Andalucía
Rubalcaba neutraliza las críticas a Griñán por sus primarias exprés
Sólo el asturiano Javier Fernández afeó al andaluz el momento elegido
El respaldo unánime que la Ejecutiva Federal del PSOE dió ayer a la convocatoria de primarias previstas en Andalucía para el día 29 no quiere decir que la dirección socialista apruebe el procedimiento ni el momento elegido por José Antonio Griñán para impulsar su relevo. Nada de eso. Todo el mundo es consciente de que, aunque involuntariamente, el andaluz ha reabierto con su decisión el debate sobre el cambio de liderazgo en el PSOE, un asunto que permanecía durmiente a la espera de que la Conferencia Política de octubre apruebe el nuevo proyecto socialista.
El malestar en la calle Ferraz es notable y el estado de ánimo de Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el movimiento del andaluz, manifiestamente mejorable. Pese a ello, el secretario general neutralizó ayer cualquier atisbo de crítica en la Ejecutiva que validó la consulta andaluza: «Tened confianza en mí. El presidente de Andalucía tiene sus motivos y hay que apoyarle». En efecto, Griñán había explicado previamente las razones políticas e institucionales que le llevaron el pasado miércoles a anunciar que no volvería a ser candidato a las autonómicas. Y aunque muchos siguen sin entenderlas, las palabras de Rubalcaba que siguieron a las de Griñán disuadieron a más de uno de cuestionar las formas o el fondo de la operación andaluza.
De entre los presentes, sólo el asturiano Javier Fernández afeó al presidente de Andalucía que hubiera abierto otra vía de agua a la dirección federal. Lo hizo sin acritud y sin entrar en los motivos personales y políticos esgrimidos, pero sí para señalar, según fuentes de la dirección, que había creado un nuevo quebradero de cabeza a Rubalcaba, tal y como habían coincidido todos los análisis políticos publicados durante el fin de semana.
Desde Ferraz prefieren no entrar en más valoraciones, si bien admiten el malestar generado en el «aparato» tras la federación andaluza por más que esta haya explicado por activa y por pasiva que en ningún caso pretendía alterar el calendario federal diseñado por Rubalcaba ni avivar el debate sobre el liderazgo.
Una muestra de la inquietud con los andaluces es que ayer, al término de la reunión de la Ejecutiva, saliera a comparecer el número tres del PSOE, Óscar López, quien sin salirse una coma del guión escrito se limitó a decir que Griñán había contado con todo el apoyo de la dirección y que nadie había cuestionado sus tiempos. Tanto fue así –con la excepción del presidente de Asturias– que el asunto de las primarias andaluzas se sustanció en apenas diez minutos, lo justo para que los socialistas pasaran al análisis de la situación por la que atraviesa el PP con el «caso Bárcenas» y se conjuraran para llevar a la primera línea la entrada en prisión del ex tesorero del PP y la demanda de explicaciones de la cúpula popular ante la opinión pública.
Con Bárcenas o sin él, lo cierto es que ya se habla en el PSOE de la onda expansiva provocada, sin pretenderlo, por José Antonio Griñán; de una nueva revisión del calendario de primarias para elegir candidato a la Presidencia del Gobierno; de nuevos movimientos subterráneos para desbancar a Rubalcaba; de un verano de reuniones secretas y discretas... El Consejo Territorial del próximo fin de semana pasará sin pena ni gloria con una faena de aliño para que PSOE y PSC renueven su confianza mutua con un documento que no compremeta demasiado a los territorios y dé oxígeno a los de Pere Navarro en Cataluña. Y en el Comité Federal del día 13 se tomará la temperatura al máximo órgano del PSOE entre congresos, si bien no esperan sobresaltos hasta después del verano.
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