Guerra en Ucrania

Rusia aterroriza con bombas de racimo a los ucranianos

Odessa se une a otras ciudades que han sufrido ataques similares, como Jarkiv, Jerson o Kramatorsk

A building of the Odessa Law Academy is on fire after a Russian missile attack in Odessa, Ukraine, Monday, April 29, 2024.
Un edificio de la Academia de Derecho de Odessa en llamas tras un ataque con misiles rusos en Odessa, Ucrania, lunes 29 de abril de 2024Victor SajenkoAP

Sucedió cuando Arina estaba dando un paseo en un parque junto al mar, popular entre los vecinos de Odessa. Algo comenzó a caer del cielo, sonando como si de repente comenzaran a explotar petardos sobre ella. «De repente la gente empezó a caer. A un perro le arrancaron la cabeza a dos metros de ella. Se oían gritos, gemidos, peticiones de ayuda», contó su hermana Oksana Alekseeva. Lo que muchos pensaron al principio que era el resultado del derribo de un misil, resultó ser una de las armas más despiadadas que Rusia usa contra civiles en Ucrania.

Muchos se han acostumbrado a esta nueva «norma» surrealista, recuperándose lo mejor que pueden de los ataques que hasta ahora han matado a decenas y tratando de seguir con sus vidas. Quienes son más cuidadosos siguen de cerca fuentes especiales de internet, donde ven qué tipo de misiles o drones ha lanzado Rusia y a dónde. Si la amenaza se considera lo suficientemente grave, bajan a estacionamientos subterráneos que sirven como refugios antiaéreos o se esconden más lejos de las ventanas en sus apartamentos.

El lunes, sin embargo, sólo pudieron confiar en la pura suerte, después de que Rusia lanzara un misil balístico extremadamente rápido, lleno de cientos de pequeñas bombas, las llamadas municiones de racimo, contra la concurrida zona costera. «Si mi hermana no se hubiera sentado en el banco, sino que hubiera caminado un par de metros más, hoy estaría entre los muertos. Si hubiera sacado a pasear a su pequeño hijo, en nuestra familia habría un dolor doble», compartió Oksana. En el ataque murieron seis personas y más de 30 resultaron heridas, entre ellas una embarazada y dos niños.

«Se trata de una arma indiscriminada, cuyo uso puede provocar importantes bajas entre la población civil», subrayó Andriy Kostin, fiscal general, que difundió el vídeo del ataque, captado por CCTV. «Tenemos motivos para creer que la decisión de utilizar tal arma fue tomada deliberadamente por oficiales rusos, con el fin de matar al mayor número posible de ucranianos pacíficos», añadió, revelando que se encontraron fragmentos de bombas a una distancia de hasta 1,5 kilómetros.

Tanto Ucrania como Rusia, así como varios otros países, han renunciado hasta ahora a firmar la convención que prohíbe el uso de bombas de racimo. Sin embargo, su uso por parte de Rusia en zonas densamente pobladas es una clara violación del Derecho Internacional humanitario, subraya a LA RAZÓN Gyunduz Mamedov, experto en derecho penal de la Coalición ucraniana de defensores de los derechos humanos 5AM y ex fiscal general adjunto de Ucrania.

En lugares como Odessa es prácticamente imposible garantizar que sólo objetivos militares, y no civiles, sean alcanzados por tales bombas, dice Mamedov. Además un número significativo de pequeñas bombas no detonan al impactar y se convierten en minas terrestres, por lo que siguen siendo una amenaza para quienes se topan con ellas más tarde.

Localizador Odessa, Ucrania
Localizador Odessa, UcraniaTeresa Gallardo

Casos de uso de bombas de racimo por parte de Rusia están bien documentados. Cientos de ucranianos han muerto en ciudades como Chernigiv, Járkiv, Kramatorsk, Mykolaiv y Jerson por su causa. En uno de los casos más escalofriantes, 63 personas murieron y más de 150 resultaron heridas por un solo misil con municiones de racimo en la estación de ferrocarril de Kramatorsk, mientras esperaban un tren de evacuación el 8 de abril de 2022.

Debido al gran daño que causan a los civiles, algunas organizaciones internacionales expresaron su oposición a enviarlos para ayudar al Ejército ucraniano en verano. Sin embargo, desde entonces, han demostrado ser muy útiles para detener los ataques de infantería de Rusia, compensando parcialmente la escasez de proyectiles de artillería de Ucrania.

El ataque de Rusia contra Odessa puede indicar su intención de sembrar el pánico entre los civiles aumentando el número de víctimas, advierten los analistas. Ucrania ha estado pidiendo a sus aliados varios sistemas de defensa aérea más modernos capaces de derribar misiles balísticos. Sin embargo, hasta ahora no ha llegado ninguno. «Todos los días jugamos a la ruleta con la muerte», concluyó Oksana.