Lucha contra ETA
Muere Castells, el símbolo de la «resistencia» frente a ETA
La viuda de Recalde y propietaria de la librería donostiarra Lagun se atragantó mientras comía
La viuda de Recalde y propietaria de la librería donostiarra Lagun se atragantó mientras comía.
Se enfrentó a la dictadura franquista y también a la etarra. María Teresa Castells, propietaria de la librería Lagun de San Sebastián y viuda del ex consejero socialista José Ramón Recalde, falleció el domingo en la capital guipuzcoana, al parecer, a causa de un atragantamiento cuando comía en un centro comercial, según señalaron fuentes cercanas a la familia.
Castells fundó en 1968 la librería Lagun con su esposo y con el amigo de ambos, Ignacio Latierro. En el establecimiento, ubicado en la plaza de la Constitución donostiarra, se celebraban reuniones clandestinas de intelectuales antifranquistas en los últimos años de la dictadura.
La librería se convirtió años más tarde en «símbolo de resistencia» al ser atacado en numerosas ocasiones con pintadas amenazantes, piedras o cócteles molotov e incluso la quema de libros por parte de proetarras. En 2000, cerró la librería como consecuencia del atentado que ETA perpetró contra su marido, José Ramón Recalte. Y en 2001 se trasladó a una calle próxima a la catedral del Buen Pastor. «Pese a que fueron muchos años de constantes ataques contra nuestro negocio, nunca pensé en dejarlo. Cuando mi marido sufrió el atentado supimos que la cosa era muy seria y cerramos», contaba cuando se le preguntaba por aquel suceso. «Cuando nos atacaban la tienda nos rompían los cristales cuando había huelga nos rompían la cerradura, aparecieron pintadas amenazantes contra mi marido y el gerente de la tienda, Ignacio Latierro». Los ataques violentos a la tienda hicieron que se formaran largas colas en la famosa librería. De hecho, cuando quemaron libros hubo quien quería llevarse los quemados que no se podían leer. «Sentimos muchísimo apoyo de la gente», relataba. Y es que Castells siempre fue un ejemplo de coraje cívico, un ejemplo y referencia para muchas víctimas que años después entrarían a formar parte del activismos en su lucha contra el terrorismo como es el caso de Consuelo Ordóñez. Los que la conocían cuentan que no hacía falta hablar de nada específico para saber de su lucha por la libertad, de su coraje cívico y su valentía. «Era una persona muy discreta, abierta, sencilla y con mucha fuerza».
Su marido, José Ramón Recalde, fallecido el pasado año, fue víctima de un atentado de ETA el 14 de septiembre de 2000. El político socialista y ex consejero de Justicia fue tiroteado en la cabeza, aunque no perdió el conocimiento y entró por su propio pie en su casa. La bala, disparada por una mujer, le destrozó la boca pero no le afectó zonas vitales. «Me han pegado un tiro, pero estoy bien», le dijo a su esposa, María Teresa Castells, aquel día. Ambos se trasladaron al hospital, al que acudió el presidente vasco, José Antonio Ibarretxe, así como representantes del PNV, PP y PSOE. Los dirigentes socialistas expresaron ayer a través de las redes sociales sus condolencias por la pérdida.
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