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Rajoy recaba el apoyo de Sánchez y Rivera para evitar la declaración independentista
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, sigue confiando en que la reforma del TC haga de freno, aunque no descarta el artículo 155 de la Constitución.
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, decidió ayer reactivar los contactos con los partidos para reforzar la alianza constitucionalista frente a la secesión. Por la tarde llamó al líder del PSOE, Pedro Sánchez, y al máximo dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, y recabó su apoyo para utilizar todos los instrumentos del Estado de Derecho para evitar que el nuevo Gobierno catalán active la declaración soberanista anulada por el Tribunal Constitucional (TC). También intentó contactar con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pero al no conseguirlo, volverá a hacerlo esta mañana. Rajoy compareció en Moncloa para advertir de que la democracia española tiene hoy más instrumentos que nunca para defender la unidad, y para lanzar un mensaje de tranquilidad a los españoles pese a la situación de interinidad en la que se encuentra su Gobierno a la espera de que se resuelva si tiene los apoyos necesarios para ser investido como presidente. «El Estado funciona siempre y la democracia tiene la misma fortaleza de siempre. Siempre he entendido la política desde el diálogo, pero no me faltará firmeza para seguir defendiendo la unidad de España», afirmó. El presidente en funciones ha dado ya instrucciones para que cualquier actuación del nuevo Gobierno de Cataluña, de su presidente o de su Parlamento que se salte el marco legal tenga una respuesta inmediata del Estado de Derecho. «Los españoles pueden estar tranquilos. No se va a abrir un proceso constituyente al margen de la Ley ni se van a crear estructuras al margen de las del Estado», concluyó.
Rajoy aprovechará también sus contactos y su discurso para insistir en la necesidad de activar «cuanto antes» un Gobierno constitucionalista. Moncloa y el PP miran al PSOE bajo la premisa de que la nueva situación en Cataluña exige una respuesta institucional inmediata y eficaz. A partir de hoy en Cataluña hay un nuevo Ejecutivo secesionista, apoyado por una mayoría absoluta de su Parlamento y con un calendario perfectamente establecido. «Y España necesita un Gobierno constitucionalista. Es la hora de la política de verdad y no de utilizar la política para jugar a resolver crisis personales o de partido», sentencian desde el entorno de Rajoy.
El «no» rotundo del líder del PSOE a Rajoy en la primera reunión que mantuvieron en La Moncloa, tras las elecciones de 20 de diciembre, paralizó la puesta en marcha de una negociación y ha frenado también que hubiera más conversaciones. En Moncloa sostienen que la nueva situación hace conveniente retomar el diálogo «con todos» y que si antes Rajoy ya defendía que se aceleraran todo lo posible las decisiones sobre los acuerdos postelectorales, ahora es «imprescindible que se imponga la urgencia». «Sólo hay dos salidas: el Gobierno de Rajoy sobre la base de un gran acuerdo con PSOE y Ciudadanos o meter al país de nuevo en unas elecciones y abrir un largo periodo de debilidad institucional e incertidumbre», añaden. En Moncloa y en la dirección popular están convencidos de que el nuevo Gobierno catalán «va a pisar a fondo el acelerador» rupturista. Su agenda ya está fijada en la declaración soberanista que suspendió el TC y en el programa de Juntos por el Sí, y antes de las elecciones Rajoy encargó a Justicia y a los servicios jurídicos del Estado los informes sobre sus facultades y sobre su margen de actuación estando en funciones frente a los próximos pasos que pudiera dar el Parlamento o un nuevo Gobierno catalán. En ese terreno, «está todo bajo control», aseguran en Moncloa.
El día 13 se constituirá también el Senado, donde el PP con su mayoría absoluta tiene además el camino despejado por si hiciera falta echar mano de la previsión constitucional que recoge el artículo 155 en el caso de que un Gobierno autonómico incumpla sus competencias y actúe deslealmente hacia el conjunto del Estado. Pero Rajoy sigue confiando en que el TC, tras la reforma legal aprobada en la pasada Legislatura sólo con los votos del PP, pueda servir de muro de contención frente a las posibles ilegalidades que intente promover la Generalitat, presidida por Carles Puigdemont.
Rajoy cree que el problema no es legal sino político, y que en estos momentos lo más importante es que PP, PSOE y Ciudadanos, en su condición de primer partido de la oposición en Cataluña, reactiven el mensaje de unidad y de acción concertada en defensa de la unidad de España. En paralelo, esta estrategia tiene también como objetivo conseguir su investidura. Pero en tanto este trámite se resuelve, «en cualquier caso debemos lanzar un mensaje de unidad constitucionalista». Sobre la posibilidad de que el PP también tenga que mover alguna ficha, desde el entorno de Rajoy aclaran que ni siquiera se les ha dado la posibilidad de abrir ese debate porque hasta ahora «del PSOE sólo ha habido un portazo a la negociación». Rajoy está dando muchas vueltas a la reforma de la Constitución y hasta dónde debe llegar en la posición que fije en su debate de investidura. Este martes el PP reunirá por la tarde a su Junta Directiva Nacional para informar a los dirigentes de los nombres de los candidatos a presidir el Congreso y el Senado. Es lo habitual al inicio de cada legislatura. Al no disponer de mayoría absoluta en la Cámara Baja, la complicada negociación amenaza con dejarles sin la presidencia del Congreso pese a ser el grupo con más escaños.
La Junta Directiva Nacional volverá a cerrar filas con Rajoy. A diferencia del PSOE, el líder popular tiene asegurada la calma interna hasta que se aclare la nueva Legislatura, e incluso si hubiera de nuevo elecciones no tiene ningún movimiento interno como para poner en discusión su candidatura. Tampoco el PSOE ni C´s han planteado seriamente la condición de que él se aparte como exigencia en una negociación. «No hay margen para terceras vías. Son cuentos. Aquí no hay posibilidad de coaliciones a la portuguesa. O hay un Gobierno de concertación o elecciones, y Sánchez tiene la responsabilidad de tomar una decisión con celeridad», insiste el discurso de Moncloa.
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