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Sánchez se aferra a la Moncloa hasta 2020

En un acto de partido en Barcelona, el presidente del Gobierno desliga su continuidad en la Moncloa de la aprobación de los presupuestos y replica al independentismo que «no son mayoría social» en Cataluña

Pedro Sánchez, a su llegada al acto de apoyo a Jaume Collboni
Pedro Sánchez, a su llegada al acto de apoyo a Jaume Collbonilarazon

En un acto de partido en Barcelona, el presidente del Gobierno desliga su continuidad en la Moncloa de la aprobación de los presupuestos y replica al independentismo que «no son mayoría social» en Cataluña.

Tras unas semanas marcadas por la especulación sobre si 2019 también será año de elecciones generales, Pedro Sánchez salió ayer al paso para desterrar todas las dudas y expresar que no convocará los comicios hasta 2020. «A los que nos piden elecciones (en alusión a PP y Cs), que esperen sentados. Vamos a gobernar hasta 2020», afirmó en un acto de partido celebrado en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona, que sirvió para presentar al alcaldable del PSC en la capital catalana, Jaume Collboni, y se convirtió en el pistoletazo de salida a su ruta por España para reivindicar sus siete meses en la Moncloa y proyectar su propuesta de Presupuestos Generales del Estado (PGE). Estas palabras del presidente del Gobierno han llegado en un momento en que el adelanto electoral sobrevolaba con más intensidad que nunca, ya que el recorrido de la legislatura se había vinculado a los PGE –de hecho, el propio Sánchez aseguró a finales de noviembre que sin cuentas, su «vocación» de agotar el mandato se vería acortado–.

Unos presupuestos que ahora penden del independentismo, que se debate sobre si permitir la tramitación para dar tiempo a que la Moncloa formule una propuesta política en materia de autodeterminación. Algo que, atendiendo a la intervención de ayer del presidente del Gobierno, no parece que vaya a llegar: «¿Cuántas veces habéis votados estos años? ¿No va siendo hora de que la Generalitat se ponga a trabajar para resolver los problemas de la ciudadanía?», planteó, y añadió: «En cada votación ha salido el mismo resultado. Lo siento, señores independentistas, ustedes no tienen la mayoría social». Así, replicó a la exigencia que han impuesto PDeCat y ERC para prestar sus votos, que pasa por permitir a Cataluña decidir su futuro.

Sánchez, que pretende situar la negociación en el terreno presupuestario para esquivar las espinosas exigencias secesionistas y durante las últimas horas ha hecho ya varias promesas económicas de calado que beneficirían a Cataluña –como elevar la inversión en infraestructuras hasta el 18%, como marca la disposición adicional tercera del Estatut–, volvió a presionar a los partidos independentistas, aunque sin ningún anuncio nuevo: «Estos presupuestos están cargados de valores sociales y permiten que Cataluña y España avancen», se limitó a afirmar. En la misma línea, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, también presionó a las fuerzas separatistas y pidió el voto a favor de las cuentas estatales. «Que no caigan en la contradicción, que no pidan más recursos y rechacen este proyecto de presupuestos», subrayó.

Sánchez hizo una intervención de más de media hora, que estuvo principalmente copada por la reivindicación de las diferentes medidas que ha puesta en marcha el ejecutivo socialista desde junio, así como los ataques contra PP, Cs y Vox tras el pacto de gobierno en la Junta de Andalucía. En este sentido, comparó a los tres partidos con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro: «Son los Voxsonaros de la política española». El propio Iceta, primero en intervenir, tildó este acuerdo de «trifachito», mientras que Collboni, tercero en salir a la palestra, lo calificó de «monstruo de tres cabezas». La ministra de Políticas Territoriales, Meritxell Batet, recriminó a Cs y PP «repartir carnés de constitucionalistas» cuando pactan con la extrema derecha. «Van a gobernar con un partido que cuestiona los valores democráticos, la igualdad entre hombres y mujeres, el Estado autonómico y se llaman constitucionalistas», afirmó.

En este punto, Sánchez, desgastado por sus alianzas con el independentismo, no dudó en reivindicar su constitucionalismo. «Para aquellos que reparten carnés de constitucionalistas, el único que ha sido leal a la Constitución en el Gobierno y en la oposición ha sido el PSOE», aseguró, antes de que reclamar la misma lealtad al PP y desgranar su estrategia para acabar con los problemas de convivencia en Cataluña, que, a su juicio, pasa por superar la «mentalidad de bloques» y «abolir los antagonismos». «Este problema no se va a solucionar en dos o tres meses», zanjó, tras reclamar para sí 15 años en el Gobierno: «Esto no es un proyecto de dos años, sino de transformación para los próximos 15 años».

El independentismo decidirá durante las próximas horas qué decisión toma sobre la tramitación de los PGE, que entrarán en el Congreso mañana tras haber sido aprobados por el Consejo de Ministros. El PDeCat traslada también mañana su ejecutiva a Waterloo para mantener un encuentro con Carles Puigdemont y abordar esta cuestión, aunque son mayoría quienes están a favor de dar el «sí». En ERC se preparan para negociar con el Gobierno.

El líder del PP, Pablo Casado, en un acto en Valencia, volvió a criticar contundentemente los PGE, que definió como «la factura librada a la moción de censura, el pago vergonzante a independentistas, populistas y batasunos del alquiler del Palacio de la Moncloa, el Falcon y el helicóptero». Asimismo, lamentó que pretendan «arreglar su incompetencia en la gestión haciendo ciencia ficción en cuánto van a gastar y ocultando el despilfarro que ya están haciendo».