Reacción
Moncloa condiciona la continuidad de Díaz a la sucesión en Sumar
El partido rebaja su dimisión: «Es un activo político electoral» y la vicepresidenta dice «que se queda»
La decisión de Yolanda Díaz de abandonar sus cargos orgánicos en Sumar ha generado estupor en La Moncloa. La vicepresidenta segunda comunicó sus planes a Pedro Sánchez, según confirman fuentes gubernamentales, en un breve contacto en la víspera de hacer oficial el anuncio. Pero no por comunicado el paso resulta menos sorprendente. En el Ejecutivo lamentan que esto pueda alimentar el discurso de la oposición, que intenta dibujar una coalición en «descomposición», y, por ello, se han conjurado para trasladar una imagen de «estabilidad» y de fortaleza, ante un nuevo contratiempo que debilita a la izquierda. Las citadas fuentes confirman que la renuncia de Díaz es una cuestión que se circunscribe exclusivamente a la vida interna de su partido y que «no va a tener afectación en la gobernabilidad ni en la institucionalidad».
En todo caso, si tiene alguna consecuencia colateral en el Gobierno será si así lo deciden en la reestructuración orgánica de Sumar. En Moncloa condicionan su continuidad al frente de la Vicepresidencia segunda y su papel como interlocutora del socio minoritario de la coalición a que así se confirme por parte de su formación, una vez que se resuelva el proceso de sucesión. Fuentes gubernamentales aseguran que, si el partido decide proponer a otro perfil, «nosotros no tenemos nada que decir». Lo que no está en cuestión, en ningún caso, es su permanencia en la cartera de Trabajo y Economía Social. En la parte socialista muestran su «respeto» por la decisión y valoran que su proceso de reflexión demuestra una «cultura democrática» habitual en la izquierda y más excepcional entre los partidos de derechas.
Si bien en Moncloa están ahora a la espera de los nuevos pasos que del socio minoritario sobre el liderazgo de su espacio, lo cierto es que no se esperan grandes cambios y esto es porque el espacio no piensa en absoluto alejarse de Yolanda Díaz, ni ella tiene previsto hacerlo. En menos de 24 horas, la vicepresidenta desandaba el camino que inició para asegurar que mantiene su liderazgo político y desmontaba así su propia dimisión. «Tranquilidad, Yolanda Díaz no se va, sigue formando parte de la Ejecutiva, de la coordinadora. Yolanda Díaz no se va. Lo que ha hecho es política de la buena. Cuando hay malos resultados electorales hay que asumir responsabilidades. No me voy, me quedo dentro de Sumar», aseguraba en una atención a medios desde Suiza. La vicepresidenta, que argumentó un día antes su paso al lado para centrarse en su labor como vicepresidenta del Gobierno, descoloca ahora a su formación y al resto de partidos que la apoyan, quienes todavía hoy continúan digiriendo su dimisión. Por cierto que ningún líder político reaccionó lamentando su marcha, sino alabándola.
Sumar, al unísono ya había rebajado también su dimisión, a pesar de las tajantes palabras de la vicepresidenta este mismo lunes, cuando se responsabilizaba de los resultados de su formación en las elecciones europeas. «La ciudadanía ha hablado y yo voy a hacerme cargo (…) Es necesario que haya un debate y con esta decisión abro el camino, que sin duda debe ser colectivo», decía el lunes a las tres de la tarde anunciando que Sumar abriría un debate para elegir a una nueva coordinadora general de Sumar. A la vez, sometía a su partido a una prueba de estrés al quedar descabezado de su líder política. El portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, remarcó ayer que Díaz es «el mayor activo político electoral» con el que cuenta Sumar y disipó así la idea de que se abra ahora un debate sucesorio en el espacio de la izquierda. Fuentes del grupo parlamentario abundan en que este jueves –cuando se reúna la Coordinadora del partido– no se elegirá a un «sucesor». Otras fuentes explican que lo más posible es que se nombre un liderazgo «interino» o una especie de gestora hasta que llegue el momento, en otoño, de celebrarse la asamblea de Sumar. En el partido de Díaz, además, aseguran que esto no compromete la posibilidad de que se presente a unas próximas generales.
Su dimisión como líder orgánica del partido no tiene ninguna consecuencia, por tanto. Continuará siendo la coordinadora de los ministros de Sumar en el Gobierno, la presidenta del Grupo Parlamentario Sumar y, también, seguirá formando parte de la Ejecutiva de su partido. Díaz, decía, se volcará en «preservar» el Gobierno y trabajar para revalidar la coalición.
En todo caso, la necesidad de proyectar una imagen de continuidad en el Ejecutivo se percibió en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. No pasó desapercibido que solo 24 horas después de la dimisión de Díaz, Moncloa agendara la comparecencia de dos ministros de Sumar –el de Cultura y portavoz del partido, Ernest Urtasun, y el de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy– . Algo nada habitual y que busca trasladar un mensaje claro: «Hay Gobierno y legislatura para rato».
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