Hacia el 23-J

Sánchez radicaliza su discurso y tacha a PP y Vox de "derecha extrema", como Trump y Bolsonaro

El presidente del Gobierno asegura a los diputados y senadores socialistas que tomó la decisión de adelantar las elecciones "con mi conciencia"

El PSOE recibió un durísimo golpe el pasado 28-M del que todavía trata de reponerse y el movimiento de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones tiene también una clave interna. En un primer plano, cortocircuitar el debate interno y el cuestionamiento sobre su liderazgo tras una campaña errónea y excesivamente centrada en la cuestión nacional. En segundo término, mantener la tensión electoral en su partido, levantar el ánimo de las huestes y evitar que caigan en el abatimiento de la derrota.

Y con ese objetivo, Sánchez ha arremetido contra la "ola reaccionaria" que acecha de la mano del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y sus futuribles pactos con la ultraderecha, es decir, Vox. Así, no ha dudado en comparar a Feijóo con Donald Trump o Jair Bolsonaro: "Los españoles tienen que aclarar si quieren un presidente del Gobierno de España del lado de Biden o de Trump. Si quieren un presidente del Gobierno de Lula o de Bolsonaro. Es urgente aclarar todo esto cuanto antes".

El presidente del Gobierno se ha dirigido esta mañana a la Interparlamentaria del PSOE, que componen los diputados y senadores que ya han dejado de serlo tras la disolución de las Cortes, para arengar a las tropas ante la batalla definitiva que se batirá en las elecciones generales del 23 de julio. Este tipo de reuniones siempre han estado centradas en defender la gestión del Ejecutivo, llamando a los suyos a reivindicar todo lo conseguido durante la legislatura, sin embargo, Sánchez ha decidido que en esta campaña, las propuestas quedarán en un segundo plano, y será una contienda más dura, de confrontación directa con el PP. "A cara de perro".

El también secretario general del PSOE inició su intervención ante los suyos recordando las duras condiciones en que se han desenvuelto en los últimos años, entre la pandemia de la Covid, la guerra de Ucrania o el volcán de La Palma. "En este escenario tan complejo, tan inédito, habéis sacado adelante 213 leyes, que serán 214, y hemos aprobado tres Presupuestos Generales en tiempo y forma, que han dado estabilidad y certidumbre, protegido a la mayoría social y avanzado en una hoja de transformaciones necesaria. Gracias por el trabajo bien hecho", aseguró.

Sánchez no ha ocultado que los resultados del 28-M "trasladaron un mensaje más allá" del alcance municipal y autonómico y que supusieron "un serio retroceso institucional para el PSOE". "Yo no podía desentenderme de su suerte, no podía continuar como si no hubiera pasado nada", señaló el presidente, que apuntó inmediatamente: "Tomé la decisión con mi conciencia". "Ningún líder que merezca serlo puede mirar para otro lado cuando los suyos sufren un castigo tan injusto como el del pasado domingo", señaló.

"Por todos ellos tenía que dar un paso al frente, no me costó mucho entenderlo. Tenía que asumir los resultados, sin esconderme ni desentenderme", añadió. El jefe de filas socialistas es consciente de que el discurso de "derogar el sanchismo" se ha impuesto, sin saber bien "qué significa eso", dice. El jefe de filas de los socialistas cree necesario "clarificar la situación" después de que la "conjunción de la derecha extrema y la extrema derecha" ganara el domingo, clarificar si quieren un gobierno progresista o una coalición de derechas. "Para ello solo hay un método infalible, la democracia. Que los españoles se pronuncien sin demora para definir cuál es el rumbo que debe tomar España".

Sánchez radicaliza así su discurso, calificando al PP como "derecha extrema" y asegurando que existe un mimetismo absoluto con la "extrema derecha" de Vox. Dibujando así la expectativa de un panorama con unas "derechas envalentonadas, con resortes poderosos, que saben a quien sirven, con más medios y más recursos y sin pudor para traficar con la mentira". Como contrapunto, el presidente defendió la gestión realizada. "Lo que se decide el próximo 23-J va a tener efectos sobre la mayoría social durante la próxima década. Hemos cometido errores, pero sinceramente creo que los aciertos son mucho más que los errores".

El presidente anticipó que "la tormenta va a ser tremenda" en vista del "aperitivo de suciedad, insultos y mentiras" que ha supuesto el 28-M. "Van a tratar de crispar para que no se escuchen los argumentos y desmovilizar a la mayoría. Se van a inventar barbaridades, nada es nuevo, porque están imitando los métodos de sus maestros norteamericanos", señaló. Por ello, pidió a los suyos que respondan con propuestas y datos. "España no es inmune a esa corriente reaccionaria, pero en España podemos pararla, por nuestros hijos y por nuestros mayores que tienen muy presentes lo que representa ese pasado, por los que queremos la mejor de las Españas. Por todos ellos, el PSOE debe frenar esa corriente reaccionaria y si nos movilizamos, en España no ocurrirá lo que está pasando en otras naciones. Vamos a ganar las elecciones".