Ávila
Suárez: «Hoy la libertad en España está amenazada»
Durante la jornada de la mañana de la Escuela de Otoño de la UCAV, celebrada bajo el título «La vigencia de la Constitución y la oportunidad de reforma», han intervenido Adolfo Suárez, Francisco Marhuenda, Cándido Conde Pumpido y Ramón Tamames
Hoy se ha inaugurado en el Palacio de Congresos Lienzo Norte de Ávila, bajo el título «La vigencia de la Constitución y la oportunidad de reforma», la Escuela de Otoño de Ávila, organizada conjuntamente por la Universidad Católica de Ávila y LA RAZÓN.
Ante un repleto auditorio del Palacio de Congresos Lienzo Norte de Ávila, se ha inaugurado hoy, bajo el título «La vigencia de la Constitución y la oportunidad de reforma», la Escuela de Otoño de Ávila, organizada conjuntamente por la Universidad Católica de Ávila y el diario LA RAZÓN. La apertura ha corrido a cargo deAdolfo Suárez Illana, presidente de la Fundación Concordia y Libertad, el director de LA RAZÓN y profesor titular de Historia del Derecho y de las Instituciones de la URJC, Francisco Marhuenda; la rectora de la UCAV, María del Rosario Sáez Yuguero; el alcalde de Ávila, José Luis Rivas Hernández; Lidia Jiménez, del Consejo Directivo de la UCAV, así como del obispo de Ávila, Jesús García Burillo.
“No se ha visto en la historia antes que un país profundamente dividido fuera capaz, sin quebrar una sola ley, de sentar las sólidas bases entorno a un inmenso acuerdo de un Estado social y democrático de Derecho. La concordia por fin fue posible”, afirmó Suárez en defensa de la Transición española y su Carta Magna. Esa concordia, sostuvo en su intervención, es la que ha permitido a España tener sus “únicos cuarenta años en paz, concordia, libertad y en prosperidad compartida en sus quinientos años de historia”. Suárez ha querido aprovechar la ocasión para mostrar su preocupación por el “revisionismo” y el “odio” que percibe existe hoy hacia la Transición y ha sostenido que “la libertad en España, hoy, está amenazada”. Suárez Illana ha reivindicado en su discurso la figura de su padre, de quien ha destacado que trajo a nuestro país la democracia “sin quebrar ni una sola ley franquista” y ha sostenido que en España no hay nadie legitimado para saltársela, en referencia al independentismo catalán. Suárez ha exigido para reformar la Constitución que haya “un objetivo claro” y “una propuesta conjunta” y ha calificado de “insensatez” ofrecer una reforma constitucional como “arma arrojadiza contra aquél con el que tienes que pactar esa misma reforma”.
Francisco Marhuenda, profesor titular de Historia del Derecho y de las Instituciones de la URJC, ha reivindicado en su discurso la figura del Rey Juan Carlos I, «una persona que respondió a la realidad de 1978 y de la Constitución, que lo que hizo fue restaurar la convivencia». «Tanto Don Juan Carlos como Felipe VI han sabido responder muy bien a la realidad del momento», continuó. «Es un error no tener un Estatuto de la Corona, como hay en otros países de nuestro entorno», afirmó.
«España quería en 1978 caminar por una nueva etapa». En este sentido, recordó la importancia de la estructura territorial del Estado e hizo una defensa del Estado de las Autonomías: “otra cosa es que haya que ser leal”, sostuvo. “Ser catalán es mi forma de ser español”, aseguró el director de LA RAZÓN, quien recordó que España es «uno de los países más descentralizados del mundo» y que «los entes preautonómicos son anteriores a la propia Constitución». Así, consideró «imposible» cambiar el modelo autonómico, aunque «habría que estructurar bien la legislación» al respecto.
