Crímenes

La criminóloga Paz Velasco asegura que "matan mucho más los cuerdos” y que "hay muchos psicópatas en el poder"

Publica "Muertes nada accidentales", destaca que "la falta de empatía es la que alimenta nuestra crueldad"

La criminóloga, Paz Velasco autora del libro "Muertes nada accidentales"
La criminóloga, Paz Velasco autora del libro "Muertes nada accidentales"Cedida

En "Muertes nada accidentales"(Rosamerón) deja un decálogo de las motivaciones que llevan a matar. Asegura que hay "muchos psicópatas en el poder" y cree que sí existe el "crimen perfecto".

¿Por qué eligió para su libro esta recopilación de casos tan cruentos?

Son casos poco conocidos y no quería caer en la rutina de estrenarme en la narrativa y en el “true crime” con casos que todo el mundo conociera. Además, quería buscar casos muy particulares que explicaran esas motivaciones tan humanas como son las emociones; motivaciones por las que todos hemos pasado alguna vez: la soledad, los picos de vanidad, la ira, la envidia e, incluso, estar tan sumamente enamorados que seríamos capaces de hacer cualquier cosa. Combino ambas cosas, pero dando una pista fundamental de qué es lo que hace que esas personas lleguen a cometer un crimen mientras el resto de los mortales nos quedamos simplemente con esa emoción, lloramos, nos frustramos y seguimos adelante.

Cuenta cómo, muchos de esos criminales, son víctimas de su propia infancia... ¿Identifica así el porqué se convierten en monstruos?

El hecho de ir en todos los capítulos a la criminogénesis de ese sujeto es para tratar de que las personas que lean este libro entiendan, desde el punto de vista racional, cómo han llegado hasta ahí. El hecho de ser una persona o un infante maltratado o abandonado, al que no le muestran afecto, no convierte a alguien en un asesino, sino que es un elemento más. El crimen es multifactorial, pero da la casualidad de que, en todos estos casos, excepto en uno, todos ellos han vivido determinadas situaciones en su infancia que han marcado después su conducta: traumas, vivencias, historias de vida que les han convertido en los adultos que han llegado a ser.

¿Se podía prever lo que iba a ocurrir?

En muchos de ellos, no. He tratado de mostrar el crimen desde el punto de vista de las sociedades donde se desarrollaron, donde nacieron o crecieron. Para tratar de entender la criminalidad violenta tenemos que intentar entender en qué sociedades vivieron. Alexandre Lacassagne, por ejemplo, decía que “cada sociedad tiene los criminales que se merecen”. Yo trato de es ver cómo, muchos de estos sujetos han tenido la oportunidad para delinquir y matar de modo impune. ¿Qué hizo que no les buscaran? Precisamente se camuflaban en su entorno social de esas épocas.

"Existe el crimen perfecto"

¿Existe el efecto imitación?

Yo creo que, en algunos casos, lo que existe es el "coping style" del que hablo en mi segundo libro. Es un efecto muy complicado de demostrar, porque se tienen que cumplir muchísimos elementos. Lo que puede existir es el “efecto inspirador”: aquella persona que ha ideado la planificación o el pensamiento de querer cometer un acto delictivo y se ha fijado en determinados capítulos de series de ficción como, por ejemplo, CSI o Mentes criminales para llevar a cabo algo muy concreto de su crimen; pero no es lo habitual.

En su libro aparecen dos personas que trataron de ejecutar el "crimen perfecto. ¿Existe el crimen perfecto?

