Política

Déficit autonómico

Monago eleva la queja y Valcárcel le replica: «El sistema de financiación te beneficia»

Rajoy, de espaldas, se dirige hacia su lugar junto a Cospedal mientras a Luisa Fernanda Rudi le indican dónde debe situarse
Rajoy, de espaldas, se dirige hacia su lugar junto a Cospedal mientras a Luisa Fernanda Rudi le indican dónde debe situarselarazon

Madrid- La escasa concreción del comunicado con el que Génova valoró ayer el almuerzo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con sus presidentes autonómicos es la mejor prueba de que el debate sobre el «déficit a la carta» queda pendiente de más negociaciones. Para el Gobierno lo más importante fue subrayar su compromiso con que el reparto en este ejercicio responderá a criterios económicos y objetivos, «no subjetivos», según subrayó el jefe del Ejecutivo en privado. Y los «barones» releyeron su ya conocida carta de exigencias, con Extremadura y la Comunidad de Madrid entre las más combativas a la hora de plantar cara a un déficit asimétrico que beneficie a las regiones incumplidoras. Mucho debate, por tanto, sin que se definiese ningún criterio económico sobre la nueva distribución. De hecho, sobre la mesa quedaron hasta una treintena de posibles fórmulas para compensar a aquellas comunidades que en 2012 cumplieron con el 1,5 por ciento de déficit exigido por Bruselas. Pero no hay ningún acuerdo cerrado, como tampoco está fijado oficialmente el tope de la desviación que se permitirá a aquellas autonomías con mayor desequilibrio fiscal. De esto esperan beneficiarse Cataluña, Baleares, Valencia, Murcia o Castilla-La Mancha en el lado de los gobiernos populares, porque también hay otras como Andalucía que están necesitadas de este oxígeno. Tras la reunión hubo algún presidente autonómico que filtró que Hacienda se había comprometido a que ninguna región pudiese superar el 1,5 por ciento de déficit, que ya era el tope del pasado ejercicio, pero fuentes oficiales desmintieron ese compromiso. Dentro de una discusión «cómoda», según algunos de los asistentes, quizás el choque más intenso fue el que protagonizaron el presidente extremeño, José Antonio Monago, y el de Murcia, Ramón Luis Valcárcel. Monago fue el primero en tomar la palabra para destacar, con distintos argumentos, que su comunidad es una de las más perjudicadas.Y Valcárcel entró al quite con la réplica de que no tiene razón para quejarse cuando es una de las más beneficiadas por el sistema de financiación. Otros, como Fabra, necesitado del déficit asimétrico, mediaron para calmar las aguas. El dirigente valenciano agradeció sus esfuerzos a las comunidades que el año pasado cumplieron con el objetivo previsto porque han beneficiado al conjunto y han permitido que este año Bruselas abra la mano. La pelota queda en el tejado de Hacienda, con el reto de que sea capaz de demostrar que pueda encontrar una solución que confirme que «cumplir no tiene la misma consecuencia que no cumplir». En su comunicado el PP puso en valor la mejoría de la situación económica «gracias a los esfuerzos de los ciudadanos españoles durante 2012». Reconoció la contribución de todas las instituciones a la reducción del déficit público y manifestó su firme compromiso con la consolidación fiscal. El almuerzo lo resumió en dos acuerdos: el compromiso con la lealtad institucional y que la definición de los objetivos de déficit se haga con criterios objetivos y a través de diálogo con todas las comunidades en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).