Rajoy invita al PSOE a la puesta de largo de la reforma administrativa

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, vestirá esta mañana de largo la reforma de la Administración Pública en un acto al que Moncloa ha querido dar el más alto rango. Las novedades sobre este denso informe en el que el Ejecutivo lleva trabajando desde el pasado otoño se las reserva con celo Rajoy para su discurso, aunque la filosofía del proyecto está muy definida. Eliminar burocracia, corregir duplicidades, auditar todas las administraciones públicas y mejorar la eficiencia en la prestación de los servicios, ahorrando gastos improductivos.

El presidente dejó esta relevante reforma, en la que se juega la credibilidad y el prestigio de su Gobierno, en manos de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el resultado es un documento con 2.000 fichas y en el que se escrutina hasta el detalle más minúsculo de la Administración Pública, incluyéndose recomendaciones y cambios normativos para mejorarla. El éxito de esta ambiciosa empresa depende en buena parte de la colaboración de las demás administraciones, especialmente la autonómica, ya que hay materias como la organización interna de la estructura de poder autonómico que son competencia exclusiva de los Gobiernos regionales. Entre los objetivos de Moncloa está la homologación de altos cargos y sueldos autonómicos; la racionalización de las empresas públicas de las comunidades, incluyendo sectores tan delicados como el de las televisiones; simplificar la telaraña de leyes y normas que se superponen y dificultan la relación del ciudadano con la Administración Pública; y que las distintas administraciones coordinen sus actuaciones y potencien, por ejemplo, las centrales de compra.

En este primer acto, que presidirá Rajoy, Moncloa ha querido poner en valor su disposición a buscar acuerdos para sacar adelante esta reforma administrativa y reforzar su alcance. La negociación formal con la oposición comenzará una vez que el informe de la Administración Pública pase este viernes el trámite del Consejo de Ministros. Pero ya antes Moncloa ha querido hacer un guiño a la disposición a tejer alianzas invitando hoy a José Enrique Serrano, diputado socialista y buen conocedor de los entresijos de la Administración como «fontanero» de los gobiernos del PSOE. Moncloa también ha cursado invitación a otros partidos y a todos los consejeros autonómicos de Presidencia o en algunos casos de administraciones públicas. Se trata de un primer gesto, pero desde el Ejecutivo anticipan «buenas vibraciones» en cuanto a las posibilidades de tejer un consenso sobre esta reforma con el principal partido de la oposición. Lo que no ha sido hasta ahora posible conseguir en la reforma local. Rajoy echará esta mañana a rodar el «balón» dentro un proyecto que sin saber el alcance de su intensidad, sí hay que reconocer que es la primera vez que se aborda en España tal y como lo ha planteado el Gobierno del PP. Sea por la presión de la crisis, tampoco hasta ahora se habían hecho reformas en la dirección de obligar por ley a reducir el gasto autonómico, por ejemplo. Como describe gráficamente un barón del PP, los presidentes autonómicos habían sido educados para gastar, no para gestionar «ni para dar la cara ante sus ciudadanos». «Eso se acabó», apostilla.

El acto institucional de esta mañana estará completado con varias reuniones técnicas en las que el Gobierno bajará más al detalle del contenido de un informe en el que ha tenido un papel determinante el subsecretario de Presidencia, Jaime Pérez Renovales, persona de la máxima confianza de la vicepresidenta. A partir de ahí, llegará la hora de que se retraten los Gobiernos autonómicos. Con Cataluña, y también el País Vasco, en el centro de las miradas.