La mayoría de la gente te dirá que no y, sobre todo, los investigadores te dirán que es una investigación errónea en la que no se ha puesto el interés pertinente... Pero yo creo que existe el crimen perfecto y existe en dos modos: Primero, el crimen perfecto para mí es aquel en el que no se encuentra a la persona que ha cometido ese delito. Podemos hablar de Zodiac, Jack El Destripador, del asesino de Long Island. Serían todos aquellos en los que no se ha encontrado al victimario porque él ha conseguido provocar una serie de heridas y nadie sabe quién ha sido. Y, luego, hay otro tipo de "crimen perfecto" que se ha dado durante muchísimos años en nuestra historia: el crimen cometido a través de los venenos. Hasta que en 1876 surge la toxicología criminal y se empieza a poder identificar si una persona ha sido envenenada o no. Por lo que considero "crimen perfecto" a aquel que se hace pasar por un suicidio, una muerte natural y un accidente, cuando lo que origina realmente esa muerte es una causa homicida o un asesinato. Para mí serían estos dos casos ejemplos el "crimen perfecto".

Los casos que cuenta en su libro, ¿habrían tenido cabida en nuestra sociedad de hoy?

Yo creo que con las características particulares que he encontrado, que muchos hechos se escudan en esa impunidad, porque la sociedad entonces no les prestaba atención, hubiera sido difícil que se hubieran cometido tantos asesinatos. Hoy en día las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de todo el mundo están muy preparadas y las ciencias forenses han avanzado muchísimo. Quizá no hubiéramos podido evitar el primer crimen y, a lo mejor, quizá, tampoco el segundo, pero no se hubieran convertido en asesinos con una cantidad de víctimas tan numerosas.

"A los psicópatas integrados se les conoce por sus actos"

¿Qué rasgos predominan en los asesinos en la sociedad actual?

Tenemos diferentes tipos de asesinos, pero podríamos hablar sobre todo de esas fantasías que germinan en una edad muy temprana y luego salen a la realidad. Narcisismo, hedonismo, el querer tener cosas que por medios lícitos no lo pueden conseguir y utilizan medios ilícitos, como puede ser la agresión sexual, el secuestro, etc. Son una serie de sujetos que están integrados en la sociedad, pasan totalmente desapercibidos, pero luego tienen una serie de necesidades y de carencias que no saben suplir con las herramientas que podemos utilizar tú y yo.

Cuando está hablando o tratando con alguien, ¿en qué se fija para despertar su alerta?

Sobre todo, en lo que cuentan.

¿Es capaz de detectar criminales en potencia?

No, no creo que sea capaz de tanto, pero sí que me puedo dar cuenta de aquellos que pueden tener determinados rasgos de psicopatía. Se denominan psicópata o psicópatas integrados: personas para los que todo vale con tal de conseguir un objetivo, que utilizan al resto en su propio beneficio, que les fagocitan, que llegan a utilizarlos hasta el extremo, donde no les importa pisarles o avasallar para conseguir un fin. A estas personas se les conoce por una sencilla razón, y es que no se les conoce nunca por lo que te cuentan, sino que se les conoce por sus actos. Por ejemplo: conoces a alguien nuevo y empieza a hacerte pues muchos halagos. Yo sospecho enseguida de esas personas y normalmente no hay fallo.

¿Hay muchos psicópatas en el poder o el poder atrae a los psicópatas?

Es una simbiosis absoluta. Hay muchos psicópatas en el poder. ¿Por qué? Porque tiene una serie de capacidades muy parecidas al liderazgo. O sea, hay rasgos de liderazgo y rasgos de la psicopatía integrada que son muy parecidos y luego, por supuesto, les atrae muchísimo el poder, porque la gran mayoría de los psicópatas integrados, psicópatas corporativos, psicópatas emocionales, es lo que buscan. Es una posición de poder, para poder dirigir a esas personas bien sea en una empresa, un país, una revista, una editorial. Una vez que ellos tienen el poder, tienen esa capacidad de utilizar a las personas en su propio beneficio. Para un psicópata, las personas forman parte de un tablero de ajedrez, ellos mueven las piezas y ellos siempre son la pieza más valiosa; pero tienen que saber jugar al ajedrez y tienen una capacidad innata para saber jugar y obtener finalmente las posiciones de poder llegando, incluso a veces, a pactar o hacer determinadas conductas para terminar de nuevo en el poder.

¿Ha pasado "miedo" indagando en la personalidad de estos monstruos?

