Comparecencia

Se acabó la tregua: El Gobierno apunta a Mazón por su tardanza en reaccionar ante la DANA

El ministro Torres lamenta que la Generalitat pidiera la intervención de la UME cuando "la situación ya era objetivamente dramática"

Se acabó la tregua. El Gobierno central ha mantenido un pacto de no agresión con la Generalitat Valenciana por las responsabilidades en la gestión de la DANA. Hasta ahora. Tras los incidentes en Paiporta, en Moncloa supieron leer el malestar ciudadano y entendieron que no era momento para tirarse las competencias a la cabeza y asumieron, además, que elevar el tiro y pedir la dimisión de Carlos Mazón solo serviría para poner el foco en ellos y en la falta de actuación de Moncloa ante el desborde competencial de la autonomía.

Sin embargo, en las últimas horas, se han producido varios hechos que han propiciado que este clima pacífico se rompa. El primero fue una entrevista de Alberto Núñez Feijóo en "Espejo Público" en Antena 3 este martes en el que dio a entender que el Gobierno central se hubiera desenvuelto de una manera distinta con la Generalitat si no estuviera gobernada por el PP, algo que el titular de Transportes, Óscar Puente, abonada a la prudencia en las últimas semanas, no dudó en calificar de "mezquindad". Sin embargo, ha sido la maniobra de los populares en Europa para tratar de torpedear el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea lo que ha hecho girar la estrategia.

En el Gobierno ha generado un profundo malestar este movimiento del PP en Bruselas, que calificaron de irresponsabilidad, y tal como hizo la propia Ribera en su intervención para defenderse de los ataques, en Moncloa comienzan ya a apuntar a Mazón por su gestión de las primeras horas de la catástrofe. Si bien no se entra en una confrontación directa, sí se busca clarificar de quién eran las competencias y las responsabilidades por esa tardanza en reaccionar en las horas clave. Esta nueva actitud se ha podido apreciar también en la comparecencia del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, el primer representante gubernamental en rendir cuentas en sede parlamentaria sobre la gestión del Ejecutivo central en la DANA mortal de Valencia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha delegado esta misión en sus ministros y él se reserva las ruedas de prensa posteriores a las reuniones del Consejo de Ministros en las que se aprueban las ayudas para las zonas afectadas. No está prevista su presencia ni esta mañana ni el próximo miércoles en el control al Gobierno en el Congreso de los Diputados por sendos viajes a la cumbre del clima y el G20 en Brasil. Torres, que ha ejercido como uno de los portavoces durante la gestión de la DANA, ha seguido el guion marcado, defendiendo la colaboración entre administraciones y sin querer entrar en la confrontación directa con la Generalitat. Sin embargo no ha dudado en apuntar hacia Mazón, lamentando que no autorizara hasta la noche del fatídico 29 de octubre la intervención de la UME en toda la provincia de Valencia.

"No van a encontrar en esta intervención ningún señalamiento, sino un llamamiento a trabajo conjunto para dar la mejor respuesta que se nos exige por parte de la ciudadanía", ha avisado al inicio, sin embargo, nada más lejos de la realidad. De hecho, ha arrancado su intervención haciendo una cronología pormenorizada de los diferentes avisos que instituciones como la AEMET o la Confederación Hidrográfica del Júcar hicieron a la Generalitat, así como las diferentes peticiones de ayuda que desde la Comunidad Valenciana se exigieron al Ejecutivo Central.

El ministro ha querido recordar que la AEMET ya avisó en los días previos que la "probabilidad de lluvias torrenciales" ese día era "alta", "por encima del 70%". Unos pronósticos que desembocaron en la alerta roja desde primera hora de la mañana. "Estos avisos van a la población y se trasladas a los servicios de protección civil de las CC.AA., que son las que decretan las alertas pertinentes", ha señalado. Igualmente, Torres ha señalado que la Confederación Hidrográfica del Júcar informó a las 12.07h. de ese martes 29 de octubre "del incremento de caudal en El Poyo". "En ningún caso activó y desactivó alerta alguna, porque no es competente para ello", ha puntualizado.

También ha querido traer a colación las peticiones de ayuda solicitadas por el Gobierno valenciano, confirmando que hubo una primera solicitud de la intervención de la UME a las 15.00 horas, pero sólo para la zona de Utiel y Requena. No fue hasta las 20.36h, después del envío del mensaje de alerta, cuando se pidió incrementar la presencia de la Unidad Militar de Emergencias a toda la provincia de Valencia. "Para entonces, ya se habían producido importantes lluvias y la situación era objetivamente dramática", ha lamentado Torres. En este sentido, ha reivindicado que la gestión del Gobierno central fue la correcta y ha recordado que el propio Mazón lo agradeció delante del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita a la zona el jueves después de la tragedia. "Dijo que su presencia fue rápida y adecuada".

Que el cambio de estrategia es un hecho se apreció también en la intervención del diputado socialista en el debate. El PSOE ha reprochado abiertamente al presidente Mazón haber estado ausente el pasado 29 de octubre cuando parte de los habitantes de su comunidad "se estaban ahogando". En estos términos se manifestó el diputado Alejandro Soler, que ha criticado que Mazón "mantuvo su agenda" pese a las alertas. "A nosotros no nos preocupa dónde estaba (Mazón). A nosotros nos preocupa dónde no estaba. Nos preocupa con quién no estaba, que es con los miles y miles de valencianos que se estaban ahogando", ha denunciado Soler en referencia a la actuación del presidente valenciano durante la catástrofe. Al mismo tiempo, ha señalado que la delegada del Gobierno tuvo que realizar "cuatro llamadas" a la consejera valenciana para que solicitara la presencia de la Unidad Militar de Emergencias (UME), mientras que el Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi) tardó hasta las 17.00 horas en reunirse.