Estrategia

Moncloa se aferra a los pactos de investidura para atar a Junts y ERC a la legislatura

Niega un acuerdo oculto con ERC en Cataluña para sorprender a Puigdemont, pero reconoce que el 12M les viene «bien»

Pedro Sanchez en el Pleno del Congreso que vota la amnistia
Pedro Sánchez en el Pleno del CongresoDavid JarFotógrafos

El Ejecutivo trata de mostrar optimismo ante la volatilidad a la que se ve sometida constantemente la legislatura. En los poco más de 100 días que lleva en pie el nuevo Gobierno, los retos a los que se ha enfrentado comienzan a desbordar la hoja de ruta prevista a principios de noviembre. Que el contexto político iba a ser complicado y que en cada votación el partido de Gobierno iba a tener que sudar la camiseta era ya una obviedad desde el principio con los resultados electorales en la mano, pero la premisa ha sido siempre la de garantizar una estabilidad que permita transitar una legislatura completa.

Ahora, Cataluña vuelve a marcar a Sánchez los pasos y obliga a redefinir prioridades. La primera decisión del presidente ha sido la de renunciar a presentar los Presupuestos Generales del Estado de 2024 ante el convencimiento de que los partidos independentistas subirán el precio para dar apoyo a las cuentas públicas. Es la primera de las perdidas con las que el Ejecutivo comienza a romper hojas en su cuaderno de propósitos que estrenó en noviembre tras superar la investidura.

Un revés que, sin embargo, el Ejecutivo minimiza de cara a la inestabilidad legislativa que puede abrirse después de las elecciones en Cataluña si los partidos independentistas ganan más peso, lo cual, a su vez, encarecería el apoyo de Junts y ERC en Madrid. En el Gobierno hay seguridad de que sus socios se atendrán a los pactos de investidura firmados en los que las fuerzas independentistas garantizan al PSOE estabilidad. En el caso de ERC, la formación prometió no solo votar a favor de la investidura, sino «dar estabilidad a la legislatura» con la voluntad de aprobar «los principales hitos legislativos», tanto en el ámbito presupuestario como en los proyectos de ley remitidos por el Gobierno a las Cortes Generales y los reales decretos-ley que respondan a situaciones de extraordinaria y urgente necesidad.

Junts, por su parte, prometió «procurar la gobernabilidad» durante la actual legislatura, el voto a favor en la investidura y también garantizar la «estabilidad», sujeto a los avances y cumplimientos de los pactos entre PSOE y Junts, por medio del diálogo y acuerdo. Junts, de hecho, aseguró ayer que, pase lo que pase en las elecciones catalanas, «cumplirá» con lo firmado con el PSOE en noviembre siempre que se cumpla con una metodología de trabajo de «ir pieza a pieza» con el foco puesto en los intereses de Cataluña.

Así, negro sobre blanco y firmado en sendos acuerdos, fuentes gubernamentales aseguran que estos pactos son un «compromiso» y garantía de que «la legislatura va a durar». Todo ello, aunque las fuerzas independentistas ya avisan desde el principio de que el PSOE no debe dar su apoyo per se, sino que se negociará independientemente cada proyecto legislativo.

A la vez, la desconfianza se empieza a instaurar entre los socios. Junts vio un pacto entre ERC y el PSOE para adelantar elecciones en Cataluña ante la oportunidad de que son unos comicios que encuentran al partido de Puigdemont desnudo, sin candidato. Fuentes de Junts creen que Esquerra y el PSOE han «coordinado agendas» para que su líder no pueda presentarse a las elecciones en Cataluña. Algo que desmienten tajantemente en el Gobierno, donde niegan cualquier tipo de coordinación con Pere Aragonés para propiciar un escenario favorecedor tanto para el candidato de ERC como para el de PSC, Salvador Illa. Y es que Aragonès ya fue consolidado por su partido como candidato a las próximas elecciones y el exministro de Sanidad revalidará su liderazgo este mismo sábado, con un acto que sirve de inicio de precampaña electoral. En el Gobierno reconocen que, aunque no han buscado un adelanto electoral, «les viene bien» porque cuentan con un candidato con bagaje en la comunidad y que lleva tres años preparándose. En el Ejecutivo, además, creen que el contexto de elecciones que hay en el calendario (primero vascas y luego catalanas) será un impulso para sus votantes. Mantener a los militantes en tensión electoral suma de cara al sprint final, las elecciones europeas de junio, el plebiscito entre PSOE y PP.