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Elecciones generales
Rajoy presiona a Sánchez con un diálogo «sin límite» por España
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Desde el PP airean incluso la posible oferta de que el PSOE entre en el Gobierno, aun a sabiendas de que en la práctica es una quimera.
Esta etapa de la negociación postelectoral se sostiene más en la fuerza de la presión de los discursos y del acierto, o no, de los mensajes cruzados que en la discusión programática. Los socialistas han perdido una primera batalla al dejarse llevar por la crisis interna antes de que se haya cubierto la fase de la búsqueda de los pactos, y esta debilidad abre espacio a Rajoy para seguir haciendo valer su condición de lista más votada y, en consecuencia, de candidato con el mandato de los ciudadanos para formar gobierno.
En el análisis que hacen en las filas populares destacan que la debilidad de Sánchez se convierte en debilidad del PSOE, y, por lo tanto, dificulta aún más sus posibilidad para formar un Gobierno alternativo que «garantice la estabilidad, el crecimiento y la unidad de España». En esta estrategia de presión a los socialistas cuentan con la ayuda de Ciudadanos, desde donde ayer se aireó la idea de la coalición de gobierno a tres. Mientras que desde las filas populares amagaban con la oferta de que los socialistas entren incluso en un Gobierno de Rajoy. Una oferta teórica, que no llegó a ser formulada expresamente así, y que en el PP saben por descontado que no tiene ningún recorrido en la práctica. Si ya de por sí es difícil la abstención de los socialistas, por su coste en clave partidista y ante su electorado, y que llegaría sólo «in extremis» y «por miedo a salir perdiendo en unas nuevas elecciones», ir más allá es hablar de «ciencia ficción».
Pero el objetivo no es otro que el de aprovechar la crisis socialista para señalar que ante «ese caos» no hay alternativa a la del Gobierno de Rajoy, y que éste, por su parte, está dispuesto a buscar el entendimiento y el acuerdo en una negociación «flexible y generosa».
Según informó Moncloa, Rajoy transmitió ayer a los líderes de Podemos y de Ciudadanos que los españoles han votado a favor de la «unidad de España» y del orden constitucional. Y que es a él a quien le corresponde formar gobierno, porque así ha sucedido siempre en la historia democrática española aun con ventajas inferiores a las que se registraron en los pasados comicios, como subrayó Presidencia en un comunicado tras las reuniones celebradas en Moncloa. El presidente también insistió en que la mayoría de los españoles votó en favor de la unidad de España, de la soberanía nacional, de la igualdad entre los españoles y de que se mantenga el papel de España en Europa. Éstas fueron las únicas líneas rojas que el día después de los comicios marcó como bases de una negociación postelectoral para conseguir los apoyos necesarios para formar Gobierno. Es decir, la abstención socialista y de Podemos. En el actual escenario, y dando por hecho que el «no» inicial de Sánchez a su investidura era más que previsible, la posición del candidato popular es mantener su oferta de diálogo «con generosidad» y «altura de miras», sin más límites que los arriba citados, «el interés general de España».
Desde Moncloa advierten, asimismo, de que la situación de parálisis puede tener graves consecuencias sobre la recuperación económica. Y como ayer hizo Rajoy, recuerdan sus cifras, que el PP ganó las elecciones con casi siete puntos de ventaja y más de 30 escaños respecto a la segunda fuerza y, por tanto, es al que le corresponde formar Gobierno.
En Moncloa y en la dirección popular trabajan con dos escenarios, o elecciones anticipadas o que el PSOE acabe al final facilitando el Gobierno en minoría. Muy difícil esta última, pero la opción de que prospere el diálogo entre Sánchez y Podemos la ven inverosímil. «Más allá de la pelea por el poder en la izquierda, el PSOE, le guste o no, tiene en sus manos el futuro de España y tiene que decidir si actúa con responsabilidad y apuesta por la estabilidad u opta por una aventura llena de riesgos para el conjunto y para ellos mismos», sentencian en la dirección popular.
El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maíllo, pidió de nuevo al PSOE «altura de miras» para permitir un Gobierno de «estabilidad», bajo la advertencia de que no puede pretender gobernar habiendo sido la segunda fuerza y con tan sólo 90 escaños en el Congreso. A su juicio, la candidatura de Rajoy «avanza». Por eso reclama a Sánchez que «recapacite» porque la «responsabilidad no es sólo de quien ha ganado las elecciones, también de quien ha quedado segundo».
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