Miedo, no; lo que me ha costado mucho es escribir algunos capítulos, como el último en el que hablo de un caso muy particular. Siempre que hay menores de por medio me cuesta muchísimo exponer sobre el papel no solo el caso, sino analizarlo desde todos los puntos de vistas posibles. Miedo no, pero supone un gran esfuerzo ya que repaso todos los informes médicos forenses.

Ahora, estoy entrando en muchas prisiones a hablar con mujeres que han cometido un delito de sangre: mujeres asesinas. Cuando trabajas con papel, sobre hechos ya escritos, trato de ser muy objetiva con el material que tengo.

¿En qué se diferencian los hombres de las mujeres a la hora de cometer un crimen?

Las mujeres tenemos mucha más paciencia, planificamos mejor, somos mucho más organizadas, tratamos de quedar impunes, es decir; no buscamos notoriedad, no buscamos fama en los medios de comunicación, somos mucho menos violentas de modo que, tanto la victimología como las motivaciones, así como el modus operandi, es completamente diferente. De hecho, en dos de los casos de mujeres que cuento en el libro, uno de ellos es el de una mujer que induce a otras personas a que lleven unas conductas muy extremas con otra persona. Ella participa muy pocas veces en esa actividad delictiva.

¿La realidad supera siempre la ficción?

La realidad supera siempre a la ficción. He sido muchos años abogada penalista y al juez y al Ministerio Fiscal no le puedes ir contando cuál es la motivación del crimen o cuál es la razón por la que esa persona asesinó. Después de muchos años decidí estudiar criminología, porque para mí la motivación es una herramienta muy importante que nos ayuda a conocer la criminalística; porque las causas que han llevado a ese sujeto a cometer un crimen desde el punto de vista jurídico penal no es importante.El juez lo que va a valorar son una serie de pruebas que son las que van a dirimir si esa persona es culpable o inocente. ¿Pero qué ha llevado esa persona a matar? Es lo que yo cuento en este libro. Diez motivaciones muy vinculadas a nuestra especie.

¿Es una manera también de prevenir?

Exacto, es una manera de decir, ojo, que el amor puede llevar al crimen; cuidado, que la envidia extrema, el narcisismo maligno, lo que Erich Fromm definió como la “quinta esencia de la maldad”, puede llevarte a cometer una conducta delictiva muy grave. En este libro encontramos personas que, en situaciones extremas, y cuando son incapaces de controlar sus emociones y no tienen las herramientas para frenar esa impulsividad o inhibir determinadas respuestas, se convierten en asesinos.

Hay diferencias entre los hombres y las mujeres criminales tanto en el modus operandi como en la victimología

¿Ha descubierto si hay un factor común, profesiones o conexiones que llevan a determinadas personas a esa crueldad?

Es muy variado porque aquí nos encontramos con un sujeto que empieza siendo militar, luego es policía y termina cometiendo un crimen, aunque ya tiene trabajo. Tenemos a un empleado de un supermercado, un estudiante. Solamente hay un caso donde hablo de una patología. Con ello quiero desestigmatizar de una vez que las personas que tienen determinadas patologías mentales no son asesinos per se, ni son peligrosos, sino que matan mucho más los cuerdos. No importa ni la profesión, ni si eres un hombre o mujer. Todos estos sujetos carecen de una serie de elementos para inhibirles de su actividad o de su conducta delictiva.

Entre las historias que narro hay un caso que rompió con todo el estigma de la delincuencia y de la marginalidad, es el caso de dos jóvenes adolescentes que muestran que no es la marginalidad sino las motivaciones, rasgos de personalidad y fantasías los que les llevan a cometer un asesinato.

Pero hay estadística que fijan un incremento de la criminalidad en zonas depreciadas...

