Cumbre Iberoamericana
Rajoy: «Las renovaciones en los partidos pueden acabar en un fiasco colosal»
Rechaza reformar ahora la Carta Magna y acusa a Sánchez de deslealtad
Fiel a la costumbre en este tipo de encuentros internacionales, Mariano Rajoy aprovechó la rueda de prensa final en la XXIV Cumbre Iberoamericana para hacer declaraciones sobre los temas que centran la agenda política en España. El presidente volvió a sacar pecho de la transformación económica operada en el país desde 2012 a nuestros días y acusó al principal partido de la oposición cuando dijo que «los mismos que ignoraron la crisis quieren ignorar ahora la recuperación». Preguntado sobre si su partido pensaba seguir la estala de otras formaciones políticas y renovar su cúpula y su candidato a las generales de cara a las elecciones generales de 2015, Rajoy dijo que las renovaciones dependen de cómo se hagan porque «algunas pueden acabar en un fiasco de colosales proporciones». Sobre las encuestas que muestran un importante descenso electoral para el PP, el jefe del Ejecutivo afirmó que «las encuestas están para superarlas».
Con anterioridad, en una entrevista concedida a Televisa, Rajoy también lanzó duras palabras de crítica al líder de la oposición, Pedro Sánchez, al que echó en cara su falta de lealtad al proponer ahora deshacer la reforma de la Constitución que su partido promovió en la pasada legislatura. Además, el jefe del Ejecutivo dejó claro que, más que reformar la Constitución, lo que sí es prioritario es «intentar que el sentido común les llegue a algunos dirigentes nacionalistas de algún lugar de España».
Rajoy no se cerró en banda ante la posibilidad de una reforma de la Constitución, pero sí negó la conveniencia de abordarla en el momento actual. «Creo que se puede modificar. Lo hemos hecho dos veces en temas puntuales. Ahora hay un gran debate. Mi opinión es que no es una prioridad. Estoy dispuesto a escuchar todas las sugerencias pero de momento nadie ha hecho ninguna. España tiene otras prioridades», fueron sus palabras al respecto, y pasó a enumerar algunas de ellas, como la necesidad de continuar con el impulso reformista en lo económico y la aludida más arriba sobre el desafío soberanista en Cataluña. «No me parece bien generar más tensión de la que ya nos provoca el día a día de la vida política», concluyó.
Sobre la propuesta del PSOE de Pedro Sánchez de revertir la reforma de la Constitución propiciada por Zapatero para controlar el nivel de deuda pública, el presidente español que «tres años después no se nos puede venir diciendo que quienes nos pidieron hacer una reforma se equivocaron. Conviene estudiarse bien las cosas. Eso muy leal no es».
El jefe de Gobierno tuvo palabras también para dos de los grandes ausentes en la Cumbre Iberoamericana que finalizó ayer, Maduro y Castro. Sobre Venezuela dijo que «es un país al que quiero mucho. Hay muchos españoles y descendientes de españoles. Y muchos gallegos que han vivido en Venezuela. Entre ellos el padre de mi mujer. Procuro tener las mejores relaciones posibles y voy a seguir intentándolo. Pero a mí me gusta la democracia. Tengo derecho a que me guste». Tampoco se mordió la lengua sobre el régimen castrista y en su estilo habitual afirmó crípticamente que «esto de Cuba empezó en 1959. El mundo algo ha cambiado desde entonces. A partir de ahí que cada uno saque sus propias conclusiones».
Durante la segunda sesión de trabajo plenaria de la Cumbre, que giró en torno a la innovación tecnológica, Mariano Rajoy ofreció una reflexión sobre esta «herramienta central para el crecimiento económico» y certificó la defunción del «que inventen ellos» al que contrapuso una cita de Severo Ochoa: «La ciencia siempre vale la pena porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican».
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