Clásico
Policías nacionales denuncian el trato recibido por Marlaska y la RFEF durante la final de la Copa del Rey
Desde los sindicatos lamentan que sea "otra puñetera vergüenza" que ha contado con la complicidad del Ministerio del Interior y de la Dirección General de la Policía
La polémica en la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el FC Barcelona no solo vino de la mano del árbitro, sino que, de nuevo, los sindicatos policiales han vuelto a levantarse contra el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska y, esta vez, también contra la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), en lo que desde JUPOL han calificado de "otra puñetera vergüenza".
En esta ocasión, el motivo de discordia ha sido el bocadillo que la RFEF ha brindado a los agentes de seguridad desplegados en Sevilla para el evento deportivo en concepto de dieta por los servicios prestados, al que califican de "bocadillo rancio" con varias lonchas de salchichón, además de una manzana y una botella de agua.
"Este 'bocadillo' han recibido nuestros compañeros desplegados con motivo de la #FinalCopaDelRey2025, si se le puede llamar así...", argumentan desde el sindicato mayoritario de la Policía Nacional, que llega a calificar el kit alimenticio de "otra puñetera vergüenza patrocinada por la RFEF con la complicidad del Ministerio del Interior y de la Dirección General de la Policía".
En este sentido, el sindicato lamenta que mientras "entregan placas o invitan al Palco a la Cúpula policial", al resto de agentes se les trate de tal forma vejatoria; una condena a la que se ha sumado la Secretaría General de la Federación de UIP del SUP, que recriminan a la RFEF que "cuiden con mimo a los jefes de la Policía Nacional, entregándoles una placa para adornar el despacho, mientras a los policías que trabajan muchas horas al 200% les entregáis un picnic de vergüenza".
Alojamientos a 100 km y anticipo en las dietas de su bolsillo
Durante la final de la Copa del Rey celebrada en Sevilla, los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) enfrentaron serios problemas logísticos y de gestión por parte del Ministerio del Interior de Marlaska, ya que muchos no recibieron el anticipo de las dietas necesarias para cubrir gastos de desplazamiento y alojamiento, lo que les obligó a adelantar dinero de sus propios bolsillos.
Además, muchos de ellos fueron alojados en condiciones precarias, ya que después de doce horas de servicio, con las altas temperaturas de Sevilla, los agentes tuvieron que realizar un viaje de 100 kilómetros para trasladarse a los alojamientos que, además, tuvieron que pagarse de su propio bolsillo; lo que llevó a los sindicatos a calificarlo de una "puñetera vergüenza".
Por todo ello, la falta de planificación y apoyo institucional ha generado un profundo malestar entre los agentes, quienes consideran que su labor es esencial para garantizar la seguridad en eventos de gran envergadura como este.