Elecciones generales

Pacto PP-PSOE

Habiendo ganado el 23 J, Feijóo tiene imposible ser investido después de que Ortuzar haya quemado el último cartucho que le quedaba al gallego.

Debate de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Debate de Pedro Sánchez y Alberto Núñez FeijóoGtres

El resultado de la política de bloques es la difícil gobernabilidad y el chantaje de los extremos. Habiendo ganado el 23 J, Feijóo tiene imposible ser investido después de que Ortuzar haya quemado el último cartucho que le quedaba al gallego.

La decisión del PNV va más allá del rechazo a Vox. El mar de fondo es el de un gobierno agotado, un Lehendakari desgastado y Bildu convirtiéndose en hegemónico en territorios clásicos nacionalistas.

Se equivocan compitiendo por el electorado nacionalista de izquierdas, porque no lo va a conseguir y, además, perderán apoyos en lo que ha sido su masa electoral central. No obstante, Bildu no sería su competidor sin el blanqueo que han tenido los abertzales esta legislatura.

Tampoco Sánchez lo tiene sencillo. A la espera de saber la incidencia del voto exterior, que podría mover hasta dos escaños en favor de los populares, la investidura del líder socialista depende de una compleja red de intereses.

En primer lugar, reeditar el gobierno de coalición, va a requerir de un tripartito. Podemos ha decidido crear su propio grupo parlamentario y negociar sus propios intereses. Iglesias sabe que sus escaños son imprescindibles y tiene cuantas que saldar.

Quedan por ver sus exigencias en el Consejo de Ministros, pero podríamos ver a Irene Montero ocupando, de nuevo, la cartera de igualdad.

Por el lado independentista catalán, ERC ha tomado buena nota de sus resultados y de como el PSC le ha arrancado de cuajo varios miles de votos. Sin duda, Junqueras y Rufián necesitan a Sánchez en Moncloa para seguir avanzando en su proyecto político, pero también necesitan, y en mayor medida, ser los “conseguidores” de Cataluña.

El asunto más espinoso, para el PSOE, es el de Puigdemont. Un pacto con un secesionista, prófugo de la justicia, hubiese sido política ficción antes de Sánchez, sin embargo, la celebración de un referéndum y el indulto de varios centenares de independentistas están encima de la mesa de la que no se levantará Puigdemont sin llevarse carne entre los dientes.

Los españoles votaron el domingo contra los extremos. Lo hicieron contra Vox, de ahí el resultado final del PSOE, y también contra el independentismo, esa fue la razón de la victoria del PP, creciendo en 47 escaños.

La sociedad española quiere centralidad, moderación y quitar las llaves de la gobernabilidad a los extremos. El único acuerdo que desarmaría a la extrema derecha y a los independentistas sería el que hubiese entre PP y PSOE, lo demás es Abascal y Puigdemont.