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Terrorismo

El riesgo de fuga que mantiene en prisión al grupo del yihadista del Uber

La Audiencia Nacional mantiene en prisión provisional a un grupo de jóvenes yihadistas porque teme que puedan destruir prueba

La Guardia Civil detiene a dos yihadistas brasileños que planeaban atentados suicidas La Razón

El riesgo de fuga y la destrucción de pruebas son dos de los conceptos más recurridos para dejar a los investigados en prisión provisional. Estos dos peligros son los que ha utilizado la Audiencia Nacional para mantener en la cárcel a un grupo de jóvenes que están acusados de yihadismo al tener un grupo de redes sociales donde proclamaban las consignas del DAESH. Uno de ellos era un conductor de UBER, lo que suponía un auténtico peligro para los investigadores de la Guardia Civil, según informan fuentes policiales a LA RAZÓN.

Este caso ha vuelto a cobrar actualidad porque el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha prorrogado el secreto de las actuaciones. La operación fue desarrollada por el Servicio de Información de la Guardia Civil junto con la Dirección General de Vigilancia sobre el Territorio marroquí (DGST).

Gracias a meses de investigación se consiguió detener a ocho personas en Melilla, Alcobendas y San Sebastián de los Reyes (Madrid) y Málaga. Cinco de ellos ingresaron en prisión provisional donde aún siguen a pesar de los recursos de sus letrados. La Fiscalía consideraba que había que mantener las medidas acordadas.

La Guardia Civil detiene en Sevilla a un acusado de difundir en redes propaganda yihadista a favor de DaeshEuropa Press

En esta línea, el magistrado Antonio Piña decidió que se quedaran en la cárcel los acusados de enaltecer las proclamas yihadistas. El juez reconoce que no se aprecia de que haya más personas investigadas en el curso de las diligencias pero afirma que la "gravedad de los hechos imputados que se refieren a actividades relacionadas con el terrorismo, tratándose de un grupo compuesto por personas especialmente por jóvenes y, por ende, influenciables, son indicios suficientes... por lo que la medida cautelar es proporcionada".

Y es que para el titular de la Audiencia Nacional es fundamental cumplir con las finalidades legítimas de la presencia de estos jóvenes ante el Tribunal y en este caso concurre un "evidente riesgo de fuga" por la alta pena de prisión con la que está castigado el delito que se les imputa, que no es inferior a los seis años de cárcel.

Una radicalización completa

Asimismo, también considera que es necesaria su estancia en la cárcel para evitar en estos momentos de la instrucción la "ocultación, alteración o destrucción de fuentes de prueba, estando pendiente el informe con el análisis de los efectos intervenidos". Por ello, estos jóvenes se mantendrán en prisión provisional comunicada y sin fianza.

Para explotar estas pesquisas, el Servicio de Información de la Guardia Civil estuvo practicando intervenciones telefónicas y vigilancias policiales que demostraron que estos hombres experimentaron un "proceso de radicalización completa, que ha dado pasos manifiestos hacia conductas de peligro objetivo para la seguridad pública". Tenían un grupo privado en la red social de Instagram donde los participantes compartían y divulgaban material propagandístico idóneo para el adoctrinamiento terrorista e incitando a la comisión de atentados violentos".

Estos chicos compartían su militancia asumida en organizaciones terroristas islamistas. Uno de ellos participó en debate y conversaciones relacionadas con el deber que tiene un musulmán para defender la Ummah (es el término utilizado en el Corán y también en la Constitución de Medina para designar a la comunidad) y como se debería aplicar la yihad.

"Inmolarse donde quiera"

Este grupo compartía propaganda yihadista y vídeos de temática islamista. Uno de ellos incluso se mostró interesados en llevar a cabo acciones violentas mediante el uso de material explosivo. Un hecho que quedó demostrado en una conversación por la plataforma de mensajería instantánea de Telegram.

La Guardia Civil realiza una operación en Mataró contra una célula yihadista por presuntamente dedicarse a la captación de personas de Barcelona y Tarragona. Foto: Efe/Quique Garcíalarazon

Los investigadores de la Guardia Civil consideraron que sus proclamas suponían una "amenaza real" de acciones violenta. Además, tenía una obsesión con la comunidad hebrea de Melilla. En concreto, protagonizaron un señalamiento directo contra una farmacia que era gestionada por una familia judía.

El Servicio de Información monitorizó durante meses los mensajes en las redes sociales como Tik Tok para relacionar a los diferentes investigados. Así consiguieron las titularidades de los teléfonos con las identidades reales detrás de los usuarios. El nexo de unión de todos ellos era la "doctrina yihadista".

Uno de estos jóvenes llegó a proferir la posibilidad de inmolarse "donde quiera, con cualquier medio y con la premisa de hacer daño al kuffar", sin necesidad de "acudir a Gaza ni a ningún otro lado asenderado por la violencia".

El yihadista del Uber

Especialmente violento y preocupante era uno de estos integrantes que tenía "datos perturbadores" como una "personalidad psicopática que le lleva a verbalizar su anhelo de matar y ver como muere alguien". Este hombre trabajaba como taxista de Uber y Bolt, lo que le ponía en contacto diario con personas de toda afiliación y colectivo".

Otro de ellos admitió a sus compañeros que se iba a dejar la barba y iba a "empezar a rezar todos los días". Saludaba al resto con el mensaje "vamos a la guerra". Sin embargo, apostillaba: "Ahora no es el momento de arriesgar, porque España está en alerta 4 de terrorismo". Dos de los integrantes de este grupo visitaron un supermercado de las armas y drogas de la Cañada Real Galiana en Madrid.

Todos estos investigados permanecen en prisión. Ahora, la Guardia Civil trabaja en el análisis de los dispositivos móviles que localizaron en el registro en sus viviendas para canalizar de dónde obtenían los materiales yihadistas.