los dos grandes partidos, PP y PSOE, ha consolidado un fenómeno en alza: la volatilidad del voto. Los electores experimentan un constante cambio de opción política entre unas fuerzas y otras. El fenómeno del «voto oculto» –no revelar a quien se votará– ha dado paso al «voto cabreado». Así lo explica el analista principal de Metroscopia, José Pablo Ferrándiz, que advierte sobre la dificultad añadida que supone recuperar este tipo de voto para los partidos tradicionales. «Ahora se detectan ganas de votar y de propiciar un cambio», un viraje hacia nuevas formaciones como Podemos y Ciudadanos, que han sabido catalizar sentimientos y vivencias que estaban en el aire y que se han consolidado rápidamente en un terreno convulso en el que las referencias tradicionales han quedado desfasadas. Un desfase que afecta –a su pesar– al trabajo demoscópico de los tres profesionales que han participado en este reportaje, y que lamentan jocosos que sus encuestas apenas tengan vigencia más allá de una semana y media.