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Rajoy gana tiempo con Cifuentes
Utiliza otros casos de currículums inflados para sostener que no ve razón para romper el acuerdo de gobierno en Madrid.
Utiliza otros casos de currículums inflados para sostener que no ve razón para romper el acuerdo de gobierno en Madrid.
El futuro del Gobierno de la Comunidad de Madrid parece estar en manos de una partida de mus a tres jugadores, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Rajoy ha entrado en el juego después de que sus últimas declaraciones residenciaran la negociación en el ámbito de los partidos y dejaran entrever que no estaba dispuesto a sacrificar el Gobierno autonómico. Su estrategia, según fuentes solventes, consiste en dar margen a Cifuentes, pero para facilitarle que flexibilice su posición y ganarlo él, a su vez, en su pulso con Rivera.
Ante este último, el elemento de presión es que los currículums inflados de otros políticos deben servir para que rectifique, según Rajoy, y no entregue Madrid a la izquierda. La realidad es que en la dirección popular ven prácticamente imposible que Rivera se retracte en su exigencia de dimisión. El perfil del candidato alternativo, Ángel Gabilondo, facilita el apoyo de Ciudadanos, y está por ver que en Madrid la negociación de la moción de censura se complique tanto entre el PSOE y Podemos como ocurrió en Murcia. Pero Rajoy va a dar la batalla hasta el último momento porque, como informó este periódico, el «sacrificio» se lo reserva sólo para el caso de que llegue el momento en el que no haya otra alternativa que perder el Gobierno autonómico. Antes de dar la cabeza de Cifuentes quiere que Cs se siente en la mesa de negociación de la censura y se retrate, explican fuentes del entorno del presidente. Y en la dirección del PP creen, asimismo, que algún guiño facilitará sacar a Cifuentes de la posición, «de la jaula», en la que se ha atrincherado.
No obstante, esta estrategia está haciendo que la imagen del PP parezca un tanto errática a la hora de fijar posición ante esta crisis. Los gestos de apoyo a Cifuentes han ido desapareciendo a medida que se han conocido nuevos datos de la investigación realizada por la Universidad Rey Juan Carlos y se ha confirmado que no hubo trabajo ni tampoco tribunal ante el que se presentara.
Ayer, poco antes de que el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, se remitiese una vez más a la investigación de la universidad, el titular de Justicia, Rafael Catalá, animó a la presidenta madrileña a tomar las decisiones que correspondan en función de «la verdad». En una entrevista en Onda Cero explicó que ahora se sabe «mucho más que antes» sobre el máster de Cifuentes. «Esperamos que Cifuentes tome las decisiones que correspondan a la vista de la verdad final», indicó, tras resaltar que lo importante es que «se cierre cuánto antes este asunto y se sepa lo qué ha pasado». También admitió que esta crisis afecta a la «credibilidad» y que por eso es necesario que se despejen las incertidumbres.
Rajoy, por su parte, optó por sostenerle el pulso a Rivera tras la reunión que mantuvo en Moncloa con el primer ministro de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen. Desde el Gobierno negaron ayer que en la agenda del presidente esté fijada una próxima reunión con Cifuentes, aunque, sin embargo, desde el entorno de la presidenta sí se trasladó el mensaje de que habían mantenido una conversación y que se habían emplazado a una futura reunión. Moncloa negó que Rajoy y Cifuentes hubieran sostenido recientemente una conversación en los términos de que ella le hubiera reprochado que él no hubiese presentado su dimisión por el «caso Bárcenas».
En esta partida a tres manos, desde el círculo de confianza de la presidenta habían dejado caer esta semana el mensaje de que sólo aceptaba negociar esta cuestión con Rajoy, y que sólo dimitiría si él se lo exigía. La respuesta de la dirección nacional fue recordarle que el partido está por encima de las personas. Ayer, además, desde el PP de Madrid sí abrieron la puerta a la dimisión de Cifuentes si está en juego la estabilidad. Y ésta es la que realmente va a condicionarlo todo.
En su envite a Rivera, Rajoy sostuvo que «no existe ninguna razón para romper un acuerdo que se está cumpliendo», en alusión al pacto entre PP y Cs que garantiza la gobernabilidad de la Comunidad de Madrid. «¿Va a pedir la dimisión de Cifuentes?», se le preguntó. «No existe ninguna razón para romper un acuerdo que se está cumpliendo y que, además, es bueno para los ciudadanos de Madrid. No entiendo, por tanto, la posición de Cs en esta materia. Yo creo que la presidenta madrileña ha dado sus explicaciones ante los medios y también ante la Asamblea. La Universidad está tomando medidas para aclarar los errores que se hayan producido y averiguar hasta dónde llegan las responsabilidades», contestó.
Rajoy apeló también a las informaciones sobre currículums falsos o inflados que se están conociendo y que afectan a dirigentes de otros partidos, aunque al que más apunta el PP es al del máximo líder del PSOE en Madrid, José Manuel Franco, impulsor de la moción de censura contra Cifuentes. «Si yo tuviera que hacer hoy una reflexión sobre este asunto, creo que lo lógico sería pedirle a todo el mundo un poco de coherencia y congruencia entre sus declaraciones y sus hechos. A la vista de los últimos datos que hemos venido conociendo en las últimas horas, yo diría que hoy está muy en boga aquello que recoge el refranero español: Consejos vendo y para mí no tengo. Me parece que cada nuevo caso que vamos conociendo, y van unos cuantos, es peor que algunas de las cosas que están tan de actualidad hoy».
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