La noria
La que has liado Pedrito en Extremadura
El caso del "hermanísimo" en Badajoz es surrealista. Le "colocan", imputan a uno de los que presuntamente le "colocaron" y éste se "coloca" en la Asamblea previo intento de "colocación" de la mujer a la que levanta el puesto. ¿Están todos "colocados"?
«Acho», ¡menudo juego de sillas se ha montado en el PSOE de Extremadura! Ríete de «House of Cards», «Juego de Tronos» o «El ala oeste de la Casa Blanca». El protagonista de esta historia es Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación de Badajoz, líder de los de la rosa en la comunidad, y ya diputado en la Asamblea.
Arrastrando el apellido de quien se presupone bravo y valiente, según la RAE, ha llegado al «templo de la palabra» (como él mismo lo define pomposamente) con un «quítate que me pongo yo» para conseguir el aforamiento, esconderse tras un acta, y evitar ser juzgado por los tribunales de la plebe, que debe ser que son más duros. Las caras de los ex secretarios generales Guillermo Fernández Vara y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, flanqueando a Gallardo el día que anunció que «tiraba» para la Asamblea, eran un poema.
Según se dedujo de sus palabras, fueron quienes le «invitaron» a tomar esa decisión, después de que no encontraran en la sala el cartel de salida. Pero ojo, que son capaces hasta de meter en este lío al líder del Partido Popular. «Cuando Feijóo no estaba en las Cortes Generales no podía hacer preguntas al presidente y, por tanto, fiscalizar la labor del Gobierno, y eso mismo es lo que queremos nosotros que haga Miguel Ángel Gallardo con la presidenta Guardiola». Así lo dicen, y sin vergüenza. La excusa más peregrina de la historia.
Cinco han sido las personas, una detrás de otra, que han tenido que hacerse el harakiri para que el señor Gallardo (también conocido como «el de la catana» por su afición a «cortar cabezas», políticamente hablando, claro) lograse su propósito. La primera y más importante, porque era de su confianza, ha sido María de la Cruz Rodríguez Vegazo. Eso es amistad. Dejar de cobrar casi 65.000 euros al año en la Asamblea para volver como redactora (ojo, funcionaria, no como una servidora) al Ayuntamiento de Villanueva de la Serena.
Pero no, solo era un truquito de cara a la galería porque Gallardo le había prometido que si se inmolaba por él la colocaría nada más y nada menos que como subdelegada del Gobierno. Y, cuando Maricruz ya se veía ahí, sentadita en el puesto de Maribel Cortés (la pobre se enteró de que la querían laminar, mientras se dirigía a un acto en La Albuera, que, por cierto, la semana pasada rememoró su batalla más cruenta durante la Guerra de la Independencia), llegó José Luis Quintana, delegado del Gobierno, y a la sazón exgobernador de Don Benito, blandiendo su espada (de manera imaginaria) para proteger a su valida. Ese puesto no se toca. Es de Maribel, y punto.
Hay que ver lo cotizados que están los trabajos en la tierra del cabrito, el cordero y el pimentón. Porque todo, y es para alucinar, está relacionado con el «enchufazo» del hermano del presidente, David Sánchez Castejón. Le «colocan», imputan a uno de los que –siempre presuntamente– le «colocaron» y este último se «coloca» en la Asamblea, previo intento de «colocación» en la Subdelegación del Gobierno de la mujer a la que levanta el puesto. ¿Ya están todos «colocados»?
Y, para más inri, aún sangran las heridas entre Don Benito (del que recuerden fue alcalde el delegado del Gobierno) y Villanueva de la Serena (cuyo regidor era el presidente de la Diputación de Badajoz). En esos dos lugares, separados por 9 kilómetros, se realizó un referéndum el 20 de febrero de 2020, cuando ambos llevaban sus respectivos bastones de mando, para preguntar si debían unirse y convertirse en la tercera ciudad más grande de Extremadura.
Tras un revuelo vecinal por el recuento, ganó el «sí», pero hubo traca final, ya que la Plataforma «Siempre Don Benito», en unión con el PP, llegó a la alcaldía y se frenó todo. Ahora, en junio, los populares se harán cargo del municipio por dos años, aunque quien estaba destinado a ocupar el sillón, Pedro Noblejas, anunciaba recientemente que abandonaba la política porque «el ansia de poder apuñala por la espalda». Tremendo lío.
Pero el caso es que, en este momento, es tal la división entre los socialistas extremeños que hasta se dividen para decir si están o no divididos. El presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, asegura que es así, y la portavoz del PSOE, Isabel Gil Rosiña, rechaza que exista tal fragmentación. Sí debían ponerse de acuerdo y plantearse cambiar su eslogan de partido «La tierra que nos une» por «Que la tierra te sea leve».