
Negociación
El Gobierno ve los Presupuestos "más cerca" tras el acuerdo con Junts y ERC
Los pactos con sus socios abonan el optimismo en el Gobierno de cara al "horizonte 2027"

El Gobierno ha certificado este lunes un doble movimiento en la mesa de negociación -a varias bandas- que mantiene abierta con sus socios de la mayoría de la investidura. Han fructificado, en paralelo, las conversaciones con Junts para propiciar la rectificación y posterior retirada de la proposición no de ley para que Pedro Sánchez se sometiera a una cuestión de confianza, y el acuerdo con ERC para condonar 17.000 millones de euros de deuda a Cataluña, 2.000 más de los inicialmente previstos. En Moncloa, abonados a la prudencia ante la volatilidad de la escena política nacional, no ocultaban hoy su optimismo por el éxito de la operación. Un avance que les permite tomar oxígeno. "Los Presupuestos están más cerca", resolvían fuentes gubernamentales.
En el seno del Ejecutivo reconocían también su "satisfacción" y reivindicaban el "diálogo hasta la extenuación" como fórmula para alcanzar el "horizonte" de 2027, esto es, agotar el mandato. Lo cierto es que para Sánchez conseguir este objetivo no está vinculado de manera inescindible a lograr unas nuevas cuentas públicas, el presidente ya ha reconocido su intención de seguir gobernando, aunque sea con los Presupuestos prorrogados, pero el incumplimiento reiterado del mandato constitucional proyectaría una sensación de colapso, dado que Sánchez sería incapaz de aprobar unas cuentas en toda la legislatura -actualmente ya gobierna con las del ejercicio 2023-.
La retórica que el Gobierno asume sobre los Presupuestos se ha convertido, sin embargo, en el mejor termómetro para testar el estado de situación de su relación con los socios. En momentos difíciles es cuando despliegan sus mejores esfuerzos de pedagogía sobre la posibilidad de gobernar con cuentas prorrogadas, por lo expansivo de las actuales; mientras que cuando las conversaciones fluyen, recuperan una inusitada esperanza en lograr alumbrar el proyecto presupuestario. Moncloa ha establecido una forma de negociación a todo o nada. Ha decidido entablar conversaciones globales, con varias carpetas abiertas a la vez, con la vocación de que los sucesivos acuerdos acaben por desembocar en un pacto en cadena que permita desbloquear la gobernabilidad. Esto hace que todo acabe vinculado, el reparto de los menores migrantes con la cesión de las competencias en inmigración, las competencias migratorias con el techo de gasto y el techo de gasto y el aumento de déficit para Cataluña con los Presupuestos.
El movimiento de la quita de la deuda, además, entraña una estrategia vinculada a debilitar la posición del PP, al tiempo que se blanquean las cesiones a sus socios. Con la oferta de condonación a todas las autonomías, el Gobierno busca fragmentar el rechazo monolítico pactado por las autonomías populares, de manera que algunas de ellas tengan dificultades para explicar que se hayan negado a aceptar el "perdón" económico. En la gestión política, el Ejecutivo permitió que fueran sus socios de ERC quienes capitalizasen políticamente el anuncio, cumpliendo uno de los extremos pactados. En clave interna, el PSOE también se pertrecha de argumentos para la pugna contra el PP en las autonomías donde quieren rechazar la quita. Especialmente en Andalucía donde María Jesús Montero tiene que hacer campaña y donde se produce el volumen más cuantioso de recursos, por delante de Cataluña: 18.791 millones.
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