Una de las cuestiones cuya reforma se podría plantear, defendió, es la función del Senado. «Lo que hay que plantearse es si nuestra Constitución sigue siendo útil para la convivencia, no si los jóvenes la votaron o no, que carece de importancia», dijo. «La política tiene que servir para hacernos avanzar, para mejorar la sociedad», afirmó. De ahí que haya que cuestionarse «para qué» se plantea la reforma de la Constitución. «Hay que ir con cuidado con la obsesión reglamentista de los españoles y del derecho continental, no sea que acabemos constitucionalizándolo todo», concluyó.
El Magistrado del Tribunal Constitucional y ex Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, quien defendió la necesidad de reformar la Constitución, ha recordado que ésta “fue fruto del consenso, ratificado por los ciudadanos en referéndum”, lo que la diferencia de otras Constituciones españolas y europeas, como es el caso de la norma suprema de la República Federal de Alemania. Incluso aceptando las insuficiencias del proyecto constituyente, alegó, «no se puede minusvalorar el esfuerzo de los padres de la Constitución, que fue un logro colectivo». «La participación del pueblo en el referéndum, especialmente en algunas de las comunidades hoy más críticas con el texto, fue abrumadora», rememoró. En opinión de Conde-Pumpido, España logró, gracias a la Constitución de 1978, superar “el autoritarismo y el centralismo». No en vano, el texto colocó en el centro del mismo “la dignidad de la persona”, sustituyendo así para siempre al tradicional sistema autoritario.
En opinión de Conde-Pumpido el Estado de las Autonomías debe de lograr el equilibrio «entre los principios de homogeneidad y diversidad». De ahí que ya en 1983 el Tribunal Constitucional determinase, en la sentencia que resolvió la inconstitucionalidad de la LOAPA, que el régimen autonómico se caracteriza por dichos principios. «Unidad no significa uniformidad», recordó, citando la resolución del Alto Tribunal. De hecho, afirmó, la España «plural y diversa» es una de las características de la Carta Magna española. «La democracia española es una de las más admiradas del mundo», afirmó. Conde-Pumpido consideró «más que conveniente y necesaria», por el paso del tiempo y los cambios sociales que han tenido lugar en las últimas cuatro décadas, la reforma de la Constitución, aunque señaló que solo se puede hacer desde el consenso, de ahí que no quiso pronunciarse acerca de si «es o no posible» dicha reforma. En opinión del jurista, la existencia de elementos y realidades novedosos que el texto de 1978 no contempla, como por ejemplo la Unión Europea, hacen necesaria la reforma constitucional, más allá de la ya emprendida con la modificación del artículo 135 en el año 2011. «El 80% de las normas jurídicas están influidas por la normativa europea», resaltó. Otra razón de calado es la existencia de problemas detectados y abordados desde 1978, que necesitan sus ajustes. Así, por ejemplo, hay que reformar en su opinión el Título VIII, relativo a la estructura territorial del Estado, ya que «más que definir el Estado Autonómico lo que dice es cómo se alcanzan las autonomías».
Por su parte, el economista Ramón Tamames ha recordado, preguntado por el responsable del suplemento ‘Tu Economía’ de LA RAZÓN, Juan Delgado, cómo fueron los años de la Transición. Unos años en los que él militaba en el PCE, «porque era el único partido que se oponía al franquismo, aunque internamente tenía un funcionamiento básicamente estalinista». El PCE obtuvo en las elecciones generales de 1979 veintitrés escaños, aunque en los siguientes comicios caería hasta cuatro. «Tenemos derechos políticos, los primeros que hubo en constituciones burguesas, pero también derechos sociales. Después aparecen los derechos ecológicos», ha afirmado. El crecimiento económico entre 1962 y 1974 fue del 7,7 anual, lo que significó que «España dobló su renta». Así aparecen las grandes capas de clases medias. «La propia Iglesia viró en aquellos años hacia el Concilio Vaticano II». «Las clases medias fueron las que permitieron la Transición entre los viejos franquistas evolutivos y los partidos de la izquierda clandestinos», señaló.
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