Negociación

Picardo se compromete a llegar a un acuerdo post Brexit "histórico" para Gibraltar si es reelegido

Dice que llegará «muy pronto» al pacto pero admite que quedan «flecos». En Bruselas hay interés por un avance y se reconoce el lugar de España

Fabian Picardo se comprometió ayer a llegar “muy pronto” a un acuerdo “histórico” para Gibraltar en sus relaciones futuras con la UE si vuelve a ser reelegido en las elecciones celebradas ayer en el Peñón -en el limbo desde el Brexit- cuyos resultados se conocerán este viernes. “Todavía quedan flecos por negociar. No sería bueno cambiar el equipo negociador porque eso puede llevar a que lo que ya está casi acordado, no esté acordado”, advirtió al depositar su voto el líder socialista.

El Brexit obliga a Madrid y el Peñón a encontrar una solución pragmática de convivencia. Alrededor de 30.000 personas cruzan a diario la verja. Entre ellos, 15.000 trabajadores, de los cuales 10.000 son españoles de una zona como la del Campo de Gibraltar, donde pocas veces se baja de una tasa de paro del 30%.

Picardo insiste que, al estar desde el principio, sabe todos los entresijos de unas conversaciones que buscan acabar con los controles en la verja. Sin embargo, más allá de las negociaciones para solucionar las consecuencias de un divorcio que los yanitos no querían, la pandemia, los problemas en la atención primaria en la sanidad y los retrasos en la construcción de promoción oficial han ido desgastando al líder socialista. Las últimas encuestas estaban extremadamente igualadas. Por lo tanto, no se descarta que, tras más de doce años en el poder, Picardo pierda a manos de los conservadores del GSD liderados por Keith Azopardi

Picardo apuntó ayer que tenía la “obligación moral” de presentarse a estas elecciones porque, debido a la covid, su gobierno ha asumido una deuda “amplia” que “no venía en el programa electoral”. “No iba a irme con el rabo entre las piernas, escapando de haber incurrido en tal deuda, porque sé que lo hice bien, con el acuerdo del líder de la oposición, aunque él ya se escaquea de ese acuerdo”, añadió.

Por su parte, Azopardi aseguró que está preparado para, si gana, asumir “el reto” de ser el próximo ministro principal de la colonia porque tiene “experiencia”, ya que fue ministro y vicepresidente de los gobiernos de Peter Caruana. El líder conservador recalcó que su partido y el de Picardo no tienen “muchas diferencias” en sus posturas en temas fundamentales como “soberanía, jurisdicción o control”. “Nosotros no hemos estado en esa sala negociadora” pero “vamos a entablar las negociaciones partiendo de la base de donde han llegado las negociaciones. No vamos a empezar de nuevo. Vamos a seguir donde se ha quedado. Si es verdad que estaba a 0,1 % de llegar a un acuerdo, empezaremos de ahí”, matizó.

En la Nochevieja de 2020, a pocas horas de que terminara el periodo de transición Brexit, Londres y Madrid consiguieron cerrar `in extremis´ un principio de acuerdo para evitar los estrictos controles en la frontera. El texto contenía las directrices para cerrar un tratado entre la Comisión Europea y el Reino Unido sobre el Peñón. Pero se trata tan sólo de una solución temporal que puede rescindirse en cualquier momento y que podría tener distinto recorrido dependiendo si finalmente gobierna el PP o PSOE en España.

Si se quiere flexibilidad en la verja, se debe externalizar la frontera Schengen al puerto y aeropuerto del Peñón. Pero eso obliga a tener la presencia de agentes de España (miembro Schengen). Y ahí está el `quid´ de la cuestión. Sobre todo teniendo en cuenta que el suelo donde está construido el aeropuerto no estaba contemplado en el Tratado de Utrecht (1713-1715). Los británicos se hicieron con ello en el siglo XIX, cuando unas epidemias obligaron a desplazar la población al istmo.

En Bruselas, hay interés en conseguir que avancen. En cualquier caso, se quiere dar su lugar a España que, como miembro del bloque, tras el Brexit logró que la UE le garantizara capacidad de veto para cualquier pacto que se alcanzara respecto a la Roca. Asimismo, Madrid consiguió que la UE mencionara, por primera vez, a Gibraltar como una colonia uniéndose así al criterio que mantiene sobre el territorio la ONU desde 1967.