Política

La amenaza yihadista

¿Solo una historia de ciencia ficción?

Fotograma de la película «Soy leyenda»
Fotograma de la película «Soy leyenda»larazon

Lo apocalíptico siempre llama la atención. Lo que puede llenar de miedos nuestra rutina o lo que puede acabar con nuestras vidas tira de nuestra mirada aunque no queramos. Y en cierto modo es entendible: no hay mayor dolor que la pérdida de un ser querido y, si encima ésta se produce con agonía, aún más. La posibilidad de que se desate un epidemia que deje a la especie al borde de la extinción o de desarrollar un arma biológica para conseguir fines políticos ha copado las taquillas mundiales por la posibilidad de sentir en primer persona aquello que, por ahora, es desconocido. Ahí están las carreras de Tom Hanks por Estambul («Inferno», de Ron Howard) para evitar que el virus del científico Zobrist acabase con el mundo; o la lucha de Will Smith («Soy leyenda», de Francis Lawrence) contra un patógeno creado originalmente para curar el cáncer.

El cine es ficción, no hay duda; pero ayuda a entender cómo los poderes políticos, económicos, militares o sociales podrían reaccionar ante una emergencia. En «Guerra Mundial Z», de Marc Foster, por ejemplo, Brad Pitt recibe la llamada de la ONU para acabar con un germen que llena el planeta de muertos vivientes. Lo mismo en tantas cintas como tipos de virus y bacterias existen: el ébola en «Estallido», de Wolfgang Petersen; o los agentes extraterrestres en «La amenaza de Andrómeda», de Robert Wise. Estos ataques funcionan como el más temible monstruo invisible jamás pensado en la gran pantalla. Un repertorio de miedos que acechan la sociedad contemporánea y que, al mismo tiempo, plantea las soluciones imaginarias para acabar con ellos.