Pactos electorales

Page critica el pacto con ERC: «Nada es a cambio de nada»

El presidente de Castilla-La Mancha apunta que la mejor manera de hacer frente al órdago independentista es no «depender de sus votos»

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ayer en un desayuno informativo en Madrid
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ayer en un desayuno informativo en Madridlarazon

Han pasado los días, pero la sensación de desasosiego generada en el PSOE por la cesión de cuatro senadores a ERC y Democracia y Libertad (DyL) para que tengan grupo propio en la Cámara Alta no se mitiga. El «desconcierto» que manifestaron los barones territoriales del partido cuando se conoció la decisión, acordada por Ferraz al margen de las federaciones, sigue vivo y quienes no salieron en tromba para criticarlo entonces lo han hecho ahora. Es el caso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que destacó ayer que la peor forma de afrontar el órdago de los independentistas en Cataluña es «tenerlos como una hipoteca y estar vendidos a sus intereses». «Para poder hablar de tú a tú con quien quiere irse de España no hay que depender de su voto ni de su silencio», destacó.

En este sentido, el presidente castellanomanchego cuestionó el trasfondo, en materia de pactos, que lleva aparejada la decisión porque «nada se hace a cambio de nada» y expresó su deseo de que «esta práctica de retorcer el reglamento a conveniencia en el Congreso y el Senado» se acabe cuanto antes en nuestro país. García-Page se mostró dispuesto a ser «permeable» con todas las sensibilidades, pero no considera que la solución al problema en Cataluña sea ponerse en manos de los que alientan la problemática.

El presidente castellanomanchego se suma así a las voces críticas del extremeño Guillermo Fernández Vara y el aragonés Javier Lambán, que clamaron por lo desafortunado del «regalo» parlamentario. Desde Andalucía, siguen sin pronunciarse de manera oficial, aunque Susana Díaz advirtió el lunes de que no se llegará a ningún acuerdo con quienes ponen en riesgo la unidad de España.

En cuanto a la formación de Gobierno, García-Page considera adecuado extrapolar la fórmula de Castilla-La Mancha a España, un pacto con Podemos «transparente y firmado ante notario» que no suponga un apoyo de ida y vuelta. El presidente apuesta por proponer una agenda social a Podemos y una agenda regeneracionista a Ciudadanos como la estrategia perfecta para granjearse el apoyo de unos y la abstención de otros. Sobre la hipótesis de un acuerdo con el PNV, en Castilla-La Mancha consideran que el partido de Iñigo Urkullu son unos «nacionalistas serios que respetan las instituciones» y que no tienen nada que ver con los catalanes. En este sentido, fuentes consultadas por LA RAZÓN ponen el acento en que no han promovido «ninguna tontería» desde que gobiernan y en la capacidad de llegar a acuerdos con ellos.