Sí, pero determinados tipos de delitos, es decir: robos, narcotráfico... Pero, por ejemplo, dentro del crimen organizado, la trata de personas, se trata de una élite de personas muy preparadas que tienen la cabeza "muy bien amueblada". Ahora, si nos vamos a ese narcomenudeo o agresiones y delitos de baja monta, entonces sí que tenemos una subcultura criminal muy concreta. Y es que, ahora, hay algunas de las captadoras de las redes de trata de personas que son mujeres. Las mujeres tenemos la tendencia a fiarnos de otras mujeres, no vemos en la persona que tenemos al lado a una enemiga, creemos que hay esa sororidad. Sin embargo, las mujeres están utilizando ese gancho para atrapar a niñas y adolescentes en redes con inventos de falso modelaje.

Dice que “matan más los cuerdos”. Sin embargo, en los juicios siempre dicen que ha tenido una "enajenación" o algo similar como eximente...

Bueno, ahí tenemos la defensa. Evidentemente, la persona que va a tratar de defender a alguien que es totalmente culpable, porque todas las pruebas señalan eso, va a intentar buscar un eximente o una reducción de la pena. ¿Y eso cómo se hace? Pues con un miedo insuperable, con un brote psicótico, con un momento en el que se le fue la cabeza. También se hace para evitar una pena capital y que se le condene solamente a cadena perpetua, pero está demostrado que la criminalidad violenta, extremadamente violenta, que es la que se suele vincular a estas patologías mentales, está en manos de los cuerdos, en manos de hombres y mujeres que planifican, que organizan el crimen, que tienen una motivación concreta y que también tienen un móvil.

“El mal nunca descansa y va desde robar el trabajo o un informe a un compañero hasta el crimen con alevosía"

¿El mal nunca descansa?

Nunca, jamás, el mal nunca descansa. Y cuando hablamos de maldad hablamos de una maldad totalmente cotidiana como es robar el trabajo al compañero de la oficina que nos hemos apropiado de su informe y lo presentamos nosotros, hasta la maldad más extrema. La quinta esencia de la maldad, como decía Erich Fromm, es, evidentemente, cometer un crimen con alevosía, con planificación y haciendo sufrir a la persona. De los diez crímenes que cuento en el libro, creo que el crimen más aberrante, más cruel, más insidioso, es el de Gertrud Baniszewski,la madre que convence a sus hijos y a otros niños del barrio para que cometan una serie de delitos contra un adolescente.

¿Hay muchos crímenes pasionales? ¿Somos muy manipulables cuando estamos enamorados?

No son excesivos, pero son muy mediáticos y se recuerdan. Aquí tenemos el caso de Maje, que convence a uno de sus amantes para que mate a su marido o, el de la guardia urbana, Rosa Peral . Es decir; son tan sumamente mediáticos que luego nadie los olvida, pero eso no quiere decir que sean muy numerosos.

Hay algo que aprendí de uno de los mejores divulgadores de ciencia que es Eduardo Punset y es que la falta de empatía es la que alimenta nuestra crueldad. Este libro es un ejemplo de cómo puedes llegar a ver a los demás simplemente como objetos.

Dicen que ahora hay muchos menores sin empatía. ¿Cómo pueden los padres o los educadores abordar y distinguir que ese menor carece de ella?

Hay unos estudios que indican que hay pequeñas señales con conductas hacia los hermanos o, sobre todo, hacia los animalitos. Por ejemplo, hay que estar atento cuando un niño muy pequeño muerde, golpea, estira las orejas, pellizca, le tira objetos o le da con un palo a un animal. Eso no es jugar, eso es maltratar a un animal y es una fase inicial de falta de empatía. Cuando un niño hace eso, el padre no tiene que ver que su hijo no sabe lo que hace. Sí sabe lo que hace, sabe que está haciendo daño al animalito. Eso es una primera señal. Hay otras cosas como niños que golpean a otros niños, que muerden en el colegio, pero no el típico mordisco jugando, sino un mordisco en el que hacen daño a sus compañeros. Se empezó a ver qué es lo que estaba pasando y se llegó a la conclusión de que era, primero; una forma de llamar la atención porque en su casa no se la prestaban. Y, segundo; descubrieron que lo hacían porque disfrutaba haciéndolo.