Política

Referéndum en Escocia

Referéndum escocés: el espejo roto de Mas

La Generalitat vuelca todos sus esfuerzos diplómaticos en intentar legitimar internacionalmente el «derecho a votar» como harán los escoceses

Referéndum escocés: el espejo roto de Mas
Referéndum escocés: el espejo roto de Maslarazon

Escocia ultima preparativos para celebrar el 18 de septiembre un referéndum legal y pactado con el Gobierno británico, que Mas identifica con el proceso soberanista que lidera y utiliza como plataforma de lanzamiento para internacionalizar la consulta soberanista prevista para el 9 de noviembre. Las encuestas sobre el caso escocés ofrecen resultados ajustados y, pese a que en los últimos días hubo un repunte del «SÍ» que ganaba por primera vez, el «NO» ha vuelto a tomar la iniciativa tras las promesas de ampliación de autonomía y competencias de Londres. Esa división que se vive en Escocia y que pretenden resolver en las urnas, le sirve a Mas para proyectar la imagen de intolerancia por parte del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy. Mas ha transformado la votación escocesa en eje central de su discurso para el encaje de una eventual Cataluña independiente en Europa. Para él, no hay duda de que Escocia estará en la Unión, en caso de que gane el «sí» y los escoceses decidan su escisión, para la que se han dado un plazo de 18 meses.

Mas sabe que en caso de que gane el «no» el 9-N quedará tocado si los escoceses, constituidos como nación dentro del Reino Unido, convienen con el lema «better together» (mejor juntos).

Respuesta al margen, el referéndum escocés sí se va a celebrar, habida cuenta que así lo han acordado con el Reino Unido. Proceso éste que no ha tenido lugar en el caso catalán tras el enroque de posiciones y la falta de alternativas.

Para tratar de buscar una salida al callejón en el que se encuentra (realizar una consulta independentista el 9-N sin saltarse la legalidad), busca el amparo de la comunidad internacional viendo en Escocia una vía para forzar a la UE a pronunciarse sobre su conflicto. Hasta el momento la UE ha considerado que el asunto catalán es un conflicto interno en el que no debe mediar. Mas se ha sujetado a que esa respuesta implica que Bruselas no se opone a la entrada de un estado catalán en la UE, pero sabe que esa interpretación es endeble. En caso de victoria del independentismo en Escocia la UE deberá pronunciarse sobre la inclusión de un estado miembro que ya formaba parte con anterioridad pero no como Estado. Un tren al que quiere subirse Mas, pero que tiene una diferencia básica con el de Gran Bretaña, que desde Inglaterra no encontrará oposición para constituirse, mantener su moneda o entrar en la Unión.

Sin el respaldo de Moncloa, Mas busca apoyos en el extranjero. Así, en la Diada, se reunió con periodistas de 20 países para reforzar su discurso en la UE. La importancia que da al referéndum escocés se hace patente en el adelanto del debate de política general, que tendría que dar comienzo el martes pero que se adelantó un día, a petición de Mas, que despeja su agenda el jueves, día de la votación escocesa.

Pero, mientras se reunía con los periodistas internacionales señalando a Escocia, el primer ministro Alex Salmond marcaba distancias entre ambos casos, echando un jarro de agua fría a sus aspiraciones internacionales.